Con el objetivo de que los estudiantes apliquen su razonamiento lógico-matemático, de una forma divertida se llevó a cabo la XII edición de la Olimpiada de Matemáticas, en la que participaron alrededor de 170 estudiantes de las diferentes preparatorias UPAEP, a quienes esta actividad les ayudó a medir sus conocimientos, desarrollar su parte lógica y adquirir experiencia para otras competencias. La actividad se dividió en dos partes: una individual, en la que cada uno de los integrantes de los equipos resolvía los problemas de manera particular y al final se sumaban sus puntajes. Una vez que se conocía la suma total, las 15 mejores calificaciones pasaban a la siguiente etapa. Para ello necesitaron aplicar conocimientos básicos de matemáticas, álgebra, trigonometría, teoría de números entre otros.Los premios para los primeros lugares constaron de un smartwatch, una cámara a prueba de agua y para el primer lugar un dron. Los ganadores del cuarto lugar fueron Raúl Jimenez, Hassen Leon y Bernardo Dos Santos de la prepa UPAEP Atlixco, con el nombre de equipo “Trinomio Cuadrado Perfecto”. El tercer lugar lo obtuvieron Karla Estefany García, José Angel Ruiz y Ricardo de Jesús González, de la prepa UPAEP Angelópolis con el nombre de equipo “STEAM”. El segundo lugar fue para el equipo “Mayolokos” integrado por José Antonio Santos, Joshua Sebastian Cruz y Luis Alfonso Alvarez, pertenecientes también al plantel Angelópolis. Por último, los ganadores del primer lugar fueron Luis Ángel Casiano, Carlos Daniel Pérez y Carlos Daniel Huerta, con el nombre de equipo “Los Dino Tlacuaches” de la prepa UPAEP Santiago.Los jóvenes ganadores comentaron que se prepararon para su participación practicando con problemas de olimpiadas anteriores, problemas que sus maestros les proporcionaron y dedicando tiempo a la resolución de estos en grupos de estudio para mejorar sus habilidades. Asimismo comentaron que la parte más difícil fue la primera fase, ya que ellos iban con la idea de resolver toda la competencia en equipos pero esta primera fase fue individual, por lo que tenían que por su cuenta lograr obtener la mejor puntuación posible para que esta les ayudará a poder pasar a la siguiente fase y a las calificaciones finales para la premiación. Además para muchos de los ganadores era la primera vez en la que participaban en esta Olimpiada, por lo que obtener un lugar en la premiación fue algo satisfactorio.
Por: Nelson Gómes
RIGUROSA CON LA SALUD
Por: Paco Rubín
(Paco Rubín)
Funambulista.
Pero el corazón le pesó tanto por querer tanto a una mujer que le cambió la vida tanto.
Y mientras tanto, perdió el equilibrio.
Y no importó.
Porque la caída fue a sus brazos.
Vive
bajo cien tejas oscuras de cien años, bajo un árbol paraíso, donde se mecen, tal como en el tiempo los vientos, el sereno; a flor de tierra, flor de madrugada, mi abuela Magdalena.
Amanece en su casa a las primeras palpitaciones de la luz. Sonoras se vuelven de tan diáfanas, las almas de las cosas que en ese instante trovan la mañana llovida, su joroba de estática existencia.
Y la casa de mi abuela Magdalena, entonces, el fogón, ara piadosa de no ostentosa leña, cortejada por hacha alguna, mas de varas, breñas, barañas maduradas en la rama.
El maíz vuelto fruta, blanco atole de bolita, la toquere, las gordas, la tortilla, tiempo que se extiende, buen hijo, entre las manos, canción de siglos y eco de sí mismo; la tortilla se extiende de cocina en cocina, ovación intermitente que no apaga en el fuego su blancura, multiplicación de no prohibida fruta.
En su casa, en su tronco montada, la tinaja, foco de agua atrayendo las abejas sonámbulas, sedientas del néctar rezumado del barro enverdecido de musgo; las abejas prófugas del enjambre, de la campana incandescente de Mama María.
Su casa en la infancia aletargada.
Humilde arroyo, humildes piedras hubo, lo recuerdo. Olía a charamascas nuevas, alimento de otras charamascas instantáneas también; a adelfas pálidas. Olía a tiempos de aguas.
Peregrinas frutas de coyoles y de nanches, de mangos y de ilamas retoñan, huelen, cantan, como balsas, en su dulce cabeza, camelina enorme, sin espinas, blanca.
En sus manos prosigue su camino un arriero, los pies no derrotados, que recorre estas líneas palmo a palmo, veredeando también las de mi mano; no detiene su marcha, no descansa, no se vuelve. Por mis caminos anda. Silbando.
La Sierra, abrupta flor, se anega en luz en su mirada. ¡La mirada —remanso iridiscente, simulado reposo de las aguas nunca quietas— de mi abuela Magdalena!
Publicación a cargo de la Lic. Yolanda Jaimes Vidal, Coordinadora de Comunicación InternaGrecia Juárez Ojeda, DirectoraCristhian Adal García Hernández, Subdirector, Jefe de InformaciónJesús Del Pozo Sotomayor, Jefe de FotografíaEric Contreras Santos, Jefe de Fotografía DeportivaArlette Sánchez Santos, Editora
ReporterosDafne Ixchel Agüero Medina, Jefa de Sección/CulturaGibsy Sagrario Gonzalez Garcia, Reportera de Proyectos de Impacto Social
OpiniónGrecia Juárez Ojeda, ColaboradoraCarolina Méndez, ColaboradorItzel Reyes Camargo, ColaboradoraRoberto Carlos Pérez Hernández, ColaboradorCristhian Adal García Hernández, ColaboradorJesús Del Pozo Sotomayor, ColaboradorRocio García González, ColaboradoraDiego Efrén Torres Fernández, Colaborador
Diseño y Edición GráficaMa. Fernanda Bretón Vega, CoordinadoraMayra Renne Beltrán Garay, Jefa de DiseñoAmanda Jimenez Cardenas, Jefa de DiseñoMaria Teresa de Jesus Guendulain, Jefa de DiseñoAzalea Hernandez Morales, DiseñadorAzalea Hernandez Morales, Maria Jose Guitierrez Arcega, Miguel Lopez Rosete, Aldo Arturo Gonzalez Ávalos, Rose Mary Susana Figaredo Ilustradores
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