¿Qué celebra en la Navidad un no creyente?
03/12/2025
Autor: Mtro. Carlos Ramos Rosete
Cargo: Profesor de Formación Humanista

Alguien dijo por ahí que un no creyente no podría celebrar el nacimiento de Jesucristo en razón de que no acepta la encarnación del Verbo divino, ni acepta su nacimiento virginal, ni tampoco la obra redentora ni la resurrección de Cristo.

La celebración de la navidad está condicionada por la valoración que se tenga de Jesús de Nazaret. Desde luego que a este personaje se le ubica preferentemente en un contexto de fe religiosa. Y en este sentido su nacimiento da lugar a una reflexión teológica que enriquece tanto intelectualmente como espiritualmente a los creyentes de Jesucristo.

Pero en la no creencia religiosa no deja de haber una valoración de Jesús de Nazaret en términos exclusivamente humanos. Para un no creyente Jesús de Nazaret, en caso de que admita su existencia histórica, fue un predicador religioso con un sentido humano y ético que es digno de valorarse. Incluso, la no creencia, aunque niegue la existencia real de Jesús de Nazaret, no deja de admitir que por lo menos se tiene un personaje en los evangelios con un mensaje humano y ético, a como sucede con personajes novelescos como Don Quijote u otros.

En la no creencia poco importa si Jesús de Nazaret existió o no, lo importante a resaltar es lo que simboliza Jesús cuando en los evangelios se lee su mensaje humano y ético. En este sentido, Jesús simboliza todos aquellos sentimientos humanos relativos al amor, a la bondad y a la armonía que debería realizarse en todos los seres humanos.

Si para el creyente el nacimiento de Jesús es el nacimiento del Verbo de Dios hecho carne, quien como verdadero ser humano experimenta el nacer de una madre mediante un nacimiento virginal y divino en razón de la intervención del Espíritu Santo. Para el no creyente el nacimiento de Jesús simboliza solamente el anhelo de todo ser humano de los buenos sentimientos, en donde lo virginal de María solamente simboliza la pureza de aquellos buenos sentimientos. Es de remarcar que en la no creencia el carácter simbólico es lo fundamental, no su realidad histórica y mucho menos su realidad religiosa.

Si para el creyente la navidad es la esperanza salvadora de que Dios, a pesar de los grandes pecados de los seres humanos, envía a su Hijo para sellar una alianza entre el ser humano y Dios por medio de su mismo Hijo quien es verdadero Dios y verdadero ser humano. Para el no creyente la navidad simboliza la esperanza de que los seres humanos desarrollen buenos sentimientos para una convivencia más pacífica y armónica. La esperanza navideña del creyente está fundada en el Espíritu Santo quien está presente en la encarnación y nacimiento del Verbo de Dios, es decir, sin la acción del Espíritu Santo no hay esperanza humana al asumir las implicaciones del nacimiento de Jesús. En cambio, la esperanza del no creyente únicamente apela a la buena voluntad de los seres humanos, es decir, una esperanza que se queda en los límites de las fuerzas humanas.

Si la navidad para el creyente manifiesta que la historia humana se ordena a Dios como finalidad última de la historia en un futuro escatológico conocido como plena realización de Vida Eterna. Para el no creyente la navidad simboliza un recuerdo de que la Humanidad (así con mayúsculas) no debe fracasar en aquellos sentimientos negativos que se oponen a los sentimientos positivos.

Existe una frase muy común en la época navideña que reza así: “En esta navidad, que el niño Jesús nazca en nuestros corazones”. Esta frase para el creyente implica un amor inspirado y movido por el Espíritu Santo quien es el amor entre el Padre y el Hijo. El Espíritu navideño es esta participación que se le presenta a cada persona de buena voluntad, para que el Padre, el Hijo y el mismo Espíritu Santo hagan morada en su corazón, lo cual tiene como consecuencia amar al prójimo y a uno mismo, con el auténtico amor entre el Padre y el Hijo, logrando una paz que el mundo de lo humano no puede ofrecer de ningún modo, ya que lo que es imposible para el ser humano es posible para Dios Espíritu Santo.

Para un no creyente la expresión ya referida: “En esta navidad, que el niño Jesús nazca en nuestros corazones”. Implica un amor simplemente como sentimiento humano de una persona de buena voluntad. En la no creencia el Espíritu navideño es solamente una expresión, una “flatus vocis”, o sea, una palabra que no contiene ninguna realidad concreta a como lo es Dios Espíritu Santo para el creyente. A lo mucho, el espíritu navideño de la no creencia es apelación a la buena voluntad para desarrollar un amor por el ser humano dentro de los límites de lo humano.