El costo del retorno al trabajo presencial
24/11/2022
Autor: Cynthia María Montaudon Tomas
Cargo: Directora del Observatorio de Competitividad y Nuevas Formas de Trabajo de la UPAEP

Regresar al trabajo es, para muchos, una indicación de que estamos dejando atrás la época del confinamiento. Para algunos es un motivo de encuentro con colegas y amigos y de retomar la interacción social que se dejó temporalmente de lado. Resulta atractivo contar con un espacio para la creatividad y la posibilidad de volver, de nueva cuenta, a la rutina.  Además, el regreso al entorno laboral permite una separación entre vida personal y laboral, favorece una comunicación más directa entre los equipos, incide en un mayor sentido de pertenencia y se limitan las posibles distracciones y la procrastinación.

Para otros, la situación es distinta.  El regreso a la presencialidad implica costos importantes que quizá no habían considerado. Y no se trata solamente de cuestiones económicas, sino también de gastos en tiempo.

Trabajar de manera remota permite al empleado levantarse minutos antes de empezar a trabajar. No hay necesidad del baño matutino, ni de tiempo excesivo para el arreglo personal y se puede desayunar ya iniciadas las actividades laborales.

Durante el día, se puede limpiar un poco el hogar, cocinar, y hacer lavandería entre reuniones. Al terminar la jornada basta con apagar el ordenador y reintegrarse a la vida del hogar.

Trabajar fuera de casa implica levantarse al menos dos horas antes del inicio de actividades, especialmente si es necesario pasar por el reloj checador. Esas dos horas se pueden distribuir de maneras muy diversas. Arreglo personal, desayuno, arreglos básicos y preparaciones en el hogar y transporte. Cuando se tienen hijos, el tiempo se puede extender aún más en alistarlos y llevarlos al colegio.  El camino de regreso suele ser más corto, pero en promedio puede tomar cerca de veinte minutos, cuando se tiene la fortuna de vivir cerca del trabajo o contar con transporte accesible.

El tiempo que le toma a una persona alistarse, salir de casa, llegar al trabajo y luego volver ha hecho que muchas personas reconsideren los beneficios del trabajo remoto.  El gran desafío para las empresas es cómo generar las condiciones para que cada empleado pueda seleccionar el modelo de trabajo que mejor se ajuste a su estilo de vida y necesidades, y determine los costos económicos y de tiempo en los que se está dispuesto a incurrir para que el esquema de trabajo genere mayor valor y bienestar.