En los últimos años, España nos ha sorprendido con sus escritores de la literatura juvenil. En esta ocasión les compartiré sobre la primera parte de la trilogía “Aquí y Ahora” que fue escrita por Javier Martínez en el año 2012. Para que tengan una breve idea de la historia, te la resumiré en unos cuantos párrafos.

Primera Parte· ST Dean. Ryan llega a la casa de la playa que tienen sus padres en St. Dean con la intención de relajarse y decidir si quiere ir a la universidad en octubre o tomar otro camino. Pero sus planes cambian radicalmente cuando conoce alguien que le cambiará su forma de pensar y le descubrirá, poco a poco, lo que es el amor. Será cuando Ryan tendrá que decidir si cerrar sus puertas o simplemente permitir que accedan a su corazón, dejándose llevar ante cualquier acontecimiento que pudiera ocurrir. La inocencia del amor adolescente y las ganas de enamorarse se verán en conflicto directo con amigos inoportunos y las ideas que impera al alrededor de un amor inocente de verano.

Segunda parte· Norwalk. Ryan vuelve a la ciudad y deberá enfrentarse a los fantas-mas del pasado, a sus propios miedos y al momento que tanto temía antes de verano, pero esta vez no lo hará solo. Nuevos personajes y otros conocidos se suman a la his-toria para complicarla y retorcerla hasta límites insospechados, provocando que tanto él como su entorno tengan que adaptarse a las nuevas situaciones que se presentan en sus vidas. Llega la universidad y, con esta experiencia llegan nuevas relaciones, nuevos misterios, más secretos, muchas aventuras y, sobre todo, las ganas de Ryan de ser feliz de una vez por todas.

Aquí y Ahora es una intensa novela que describe los altibajos de determinadas relaciones con las que cualquiera puede sentirse identificado indiferentemente de su condición sexual, adentrándose en los problemas que pueden surgir cuando el mundo que te rodea no está preparado para sentimientos tan comunes en circunstancias poco conocidas. Es la suma de varias historias que se funden en una sola. Es el reflejo de lo que ocurre cuando los caprichos de la vida coinciden en darnos todo aquello que pedimos o en robarnos todo lo que dábamos por nuestro. Nada es por casualidad y sólo nosotros somos los dueños de nuestro destino.