Hola lectores, hoy quiero hablar de un tema un tanto polémico, no es tan crítico como otros, pero la verdad es que sí me ha puesto a pensar mucho sobre cómo la sociedad ha ido evolucionando con respecto a los derechos de las mujeres.Hasta hace unas décadas las mujeres no tenían voz ni voto, tuvieron que luchar para gozar de ese derecho, cuando su participación en la política, al igual que la de los hombres debe ser imprescindible, y no solo en este ámbito sino en muchas otras disciplinas en que el hombre se desarrolla desde tiempos remotos. No obstante, de tantos esfuerzos por parte de organizaciones no gubernamentales e incluso gubernamentales, el concepto ‘igualdad’ aun no ha quedado claro para todos, pues algunas personas siguen pensando que la mujer debe estar destinada a hacer tareas domésticas pese a que nos han demostrado que son capaces de crear un robot, o incluso mejorar el modelo atómico. Esta lucha por la igualdad o equidad de género es muchas veces mal interpretada, pues muchos “machos” toman ventaja para decir, bueno, quieres ser igual que un hombre, pues entonces carga un garrafón de agua y no pidas mi ayuda. Así que cabe dejar en claro que una cosa es reconocer que una mujer tiene las mismas capacidades intelectuales y por lo tanto merece tener el mismo sueldo que un hombre, y otra muy distinta es que ésta tenga la fuerza necesaria como para cargar un garrafón de agua y tenga que pedir ayuda del macho alfa pelo en pecho. Otro aspecto controversial en cuanto a la equidad de género es el maltrato y el acoso del que muchas veces son víctimas, aunque cabe aclarar, no siempre es un problema que acecha a las mujeres. En 2017 surgió un movimiento viral a través de las redes sociales llamado «#MeToo» que tuvo como objetivo denunciar en Internet a diversas figuras públicas, dicha acusación, es realizada fuera del marco legal pues tiene como objetivo “quemar”, como se dice coloquialmente, a la persona que supuestamente cometió el acto ilícito. Este movimiento inicio en Estados Unidos, sin embargo, poco a poco se fue expandiendo a diversos países entre ellos, México, y tomó tal revuelo, que se diversifico llegando al ámbito académico y político. A través del hashtag “MeToo” los denunciantes, crean en cualquier red social perfiles para denunciar de manera anónima o pública a la persona que las ofendió lascivamente. En lo personal, es un buen movimiento para las mujeres a las cuales no se les hace caso jurídicamente porque de esta manera pueden destapar todos los trapos sucios de aquellas personas que por gozar de cierto poder, creen que pueden hacer lo que sea, pero en su contraparte siento que puede haber muchas chicas que quieran aprovechar que hay anonimato para solo hacer imposible la vida de otras personas y claro está conseguir un poco del dinero de los famosos o poderosos.En el mes de abril de 2019 se suscitó un hecho bastante controversial porque un integrante de la banda Botellita de Jerez se suicidó luego de ser acusado de acoso sexual en una de las cuentas del movimiento #MeToo.La persona es cuestión fue Armando Vega Gil quien previo a su muerte dejó una carta en la cual destaca que su muerte fue por decisión propia y que no se le culpara a nadie por ello, además de que explicaba que la razón por la que se quitaba la vida era para ahorrarle a sus hijos el ser señalados por su culpa. Cabe destacar que esta acusación ya tenía mucho tiempo en los tribunales, es decir, no era una noticia fresca, pero fue a través del movimiento #MeToo que tomó revuelo y fue la razón que orilló a Armando Vega a optar por el suicidio. Mi punto de vista, respecto a este hecho es el siguiente… Me parece bien que MeToo, sea una iniciativa para que las personas puedan alzar la voz en temas que normalmente callarían por gozar de una baja posición de poder, no obstante, creo que debería existir un filtro porque las redes sociales son un arma de doble filo, cualquier persona con un dispositivo conectado a internet puede decir todas las tonterías que se le vengan a la mente, así que ¿quién nos asegura que todas las denuncias a través de #MeToo son ciertas?No puedo negar que todo este revuelo ha ayudado a muchas mujeres a decir lo que antes no pudieron, pero muchas de las supuestas denuncias que he visto en la red son solo a través de la palabra escrita, no aportan evidencias, no hay testigos. Quiero creer que como fueron hechos que sucedieron hace ya varios años no cuentan con los elementos necesarios, pero sería bueno comprobar de algún modo que en verdad fueron víctimas de acoso, de lo contrario hacen que este movimiento pierda credibilidad.
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ReporterosDafne Ixchel Agüero Medina, Jefa de Sección/CulturaGibsy Sagrario Gonzalez Garcia, Reportera de Proyectos de Impacto Social
OpiniónGrecia Juárez Ojeda, ColaboradoraCarolina Méndez, ColaboradorItzel Reyes Camargo, ColaboradoraRoberto Carlos Pérez Hernández, ColaboradorCristhian Adal García Hernández, ColaboradorJesús Del Pozo Sotomayor, ColaboradorRocio García González, ColaboradoraDiego Efrén Torres Fernández, Colaborador
Diseño y Edición GráficaMa. Fernanda Bretón Vega, CoordinadoraMayra Renne Beltrán Garay, Jefa de DiseñoAmanda Jimenez Cardenas, Jefa de DiseñoMaria Teresa de Jesus Guendulain, Jefa de DiseñoAzalea Hernandez Morales, DiseñadorAzalea Hernandez Morales, Maria Jose Guitierrez Arcega, Miguel Lopez Rosete, Aldo Arturo Gonzalez Ávalos, Rose Mary Susana Figaredo Ilustradores
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