Decía Epicuro que la justicia es la venganza del hombre social, como la venganza es la justicia del hombre salvaje, ¿a qué lado se inclinarían ustedes? Esto viene a colación porque hace unos días, nuestro querido Presidente, Andrés Manuel López Obrador (léase el sarcasmo entre líneas), exclamó ante miembros de la Guardia Nacional “tenemos que ser respetuosos de los derechos humanos. Los delincuentes son seres humanos que merecen nuestro respeto y el uso de la fuerza tiene límites, básicamente es para la legítima defensa”.Antes de caer en la efervescencia de las redes sociales, que obviamente ardieron de manera inmediata, analicemos a lo que el presidente se refiere a “legítima defensa”. De acuerdo con el Código Penal Federal, es la situación o causa por la que una persona puede justificar su conducta y liberarse de toda responsabilidad o reducir la pena imputada cuando una conducta o hecho prohibido por la ley haya sido cometido en su contra. Por poner un ejemplo, si vas en el autobús y eres víctima de asalto pero no te puedes defender en ese momento, y encuentras la oportunidad de ‘vengarte’ otro día que reconoces a tu victimario por la calle, ese hecho, no contaría como legítima defensa debido a que la revancha no fue en el momento de la agresión, y como hecho secundario, estuvo motivado por una provocación. En este sentido, como pocas veces, podría decirse que nuestro Sr. Presidente tiene un poco de razón al pedirle a los elementos de la Guardia Nacional que se traten a los delincuentes con respecto, pues dependiendo del comportamiento que éstos tengan con los maleantes, será como el recurso de legítima defensa puede ser exitosamente aplicado. Hasta aquí todo va bien, a excepción de un detalle, a Don Andrés se le olvidó que vivimos en México, lugar en que la impunidad y la ley son uno mismo, nuestro sistema de justicia está podrido, y así seamos fifís o chairos, difícilmente vamos a recurrir a las instancias policiales a denunciar un delito, por el simple hecho de que sabemos que será una pérdida de tiempo pues el sujeto que violentó nuestros derechos saldrá como sin nada a los dos o tres días, en el mejor de los casos.
Aceptémoslo, ninguno conocemos a ciencia cierta cómo se aplica el Código Penal Federal, a menos que seamos abogados o jueces, no obstante, sí tenemos certeza de que la justicia es ciega. Esto de legítima defensa quizá pueda ser aplicado en países como Nueva Zelanda, Finlandia, lugares en los que el sistema de justicia trabaja como debe de ser, pero lamentablemente, en México, aunque ahora el sistema haya sido tocado por "San" Andrés Manuel López Obrador y éste insista que “tiene otros datos”, su gran aura aún no ha limpiado ni limpiará el basurero que le dejaron los gobiernos neoliberales sino antes termina con la corrupción al interior de las instituciones. Regresando a la pregunta de inicio, ¿a qué lado se inclinarían ustedes?, es claro que como reza el dicho “la violencia genera más violencia” y vivir en un contexto en de violencia vengativa, como dice José Martín Amenabar Beitia, profesor de la Universidad del País Vasco, “lejos de ayudar a la sociedad a ser más a ser más eficaz y exitosa en la lucha contra la delincuencia, supondría dar pasos en la dirección contraria pues cuando el Estado abandona el camino de la ley y responde a la violencia con violencia, eso no tiene otro efecto que erosionar los cimientos de la vida en la sociedad”. Y finaliza diciendo que si en algo se caracteriza la sociedad civilizada es por dejar la venganza en manos del sistema judicial, porque es él quien “posee sobre la venganza un monopolio absoluto”.
Recaditos
Alma: Un saludo a todos los estudiantes que tienen clase a las 7:00 am todos los lunes.
Rogelio: Espero que todos tengan un bonito día, especialmente a las personas que colaboran en Medicina Deportiva.
Sofí: Saludos a Christina Ponce de la carrera de Arquitectura generación otoño 2017.
Gaby: Felicidades a todos los chicos que próximamente recibirán el premio académico cruz forjada.
Mony: Feliz de iniciar un nuevo día lleno de salud, pero que todos tengan un excelente día.
Cesar: Éxito a todos en esta semana de evaluaciones y que la suerte los acompañe.
Michelle: Buenas vibras a los alumnos que toman investigación con el profesor Robles.
Nata: Saludos a los jóvenes que realizan servicio de beca en la biblioteca.
Tony: Espero que todos estén teniendo un excelente día.
Laila: Mucha suerte a todos los jóvenes de medicina que próximamente elegirán plaza para internado de prestado.
Pao: Saludos a Saori Campos de la carrera de Arquitectura generación otoño 2018, espero que le esté yendo súper bien.
Magui: Espero que todos los alumnos que hicieron examen de herramientas el viernes pasado tengan resultados favorables.
Cecy: Un abrazó a Diana Pérez de la carrera de Contaduría generación otoño 2019.
Andy: Me siento feliz porque ya estoy a mitad de la carrera Filosofía, nunca pensé que el tiempo transcurriera tan rápido.
Por: Paco Rubín
El zapatero le vendió a Fabiana unos zapatos defectuosos.
Unos zapatos bellos, elegantes, cómodos, sí.
Pero defectuosos.
Cada vez que los utilizaba, Fabiana tropezaba.
No podía llegar de inicio a fin de la escalera, ni podía caminar por las banquetas, ni tomar ese camino que siempre lleva a Roma, porque en cada paso dado, los zapatos le hacían tropezar por los senderos.
Fabiana entonces optó por caminar descalza.
Pero sus pies estaban contagiados del tropiezo y sus pasos eran siempre un tartamudeo andante.
Comprendió que tenía en sus espalda un par de alas que le hicieron llegar desde entonces, al sitio que deseaba.
Por: Paco rubín
Respiró Martina el olor de una flor y los pulmones se le hicieron mariposa.A Martina el corazón le saltaba, pero no era el corazón sino los pulmones hechos mariposa.El cuerpo le aleteaba por dentro, por todo adentro.Todo el pueblo miraba entonces a Martina y hacía fila para verla de cerquita porque Martina tenía atrapada una mariposa bajo la piel y los huesos.Martina era Martina, pero era una jaula. Su cuerpo era una jaula. Sus costillas los barrotes de esa jaula donde había una mariposa en cautiverio. El pueblo la miraba.Y Martina no pudo más y abrió la boca grande grande como si su boca fuera una cueva, y de a poquito salió la mariposa por su boca y se fue volando pintando el aire de colores.Y el pueblo no tenía ya espectáculo y se retiró de a poco, hasta que se quedó sola Martina. Sola. Deseando ser una oruga.
Publicación a cargo de la Lic. Yolanda Jaimes Vidal, Coordinadora de Comunicación InternaGrecia Juárez Ojeda, DirectoraCristhian Adal García Hernández, Subdirector, Jefe de InformaciónJesús Del Pozo Sotomayor, Jefe de FotografíaEric Contreras Santos, Jefe de Fotografía DeportivaArlette Sánchez Santos, Editora
ReporterosDafne Ixchel Agüero Medina, Jefa de Sección/CulturaGibsy Sagrario Gonzalez Garcia, Reportera de Proyectos de Impacto Social
OpiniónGrecia Juárez Ojeda, ColaboradoraCarolina Méndez, ColaboradorItzel Reyes Camargo, ColaboradoraRoberto Carlos Pérez Hernández, ColaboradorCristhian Adal García Hernández, ColaboradorJesús Del Pozo Sotomayor, ColaboradorRocio García González, ColaboradoraDiego Efrén Torres Fernández, Colaborador
Diseño y Edición GráficaMa. Fernanda Bretón Vega, CoordinadoraMayra Renne Beltrán Garay, Jefa de DiseñoAmanda Jimenez Cardenas, Jefa de DiseñoMaria Teresa de Jesus Guendulain, Jefa de DiseñoAzalea Hernandez Morales, DiseñadorAzalea Hernandez Morales, Maria Jose Guitierrez Arcega, Miguel Lopez Rosete, Aldo Arturo Gonzalez Ávalos, Rose Mary Susana Figaredo Ilustradores
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