Del éxito al desespero: el viraje de un líder bajo presión
17/12/2025
Autor: Dra. Eva María Pérez Castrejón
Cargo: Directora de Promoción UPAEP

Obtener resultados efectivos de manera consistente, cumplir metas, liderar equipos motivados y tomar decisiones certeras durante años es una experiencia profundamente gratificante. Esta constancia genera una zona de confort y estabilidad laboral, alimentando la sensación de haber encontrado la fórmula del éxito: ese equilibrio perfecto que impulsa la productividad, fortalece la autogestión y sostiene el crecimiento profesional.

Sin embargo, el terreno cambia cuando el tramo de control se amplía y surge la necesidad de dirigir a nuevos integrantes, compartir experiencias y ofrecerles herramientas para alcanzar sus propios objetivos. Es en ese momento que se abandona la zona de seguridad y el líder se enfrenta a presiones externas que abren una grieta silenciosa, gestando una tensión que, gradualmente, puede escalar hasta la desesperación.

Este viraje no es súbito. Se construye con la acumulación de expectativas poco realistas, la obsesión por mantener una narrativa de éxito ininterrumpido y el miedo a veces oculto, a veces evidente de no estar a la altura del estándar que uno mismo ayudó a crear. Así, el líder que antes avanzaba con firmeza, ahora tropieza con su propia sombra: acelera decisiones, pierde la perspectiva y confunde la urgencia con la importancia.

Explorar esta transición es fundamental para comprender no solo las dinámicas del liderazgo contemporáneo, sino también la vulnerabilidad humana que se esconde detrás del rendimiento. La verdadera pregunta no es por qué un líder se desespera, sino cómo se transforma al perseguir metas que, irónicamente, creía tener bajo control. A este complejo escenario se suma un factor agravante: el juicio apresurado de quienes lo rodean, especialmente cuando proviene de figuras que no se han ganado el respeto de sus equipos o que son ineficaces en sus propias áreas de liderazgo.