Ingeniería Química debe incorporar tecnologías verdes y energías renovables en producción industrial
27/11/2024
Autor: Juan Méndez
Foto: Juan Méndez

La Ingeniería Química es esencial no solo en la industria petroquímica, sino en sectores clave como el automotriz, farmacéutico y de manufactura.

En el marco del Día Nacional del Ingeniero Químico, académicos de la Facultad de Ingeniería Química Industrial de UPAEP destacaron la importancia de esta disciplina en el crecimiento económico e industrial del país, e hicieron notar los desafíos a enfrentar en un entorno global cada vez más competitivo y sostenible.

El Dr. Mario Alberto López Mendoza, Director de la Facultad, subrayó que desde que el Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos (IMIQ) y el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) instauraron en 2015 esta celebración, se busca reconocer el papel fundamental de los profesionales de este sector en la economía nacional. 

“La Ingeniería Química es esencial no solo en la industria petroquímica, sino en sectores clave como el automotriz, farmacéutico y de manufactura”, afirmó el Dr. López, destacando de igual manera el reto de adaptar los procesos industriales hacia modelos más sostenibles y alineados con la economía circular.

En este sentido, el académico enfatizó que en su papel de proveedora de materias primas esenciales para otras industrias, la industria química en Puebla es fundamental, por ejemplo, para el clúster automotriz ya que con ella se logra el suministro de recubrimientos, plásticos y otros materiales. Asimismo, resaltó la urgencia de promover procesos más ecológicos para reducir el impacto ambiental y optimizar el uso de recursos.

Por dicha razón, el Dr. López señaló que la incorporación de tecnologías verdes y energías renovables en la producción industrial es ya parte de la agenda prioritaria en el futuro de la Ingeniería Química: “el desafío está en cómo hacer procesos más eficientes y menos contaminantes, especialmente en industrias intensivas en energía”.

Por su parte, el Dr. Luis Zárate López, profesor de la misma facultad, reflexionó sobre la historia y evolución de la Ingeniería Química, destacando el papel de la investigación en el desarrollo de productos y tecnologías innovadoras. “Desde la síntesis de amoníaco hasta los catalizadores que usamos hoy, la ingeniería ha estado detrás de productos esenciales para la vida moderna”. 

De igual forma, Zárate López destacó que es vital aprender del pasado para no repetir errores, y así buscar un balance entre desarrollo económico y protección ambiental. Y mencionó que el reto consiste en “mirar nuestro entorno con ojos críticos y responsables. Debemos diseñar soluciones que consideren no solo el rendimiento económico, sino también el impacto social y ambiental”.

Sumando a las ideas de sus colegas, el Dr. Guillermo Palomino Downham, también profesor de esta Facultad, agregó que la innovación y responsabilidad social en la práctica de la Ingeniería Química debe ser un asunto de suma importancia debido a que “nuestra disciplina debe liderar el camino hacia una industria más limpia y eficiente. Esto incluye el desarrollo de materiales biodegradables y el aprovechamiento de residuos mediante procesos de reciclaje”. Además, destacó la relevancia de la formación integral de los futuros ingenieros, quienes deberán enfrentar retos como el cambio climático y la escasez de recursos naturales.

El concepto de economía circular fue uno de los ejes centrales de la discusión. Los académicos coincidieron en que es fundamental rediseñar los procesos industriales para minimizar residuos y maximizar el uso de recursos. “Ya no podemos darnos el lujo de desechar. Debemos pensar en cómo reincorporar materiales al ciclo productivo”, afirmó López Mendoza.

El panorama para la Ingeniería Química en México es desafiante pero lleno de oportunidades. Los expertos manifestaron que la clave está en la innovación continua, la colaboración interdisciplinaria y el compromiso con la sostenibilidad. “La Ingeniería Química tiene un papel protagónico en el desarrollo económico del país. Es tiempo de repensar nuestras estrategias y avanzar hacia un futuro más sostenible”, subrayó el Dr. López.

Y a pesar de visualizar un futuro con menor uso de combustibles fósiles, los derivados del petróleo seguirán siendo fundamentales, esto en opinión del Dr. López: “es como usar la madera solo para quemarla. El petróleo tiene múltiples aplicaciones de valor agregado que podemos explotar a través de la investigación”, afirmó. Así, se requerirá de inversión en ciencia y tecnología, áreas en las que México aún está rezagado en comparación con otros países como Estados Unidos.

“El 0.4% del PIB que México invierte en investigación es mínimo frente al 4% que invierte Estados Unidos. Esto nos deja en desventaja tecnológica, convirtiéndonos dependientes de otros países”, agregó López Mendoza.

En otra de sus aportaciones, el Dr. Zárate abordó el futuro de la Ingeniería Química más allá de la Tierra, planteando escenarios en Marte u otros planetas. “Los ingenieros químicos deberán adaptarse a nuevas condiciones como la falta de gravedad o la atmósfera distinta. Esto requerirá aplicar principios de física y química en contextos totalmente nuevos”.

Con esta aseveración, el Dr. Zárate reforzó su postura al decir que, aunque la inteligencia artificial y la automatización están en auge, siempre será necesario el criterio humano para transformar y optimizar recursos de manera responsable: “la ingeniería química sigue siendo vital para producir alimentos, medicinas, textiles y otros bienes esenciales”, afirmó.

El Dr. Palomino Downham destacó la evolución de la profesión hacia una práctica más ética y responsable con el medio ambiente. “Ya no es válido producir sin considerar el impacto ambiental. Debemos diseñar procesos más limpios y sostenibles”, señaló.

Aunado a lo anterior, el Dr. Palomino quiso recordar el legado del Ingeniero Mario Molina, premio Nobel en 1995, por su investigación sobre los CFC y su impacto en la capa de ozono, así como del Dr. Luis Miramontes, inventor del primer anticonceptivo oral. Ambos ejemplos ilustran el impacto global que puede tener la ingeniería química.

“Nos enfrentamos a retos como la transición energética y la producción de petroquímicos más amigables con el ambiente. Además, debemos fomentar el uso eficiente del agua y reducir nuestra huella ecológica. Desde acciones simples en el hogar, como reutilizar el agua de las regaderas, hasta procesos industriales más sostenibles, todo cuenta”, explicó.

Finalmente, los tres expertos coincidieron en que el reto más grande para la Ingeniería Química es encontrar el equilibrio entre el desarrollo industrial y la sostenibilidad. “El tiempo ya nos alcanzó. Debemos actuar ahora para frenar el cambio climático y cumplir con compromisos como el Acuerdo de París”, concluyó Palomino.

La Ingeniería Química no solo es clave para el desarrollo industrial, sino también para construir un futuro más sostenible y justo. Con innovación, ética y responsabilidad, los ingenieros químicos pueden liderar el cambio hacia un mundo mejor para las próximas generaciones.