La Declaración de Norteamérica (DNA) parte 2
24/01/2023
Autor: Dr. Juan Carlos Botello
Cargo: Profesor Facultad de Comercio Internacional y Logística

La semana pasada abordé en mi columna los tres primeros pilares de la Declaración de Norteamérica proclamada en la X cumbre de líderes de Canadá, Estados Unidos y México celebrada la semana pasada. Hoy abordaré los tres pilares restantes basándome en el comunicado de la Casa Blanca.

El pilar número cuatro se refiere a migración y desarrollo. El 9 de enero se cumplieron seis meses de la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección, un nuevo y audaz marco para el reparto regional de responsabilidades que 21 líderes aprobaron al margen de la Novena Cumbre de las Américas. Cada uno de los tres países de América del Norte asumió ambiciosos compromisos en virtud de la Declaración de Los Ángeles, entre ellos el de trabajar juntos para impulsar la movilidad laboral en América del Norte, en particular en lo que respecta a las vías regulares, y los han ido cumpliendo. 

Desde junio, México, Estados Unidos y Canadá han acogido colectivamente a un número récord de migrantes y refugiados del hemisferio occidental en el marco de programas laborales y humanitarios nuevos y ampliados. Los tres mandatarios se comprometieron a una migración segura, ordenada y humana bajo la Declaración de Los Ángeles y otros marcos multilaterales relevantes. Esto incluye ayudar a las comunidades de acogida y promover la integración de los migrantes y refugiados; proporcionar protección a los refugiados, solicitantes de asilo y migrantes vulnerables; fortalecer la capacidad de asilo en la región; ampliar y promover vías regulares para la migración y la protección; abordar las causas profundas y los impactos de la migración irregular y el desplazamiento forzado; y colaborar para contrarrestar la xenofobia y la discriminación contra los migrantes y refugiados.

Se reconoce que, se necesita identificar y abordar las causas profundas de la migración irregular y el desplazamiento forzado. México, Estados Unidos y Canadá se comprometen a apoyar a los países del Hemisferio Occidental a crear las condiciones para mejorar la calidad de vida, especialmente en las comunidades marginadas que son vulnerables tanto a la migración forzada interna y regional como al desplazamiento. En este pilar se destaca también el compromiso con los sectores productivos y sectores privados para promover prácticas empresariales responsables, implementar obligaciones bajo el T-MEC y las convenciones laborales internacionales, y cooperar para erradicar el uso de trabajo forzoso e infantil en las cadenas de suministro. Este último párrafo es por demás interesante ya que compromete a muchas empresas a someterse a las reglas del comercio administrado de Trump. 

Quizá el pilar correspondiente a la Salud es el menos importante de todos ya que sólo resaltó la importancia de crear el Plan Norteamericano para la Gripe Animal y Pandémica y habrá que esperar los avances en este tema. Por último, el tema de la seguridad regional fue abordado para desarrollar estrategias que refuercen la seguridad continental compartida contra amenazas domésticas, regionales y globales, incluyendo amenazas cibernéticas. Se destaca la cooperación en materia de seguridad incluyendo acciones para desarticular a los delincuentes y los delitos asociados a través de las fronteras comunes, incluidos el blanqueo de capitales, la explotación sexual infantil, el tráfico de armas de fuego y la trata de seres humanos. Así mismo se continuará con el Diálogo sobre Drogas en América del Norte y se seguirá avanzando en los esfuerzos de cooperación internacional para hacer frente a la creciente amenaza mundial de las drogas sintéticas. 

Cuando Estados Unidos asuma la presidencia en 2023 se reforzará el trabajo trilateral para abordar el uso de precursores químicos en la producción de sustancias ilegales en Norteamérica y para interrumpir el tráfico de drogas, así como para reforzar los enfoques de Salud Pública en materia de prevención, reducción de daños, tratamiento y recuperación. 

Espero que la Declaración de Norteamérica no sea una Declaratoria de Buenas Intenciones ya que la región cuenta con un enorme potencial a nivel global y sería una lástima que México no se sumara a tan destacada propuesta. La oportunidad está ahí, sólo hay que tomarla y comenzar a trabajar por el país. Estoy convencido que de hacerlo nos espera un futuro próspero. ¿Habrá alguien a quién no le interese progresar?