Las Voces de Ingenierías: Retos de las mujeres en la ciencia
14/12/2023
Autor: Yesica Yazmin Escobar Ortega
Cargo: Profesores del Área de Física

La ciencia no tiene género, sin embargo, los espacios y oportunidades para estudiar una carrera STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), han sido diferentes entre hombres y mujeres debido a barreras culturales y sociales. La participación de la mujer en las carreras científicas no se relaciona con la capacidad intelectual, sino con la forma en que somos educados desde nuestro nacimiento y los estereotipos de género que fomentan la violencia, la discriminación y sobre todo la falta de reconocimiento a las mujeres, repercutiendo en su desarrollo emocional, personal y profesional.

A pesar de lo anterior, mujeres de diferentes épocas y nacionalidades han logrado progresar en diferentes niveles académicos, impulsando la igualdad de oportunidades en la ciencia. En Puebla, destaca Matilde Montoya Lafragua, quien se convirtió en partera a los 16 años, siendo la primera mujer en estudiar una licenciatura. En 1887 se tituló como médico en la Escuela Nacional de México, actualmente la Facultad de Medicina de la UNAM. Así, por decreto presidencial, se estableció que mujeres y hombres podían acceder a los mismos derechos y obligaciones en esa institución. Recordemos también a Helia Bravo Hollis, la primera bióloga titulada en nuestro país; sus estudios fueron pioneros en el estudio taxonómico de las cactáceas en México. Actualmente, hay una reserva de la biósfera en Tehuacán-Cuicatlán que lleva su nombre. Su investigación permitió expandir nuevas líneas de investigación como la protozoología y flora acuática. Por su parte, Alejandra Jaidár Matalobos fue la primera mujer en titularse en física en 1961. Su carrera científica se centró en investigar cómo se podían aplicar los métodos y técnicas de la física nuclear para estudiar fenómenos en otros campos de la física.

Estos referentes femeninos deben ser inspiración para futuras generaciones de mujeres pues con ellas nos percatamos de la necesidad, importancia y trascendencia de la mujer en áreas STEM. Más aún, las diferencias entre hombre y mujeres no deben ser una limitante, sino que deben complementarse en el quehacer académico. Además, es necesario aceptar que los retos de la mujer en la ciencia son muy amplios y debemos trabajar en conjunto para superarlos. Las mujeres necesitamos asumir cargos donde se tomen decisiones, y hacerlo bien pues se deben adquirir competencias que permitan competir en igualdad de circunstancias. Para ello debemos desarrollar habilidades computacionales y matemáticas si queremos hacer investigación científica. También, las mujeres debemos involucrarnos en la docencia en ingenierías y en ciencia exactas, y sobre todo tener más confianza en nosotras mismas. Dejar de pensar que por ser mujeres merecemos trato especial; es urgente cambiar la forma tradicional de educar a las niñas usando herramientas de inteligencia emocional.