Acciones y razones correctas requieren de la razón. Una reflexión ética de Kant en la comunidad de Tenancingo
14/12/2023
Autor: Erika Escalona Baez
Programa Académico: Estudiante de Filosofía Online

Comprender nuestros actos e intenciones nos permite entrar en un estado de reflexión y conciencia moral. Algo que es muy representativo de la ética de Kant, es que él, no solo aspira a una ética “del actuar bien” sino que propone una ética en la que también el individuo, juzgue, reflexione y promueva una justificación de las razones del porque hacer el bien. De ahí que la pregunta ¿Por qué actuamos como actuamos? nos lleva a reconocer nuestras razones y acciones. En el presente trabajo presentaré un breve análisis sobre la ética de Kant en relación con la comunidad de Tenancingo (conocido como la cuna de padrotes) donde se puede reflexionar sobre las acciones de explotación humana que evidencian la falta de ética y racionalidad.

Kant refiere a una ética de fines, donde la acción, la intención y la razón van de la mano. En este sentido, promueve una ética del deber ser, que no solo consista en hacer el bien, sino también en hacerlo por las razones correctas; por las intenciones morales y no solo por quedar bien ante los otros. Es evidente que, en Tenancingo, las acciones de los tratantes y la comunidad misma, no promueven la ética, sino la explotación, pues no hay razón critica; se ha normalizado tanto en la comunidad como en el gobierno, la existencia y tradición de padrotes.

En la comunidad de Tenancingo, los llamados padrotes suelen hacer aportaciones económicas o regalos en las festividades del pueblo, parecería a simple vista que sus acciones son buenas, pero tan solo es para quedar bien ante los otros, por una razón más egoísta que buena.

Al referir a la ética de Kant, no es suficiente con tener buenas intenciones o hacer algo que aparente estar bien, sino realizar esas acciones buenas por las razones correctas. De ahí, que Kant enfatiza en el uso de la razón, de la conciencia y del respeto que posibilite el ordenamiento moral y el bien supremo. Es claro, entonces que la comunidad de Tenancingo necesita una conciencia y un respeto que vaya más allá de lo exterior, de respetar al vecino no agrediéndolo físicamente, sino esto también se trata de respetar la dignidad humana.

La ética de Kant nos invita a retomar los deberes de virtud individual, los cuales deben promover un autoconocimiento que lleve a la reflexión, al juicio y a la conciencia. Por otro lado, también nos invita a practicar los deberes de virtud comunitarios, los cuales deben promover el respeto y el bien común. “En la naturaleza, explica Kant, todas las cosas operan según leyes, pero las leyes del deber ser, a diferencia de las leyes del ser, solo pueden dirigirse a seres racionales, dotados de la capacidad de obrar según la representación de las leyes, esto es, a seres dotados de voluntad (Vigo, 2011, pp. 123-124).  Cabe mencionar que, aunque de generación, en generación exista en la comunidad de Tenancingo, una tradición de la trata de mujeres, aun no todo está perdido, pues lo individuos son seres pensantes que más allá de un deber, pueden emplear la razón, para hacerse consientes de una realidad no ética que trasgrede la dignidad humana y a su vez a la comunidad misma.

La verdadera felicidad y paz, siempre deben de ir de la mano de fundamentar una coexistencia de libertades en la razón y en el obrar. Esto requiere una práctica reflexiva racional que permita enjuiciar la acción, reconociendo si el acto y la intención fueron buenas. "El estado no puede como tal, mandar el bien y la perfección moral, pues la promoción del perfeccionamiento moral de los individuos es, más bien, tarea de otras instancias como la educación moral en el seno de la familia y, en las comunidades" (Vigo, 2003, p. 44). Así, es claro que alcanzar una legislación pública implica educar para para la conciencia, para el respeto de los otros, promoviendo como nos diría Vigo la dignidad de las personas como seres racionales.

En conclusión, Kant promueve una moral que va más allá del deber ser, es decir una moral en la que debe existir una racionalidad que coincida con: el deber ser, la acción y la razón correcta. Así, la coexistencia de las libertades implica que todos los individuos de la comunidad puedan convivir, perfeccionarse moralmente, comprometerse a buscar la felicidad individual sin trasgredir la felicidad de los otros.

En el caso presentado de la comunidad de Tenancingo, está claro que no existe una coexistencia de libertades, sino que se da una explotación de las personas, donde solo se busca el bien individual de algunos, donde se ha normalizado por la comunidad una situación que transgrede a los integrantes de la comunidad, pero que difícilmente se atreve a cuestionar o enjuiciar desde la razón, sino, que solo se sigue como un patrón o tradición. La esperanza de cambio está en promover ciudadanos que empleen su razón para actuar correctamente, aunque esto no es nada fácil, pero pienso en las nuevas generaciones que no han interiorizado totalmente esa tradición y que pueden mirar las cosas de diferente manera, que pueden aspirar a una ética en su formación, para una expectativa diferente de su propia vida.

 

Referencias

Vigo (2003, junio). Kant: liberal y anti-relativista. Estudios Públicos.

Vigo, A. (2011, julio). Ética y Derecho, según Kant. Tópicos.