En la conmemoración del inicio de la independencia de México en UPAEP, Ángel Fernando Matamoros García, estudiante de Logística de Negocios ,y Comercio y Estrategia Internacional, ofreció un discurso que resonó con pasión y convicción. Dirigiéndose a estudiantes, autoridades y ciudadanos, Matamoros García subrayó la importancia de enfrentar los desafíos actuales con unidad y responsabilidad. Su intervención no solo celebró nuestra historia, sino que también llamó a una acción consciente y crítica para enfrentar los retos que definen nuestra era. A continuación, compartimos la transcripción completa de su discurso.

Queridos compañeros,

Hoy mes de la patria, celebramos nuestra identidad y nuestra historia, pero también nos enfrentamos a un futuro lleno de desafios y oportunidades. Y sé que para muchos de nosotros, el cambio puede generar incertidumbre, incluso preocupación. Sin embargo, es precisamente en estos momentos cuando debemos recordar la esencia de lo que significa ser mexicanos.

Estudiantes, colaboradores, autoridades académicas y ciudadanos comprometidos.

Todos nosotros jugamos un papel crucial en el desarrollo y progreso del pais. Esta misión no se limita únicamente a la adquisición de conocimientos técnicos y académicos, sino que también abarca una profunda conciencia social, ética y crítica, que nos permita convertirnos en agentes de cambio y hacer un llamado a la acción.

La nueva reforma al poder judicial ha generado una oleada de preocupación entre quienes ven en ella no una mejora, sino un ataque directo a la independencia de una de las instituciones más cruciales para la democracia. Esta reforma parece diseñada no para fortalecer la justicia, sino para someterla a intereses políticos que ponen en riesgo el equilibrio de poderes que debe regir cualquier país democrático.

Se teme que la concentración de poder en el ejecutivo, con mayor influencia en el nombramiento y permanencia de jueces, socave la imparcialidad del sistema judicial, permitiendo decisiones motivadas por intereses políticos en lugar de principios de justicia. Esta politización no solo afectaría casos de interés público, sino también los derechos de los ciudadanos comunes que dependen de un sistema imparcial para resolver sus conflictos.

Además, la celeridad en la implementación de la reforma ha limitado el debate necesario para evaluar sus implicaciones a largo plazo, lo que incrementa las críticas sobre el riesgo de que se convierta en un instrumento de control más que en una verdadera mejora judicial.

Nuestra historia está repleta de ejemplos de resiliencia, de mujeres y hombres que, ante la adversidad, no se doblegaron, sino que encontraron en su amor por la patria la fuerza para seguir adelante. Hoy, al igual que ellos, estamos llamados a ser resilientes, a enfrentar los desafíos con la firmeza y la dignidad que siempre han caracterizado a nuestro país.

"El que no reflexiona sobre el pasado, lo revive de manera inevitable."

Con esta frase los invito a la reflexión y al diálogo, en donde podamos juntos como sociedad mantenemos informados de los cambios que nuestro pais está afrontando y buscar esos espacios para poder formar parte de una gencración encargada del cambio.

Entiendo el momento que nuestro México está viviendo hoy día, y comparto con muchos de ustedes el sentimiento de incertidumbre y angustia. Es natural que haya diferencias de opinión, que tengamos preocupaciones sobre el rumbo que tomará nuestro país. Pero en lugar de dejamos dividir por estas diferencias, debemos encontrar la manera de dialogar, de escucharnos mutuamente, de ser buenos ciudadanos y de trabajar juntos por el bienestar común. La paz no se construye en la ausencia del conflicto, sino en nuestra capacidad de encontrar soluciones y de mantenernos fuertes ante la adversidad.

Porque somos la generación de cambio.

Aquella generación que entiende el poder de la palabra y el impacto de nuestras acciones. En cada rincón de México, desde las grandes urbes hasta los pequeños pueblos, está surgiendo una conciencia colectiva que no se conforma con la injusticia ni con la desigualdad. Sabemos que el poder no reside únicamente en los palacios de gobierno, sino en las manos de cada ciudadano que decide no ser cómplice del silencio.

Esta generación ha aprendido a discutir y debatir sobre las injusticias del gobierno con argumentos sólidos, con hechos y con la verdad. No nos dejamos engañar por promesas vacías ni por discursos llenos de retórica.

En lugar de resignarnos, hemos decidido ser el cambio que tanto necesitamos.

Conscientes de nuestra responsabilidad histórica, nos organizamos, protestamos, votamos y participamos activamente en la vida pública. Sabemos que el cambio no llegará si esperamos sentados; debemos salir a las calles, tomar la palabra y exigir lo que por derecho nos corresponde.

Al pueblo mexicano le digo: este es el momento. No es tiempo de rendirse ni de ceder.

Es el tiempo de alzar la voz, de exigir un gobierno que trabaje para su gente y no para sus propios intereses. Si todos caminamos juntos, no habrá obstáculo que nos detenga.

No más injusticias, no más indiferencia. La justicia y la equidad no son sueños inalcanzables; son derechos que nos pertenecen y que vamos a conquistar, con el impetu y la convicción de quienes creen en un futuro mejor.

¡Que viva la patria, que viva la paz, y que viva el México que juntos estamos construyendo!

¡Juntemos nuestros corazones, y Hablemos por México!

¡Muchas Gracias!