El COP26: Decepcionante en su Totalidad
18/11/2021
Autor: Dr. Juan Carlos Botello// Dr. Werner G.C. Voigt
Cargo: Profesor Facultad de Comercio Internacional y Logística//Profesor Emérito

El miércoles, 10 de noviembre de 2021 los organizadores de la Cumbre sobre el Cambio Climático de la ONU, conocido como COP26 en Glasgow, Escocia emitieron el borrador final de su Acuerdo y el texto es intolerablemente ambiguo y no va a contribuir en una solución al creciente peligro de un punto de no regreso en el calentamiento global causado por las nocivas actividades de la comunidad internacional. No hay obligaciones en cuanto al financiamiento y la adaptación y, no hay cifras reales de cientos de miles de millones de dólares prometidos por algunos participantes, ni un plan de entrega para los países más ricos y que más contaminan. Sólo declaraciones de buenas intenciones de apoyos a las naciones menos desarrolladas.

El nuevo texto supone una mejora del Acuerdo Climático de París de 2015 en lo que respecta a la mitigación y al objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 grados Centígrados. En un punto sumamente alarmante el documento parece patear la pelota más hacia adelante, especialmente cuando esta semana se conoció el reporte de expertos internacionales que muestra que, con los compromisos ambiguos de países como China, Rusia, Estados Unidos, Japón, Australia y Brasil vamos seguramente hacia los 2.7 grados Centígrados de aumento global de la temperatura promedio en el transcurso del resto de este siglo. El precio de este evidente fracaso del COP26 será enorme. La mayoría de los nuevos estudios basados en un calentamiento de 2.7 grados significan que muchos estados isleños – con alzas en el espejo del mar de entre tres y cuatro metros – van a estar sumergidos exactamente como los grandes puertos marítimos del mundo. Entre ellos Rotterdam, Amberes, Hamburgo, Nueva York, Nueva Jersey, Boston, Baltimore y Nueva Orleans. Por su parte, México perdería los puertos de Veracruz, Tampico, Lázaro Cárdenas, Mazatlán, Salina Cruz y Topolobampo. También vamos a sufrir la muerte de los arrecifes de coral y los manglares. Adicionalmente, brutales olas de calor extremas, huracanes extremadamente severos, inundaciones, incendios forestales, pérdida de cosechas, el colapso del comercio internacional y hambruna generalizada. En pocas palabras, México llegó a la cumbre de Glasgow con las manos vacías, sin la participación del presidente López Obrador, sin metas actualizadas ni resultados positivos prometidos por nuestro gobierno en la cumbre climático de París en el año 2015. Simbólico de esto es nuestra promesa de que 35% de nuestra energía generada en el año 2024 sería limpia, sino por el contrario ahora nuestro presidente promueve, hacer desaparecer una reforma constitucional para devolver todo el control del mercado eléctrico a la Comisión Federal de Electricidad, hacer desaparecer la generación de electricidad con energía renovable y privilegiar la energía fósil, especialmente por el uso de combustóleo – increíblemente contaminante – en la generación de energía en las plantas termoeléctricas de la CFE.

Después de una resistencia feroz de nuestra delegación en la cumbre, finalmente México se rindió ante las extremas críticas de la comunidad internacional y se sumó con muchas reservas a la firma del Acuerdo Global para Revertir la Deforestación en el Mundo hacia el año 2030. Finalmente, dos días antes del cierre de la cumbre México, junto con 30 de los 196 países que asistieron acordaron acabar con los vehículos de combustión para 2040. Pero entre los estados firmantes no figuran los mayores mercados – Estados Unidos, China y Japón ni tampoco países como España, Alemania y Francia. Tampoco se han sumado a ese acuerdo los cinco mayores fabricantes mundiales de vehículos – notablemente, Volkswagen, Audi, BMW y Toyota. Una portavoz alemana dijo que el gobierno de Alemania no firmará el acuerdo final porque no había alcanzado un consenso interno acerca de un aspecto marginal del compromiso: respecto a si los combustibles renovables podrían formar parte de la solución. Indiscutiblemente se avecinan tiempos difíciles y es sumamente preocupante que la 4T no se dé cuenta de la gravedad de la situación que el mundo está viviendo actualmente. El cambio climático es una realidad y el cambio al uso de energías renovables también es una necesidad urgente. Ya es hora que el gobierno de México  se tome en serio las cosas y deje a un lado su mundo de improvisaciones.