Hace unos días, escuché por casualidad una conversación y oí la siguiente declaración: “No creo que Dios tenga una persona específica para mí, pero sí creo que Él nos da sabiduría para elegir.” Esto suena como una declaración razonable, ¿verdad? Sin embargo, no creo que sea completamente cierta.
Siendo un hombre reformado y soltero, a menudo me han hecho esta pregunta, y para ser honesto, por un tiempo fue una lucha para mí. El tema central de esta pregunta no es si Dios tiene algo que ver con quién elegimos como nuestra pareja, sino qué tanto tiene que ver. ¿Es Dios solo un guía? ¿Es su palabra sólo una serie de instrucciones para que hagamos nuestro mejor esfuerzo? ¿O es Dios soberano y tiene un plan real para nuestras vidas? ¿Tiene Él una voluntad específica para nosotros?
Todos los cristianos se consuelan cuando piensan en Dios como soberano. Esa es la razón por la cual oramos, y esperamos que Él actúe en ciertas situaciones. Cuando las cosas empiezan a salirse de nuestras manos, y no podemos controlar las circunstancias, entonces recurrimos a Dios y encontramos consuelo en saber que Él tiene un plan y un propósito para todo. Por lo tanto, oramos por salud cuando los médicos no pueden hacer nada, oramos por fuerza cuando algo nos parece insoportable, y oramos por sabiduría cuando no sabemos qué hacer. Odiamos la incertidumbre y la impotencia.
Por ahora, asumiré que todos los cristianos están de acuerdo con el hecho de que Dios es soberano. Mi siguiente pregunta sería: ¿qué entendemos por soberanía? El gobierno de un país puede afirmar ser soberano sobre su territorio, pero si una nación más poderosa ataca, entonces no hay nada que pueda hacer. Piensa en Rusia y Ucrania (independientemente de tus opiniones políticas). Ucrania está siendo dominada, y aunque afirme ser soberana de jure, no lo es de facto.
A partir de este ejemplo, podemos concluir que la soberanía implica poder. No sólo control, sino el poder de controlar y ejercer autoridad.
En este sentido, Dios es soberano; Él creó el mundo y lo sustenta. No solo lo sustenta, sino que lo controla. Y aquí es donde innumerables personas dirán “bien, cálmate. De hecho, detente.” ¿Significa esto que Dios controla todo en nuestras vidas? Yo creo que sí. ¿Significa entonces que no tenemos libre albedrío? No necesariamente.
Es realmente un gran misterio para nosotros cómo la soberanía de Dios y el libre albedrío del hombre pueden funcionar al mismo tiempo, pero no es una verdad que vayamos a entender jamás, sólo podemos aceptarla. Y en cuanto a la libertad, creo que nuestra libertad es limitada. Permíteme hacerte un par de preguntas:
- ¿Decidiste en qué parte del mundo ibas a nacer?
- ¿Decidiste si ibas a ser hombre o mujer?
- ¿Decidiste quién iba a ser tu familia?
- ¿Decidiste cuál iba a ser tu lengua materna?
- ¿Escogiste tu color de piel o el tipo de cabello que tienes?
- ¿Decidiste en qué periodo de la historia ibas a nacer?
La verdad es que todas estas cosas nos hacen quienes somos, pero no decidimos ninguna de ellas. Todos tenemos un punto de partida, un número limitado de opciones para elegir. ¿Por qué todos tus amigos están en los EE.UU. o en México (o en cualquier otro país)? Porque ahí es donde vives y esas son las opciones que tienes. Si vivieras en China, entonces tendrías amigos chinos.
Si entendemos la libertad como autodeterminación, también estamos limitados hasta cierto punto. ¿Puedes crecer unos centímetros por voluntad propia, o volverte moreno si naciste blanco, o convertirte en hombre si naciste mujer? A pesar de lo que algunas personas creen en este asunto, la respuesta es no. No te engañes.
Sin embargo, no somos robots, dentro de nuestras posibilidades limitadas tomamos decisiones, y nos desesperamos cuando no sabemos cuál es la decisión correcta. Creo que es una tontería pedirle a Dios sabiduría si no creemos que Él tiene un plan. Si no importa si yo elijo a “María” o a “Juanita”, ¿por qué debería preguntarle a Dios? O veámoslo de otra manera; ¿Tiene Dios un propósito para el matrimonio? Sí, glorificarlo. Como cristianos, no deberíamos escoger una pareja basándonos en “quién me hará más feliz”, sino con base en “¿quién andará conmigo los caminos que el Señor ha establecido para nosotros?”
Si Dios tiene un plan para nuestras vidas, entonces Él conoce mejor nuestras necesidades y las necesidades de nuestra pareja. Entonces Él tiene obras específicas que ha establecido para que hagamos juntos. Entonces hay un propósito real y una misión en nuestras vidas, hay significado. Entonces tiene sentido pedir Su guía.
Me niego a creer en un Dios que no tiene control sobre mi vida, y que no tiene un plan, o un llamado para mí y mi esposa (cuando la tenga jaja). Si Dios no es soberano, entonces no es Dios; despojar a Dios de Su soberanía es despojarlo de Su autoridad y poder sobre nuestras vidas.
En un nivel más práctico, estuve platicando de esto con un amigo y mentor mío hace unas semanas, y en nuestra conversación me hizo muchas preguntas interesantes. Creo que nuestra conversación fue más o menos así:
—¿Entonces crees que Dios tiene una mujer específica para ti?
—Proverbios dice que “Casa y riqueza son herencia de los padres, pero la mujer prudente viene del Señor.”
—Sí, pero ¿conoces a todas las mujeres en el mundo? ¿Cómo vas a saber quién es la mujer de Dios para ti?
—Yo no las conozco… pero Dios las conoce.
—¿Y si tu futura esposa está en la India?
—Bueno, ¡yo no estoy en la India, estoy en Estados Unidos! Si mi esposa estuviera en la India, entonces Él me llevaría allí.
Dondequiera que mi libertad esté limitada, Dios es soberano, Él lo sabe todo y controla todo. Eso no anula nuestra responsabilidad de tomar la decisión correcta, al contrario, nos da la seguridad de que si le pedimos a Dios sabiduría, Él nos guiará en el camino que debemos elegir.
¿Quién es el hombre que teme al Señor? Él le instruirá en el camino que debe escoger. (Salmo 25:12 NBLA)