La problemática actual que se vive en el sector energético se vuelve cada vez más grave, y esto no se debe de tomar con ligereza, ya que está afectando nuestro presente y afectará a las futuras generaciones si no se realiza un cambio importante en el sector. En el 2023, de acuerdo a la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas, la temperatura mundial media se aproximará a 1.5 grados centígrados. ¿Esto qué significa?, que existe un calentamiento global y este se puede incrementar, provocando daños severos al medio ambiente, como los fenómenos extremos que vivimos en la actualidad. Ejemplo de ello son los huracanes, inundaciones y los incendios. 

La mayoría de los investigadores que se encuentran relacionados con el sector atribuyen esta problemática al dióxido de carbono, el cual se produce principalmente en el sector energético, por lo que es necesario tomar medidas importantes. Por ejemplo, la COP28 propone triplicar la capacidad mundial de producción de energía en energías limpias y renovables, ayudado con técnicas de gestión y eficiencia energética hacia el 2030. En consecuencia, se vuelve primordial la transición energética como una de las herramientas principales para la solución, la cual se define como el cambio sistematizado e inteligente del uso, producción, generación y distribución de un sistema energético basado en combustibles fósiles, hacia un sistema energético que produzca bajas o nulas emisiones de carbono, como las energías limpias y las energías renovables.

Esto se debe de lograr mediante nuevas normativas gubernamentales que obliguen a los sectores más contaminantes, como el industrial, el transporte y el comercial, por mencionar algunos, al uso de otras fuentes de energía, como insumo de sus sectores productivos. Otro factor predeterminante es el desarrollo de tecnología en producción y distribución basada en investigación aplicada, con lo que se podría ayudar a mitigar en gran parte la problemática energética actual. 

De aquí la importancia de la implementación de las energías limpias y renovables. En estos sectores, dos de las energías renovables con mayor aplicación a nivel mundial son la fotovoltaica y la eólica, debido a sus múltiples ventajas. Por ejemplo la energía solar, es un recurso gratuito, su generación es por largo tiempo en eficiencia alta por 15 años y en eficiencia media por 10 años, teniendo un recurso de generación por 25 años. Esta se vuelve también una diversificación energética dentro de los países que la implementan, pues no contamina el medio ambiente y no genera emisiones de CO2. Por su parte, la energía eólica, al igual que la energía solar, es una energía que se renueva, es inagotable y no contaminante en su producción, por lo que al implementarlas durante la transición energética sería una solución factible e importante para  la problemática energética actual y futura.

En conclusión, la transición energética es un plan a largo plazo y los países industrializados lo entienden de esta manera, además de que se debe llevar a cabo en el presente y seguir llevando hacia el futuro, así como se seguirá produciendo energía mediante combustibles fósiles. Lo importante es tener herramientas que permitan una gestión energética más eficiente junto con la implementación de energías limpias y renovables, hasta alcanzar en el paso de los años a un uso, distribución y generación de energía mediante energías limpias y renovables, junto con una gestión energética eficiente.