En el verano de 2021 se cumplieron cien años de la conversión religiosa de Edith Stein y en agosto de 2022 ochenta años de su muerte. Para conmemorar estos dos acontecimientos importantes el autor de estas líneas ha publicado recientemente un libro intitulado justamente así: La vivencia religiosa en Edith Stein. A cien años de su conversión y ochenta de su muerte (México, Lambda Editorial, 2022, 134 p.). Ciertamente, existen obras en las que ya se ha abordado el tema, pero es verdad que hasta el día de hoy la vida religiosa de Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz), sigue siendo tema de numerosas reflexiones.
En efecto, Edith Stein perteneció a una familia judía y cuando era niña dejó de rezar. Hay quienes piensan que se volvió atea; otros más sostienen que fue más bien agnóstica. Se trata de dos posturas distintas y hasta donde sabemos no hay datos que validen una posición atea, pero sí suficiente información que permite justificar la postura agnóstica. Pero esta postura va a marcar profundamente la vida de esta filósofa.
A Stein se le ha relacionado una y otra vez con la búsqueda de la verdad. Y eso es justo lo que más llama la atención. Pues parece ser que esta búsqueda de la verdad es lo que mejor describe su vida. Es imposible separar su vida personal de su vida espiritual, es decir, que no se pueden entender las obras de la filósofa sin remitir a la biografía de la misma. Por ejemplo, lo que se quiere mostrar en el libro es que la vivencia religiosa marca a Edith Stein desde un primer momento. Pues como sabemos, Stein entró a estudiar fenomenología en la escuela de Edmund Husserl alrededor de 1912, en un momento decisivo para el movimiento fenomenológico. Stein se dejó impresionar por el rigor del método fenomenológico, pero al mismo tiempo es sobresaliente que uno de los aspectos que mayormente la mueven es el de la vida religiosa, y no porque ella sea religiosa o pretenda serlo en esta etapa, sino porque alrededor suyo había amigos cercanos, unos filósofos y otros no, que profesaban una religión. Es decir, mientras que muchos filósofos son llevados por la filosofía hacia el terreno del ateísmo, muchos otros son llevados por la misma filosofía al campo de la religión. Stein observó esto en sus compañeros y eso le abrió los ojos para un terreno que para ella era hasta entonces desconocido. Stein descubrió gracias a A. Reinach, H. Conrad-Martius, J. Héring, E. Husserl y otros, que el fenómeno religioso tenía su propio campo de validez y sentido y que podía abordarse seriamente desde la fenomenología. Así que lo que mostramos en el libro es que el primer contacto con la religión es indirecto, esto es, se dio a través de las vivencias ajenas.
Pero que un nuevo mundo, o sea un nuevo orden de valores, aparezca como posible ante la mirada de un sujeto, es suficiente para que el sujeto indague en ello y se adentre poco a poco en el tema. Y esto es lo que le pasó a Stein. Una vez que descubrió el campo de validez del fenómeno religioso, no lo pudo abandonar y poco a poco se fue interesando más y más por la vida religiosa.
En este libro que comentamos, podrán encontrar referencias y pasajes muy precisos donde Stein dice en un sentido confesional cómo es el objeto de la religión y de qué modo ese objeto afecta al sujeto que lo experimenta. Podrán ver que el proceso de conversión de Stein, mismo que suele ubicarse en el verano de 1921, pero el cual fue en realidad un proceso doloroso que pudo empezar en 1916 y que parece haberse fortalecido en una experiencia mística alrededor de 1918. Pero que, una vez que se abrió la posibilidad real de una vida religiosa, Stein tuvo que meditar detenidamente qué religión debía practicar: la religión protestante o la religión católica. Tenía testimonios de ambas religiones a través de sus amigos. Al final se decidió por un cristianismo católico y no sólo eso, sino que, además, decidió estudiar muy a fondo su nueva religión, a los padres de la Iglesia como San Agustín y Santo Tomás de Aquino y finalmente tomó la decisión de ingresar a la orden de las Carmelitas descalzas.
En el libro encontrarán un recorrido detallado de cómo fue este proceso y de la fundamentación filosófica que permite comprender la toma de postura religiosa y su contraparte, la toma de postura atea. Pero encontrarán también una fundamentación antropológica del fenómeno religioso y qué es lo que posibilita que la persona humana se abra o se cierre a Dios.
Edith Stein murió un 9 de agosto de 1942 en el campo de concentración de Auschwitz y este año se cumplieron ochenta años de su deceso. Además, fue beatificada y canonizada por el Papa San Juan Pablo II en 1987 y 1998, respectivamente.
El autor de este libro ha pretendido rendir un homenaje a esta importante filósofa del siglo XX y dar a conocer un aspecto importante de su evolución filosófica, personal y espiritual. Quienes quieran leer el libro pueden acceder a él en el siguiente link: https://www.amazon.com.mx/dp/B0BLCBBKT9