Las calaveritas son una composición poética tradicional de nuestro país, que se caracteriza por versos humorísticos o sarcásticos, donde personificamos a la muerte y jugamos con la idea de su inminente llegada. Con nuestras rimas bromeamos sobre personajes, situaciones o eventos, y recordamos que la muerte es parte de la experiencia humana y nos alcanza a todos, sin importar quiénes somos.
Escribí esta calaverita, aprovechando el tono festivo y satírico para transmitir un mensaje de fe. Los evangélicos no celebramos propiamente el día de muertos, porque no creemos que la muerte se deba celebrar de ningún modo, pero a través de la figura de la muerte, he querido resaltar la esperanza que los cristianos tenemos en Jesucristo, quien resucitó y la venció. Así, el mensaje de mi calaverita apunta hacia una vida eterna que trasciende nuestra realidad terrenal y celebra la victoria de Cristo.
Espero que mi poema te ayude a ver a Jesús, para que sepas que no debes temer a la muerte si has creído en Él.
Aquí viene la “pelona”,
como hace cada noviembre,
se pasea por la zona
y se va antes de diciembre.
En México, los altares
le levantan y celebran;
y hacen fila centenares
que admirados los observan.
Algunos muchos la adoran,
y otros tantos de ella ríen;
pero a su hora se asombran,
de saber que ya no viven.
La “huesuda” no perdona,
ni aunque mucho pan le pongas;
se te presenta en persona,
y no importa si rezongas.
Y “pelona”, no te creas,
que no eres tan importante;
crees que con nosotros juegas
porque hoy te paras delante.
Pero esta vez no has podido
salir de aquí vencedora,
que acá está el que te ha vencido,
¡pobrecita soñadora!
Porque Dios resucitó,
y eso es lo que hoy celebramos,
que al tercer día regresó
¡y por eso nos salvamos!