La UPAEP ha llegado a sus 46 años de vida, y por el contexto en el que se dio el nacimiento de nuestra institución, aunque para muchos pudiera parecer un corto tiempo si se compara con otras universidades, para ser una universidad de ideología humanista-cristiana, es un gran logro.

Y es que en el contexto actual, esta filosofía ha ido perdiendo significado, y solo haciendo un recuento de los daños y de los años, es que se pueden percibir las grandes aportaciones y la necesidad de regresar a nuestros orígenes.

Hoy que una persona vale más por lo que tiene que por lo que es, hoy que una vida puede ser cobrada por 5 mil pesos o lo que vale un celular; hoy que ya no sentimos pena por la desaparición o secuestro de una persona; hoy que estafar, robar, o engañar a alguien es una actividad normal; hoy que la intolerancia se ha adueñado de nosotros y por pensar diferente pueden ultimarnos de un plomazo; hoy que todo se vuelve intrascendente  o chismes de redes sociales, hoy, por esa y muchas razones más es que la filosofía y pensamiento de esta Institución se hace indispensable.

Urge, en este momento, educar en valores, cristianos o no cristianos, pero valores, esos que le dan sentido a la vida y promuevan el crecimiento de la persona que se traduzcan en cambios sociales. Esos que están contenidos en las materias más aburridas que nos toca tomar como parte de nuestra carga curricular de los primeros semestres y que odiamos, pueden ser la clave para ayudarnos a resolver esos y muchos otros problemas desde la raíz.

Hace 46 años un grupo de jóvenes se atrevió a hacer posible lo imposible, y luchar por una educación de calidad que de alguna manera formara a personas que estuvieran dispuestas a cambiar la realidad que les rodeaba, a no ser indiferentes y luchar por nuestros ideales; y no hablo de levantarnos en armas y arriesgar la vida como en el pasado lo hicieron los fundadores de esta Universidad, sino luchar contra nosotros mismos si es necesario por cambiar nuestro actuar, predicar con el ejemplo y señalar aquello que violenta nuestros derechos. Exigir que el cambio no sea solo una palabra más del discurso demagógico en nuestros gobernantes ni una utopía para nosotros como sociedad.

Hagamos lo posible por hacer valer nuestros derechos, pero también seamos ciudadanos responsables. Luchemos por ser esos líderes que marcan de manera positiva la transformación de nuestro entorno.

Quizá hace falta mucho para ver la filosofía universitaria materializada en un contexto social, pero hay muchos granitos de arena que empiezan a hacer la diferencia y que pueden dar cuenta de la necesidad de ver más allá, de no solo quedarnos en nuestro confort y hacer hacer, en medida de lo posible, que la realidad de nuestro vecino, amigo, familiar o conocido mejore.