Al hablar de China, en la mayoría de los casos asociamos un país altamente productivo, donde sus productos al ser de bajo costo son de baja calidad; pero ésta ha venido cambiando con el paso del tiempo, sobre todo en la industria automotriz. Por otra parte, en el sector energético a nivel mundial no se tiene esta percepción de China, se le ve como una potencia energética en crecimiento, tanto en el desarrollo de tecnología, generación y almacenamiento, destacando el uso de energías renovables, principalmente la energía eólica y la energía fotovoltaica, en esta última siendo líderes a nivel mundial. El hecho de que a China se le vea como una potencia energética no es casualidad, ya que desde el año 2000 sus necesidades energéticas se han triplicado y se espera que estas sigan creciendo sustancialmente. Desde 2009 China es el mayor consumidor de energía, ya que consume una cuarta parte del suministro de energía mundial en un 26%, como ejemplo un 35% más anualmente de lo que consume el país más industrializado, Estados Unidos. Al tener este consumo energético creciente China ha generado problemas graves para subsanar esta demanda, uno de ellos es la dependencia alta de los combustibles fósiles, principalmente el petróleo y el gas, por lo que se ha convertido en el país con las mayores emisiones de gases de efecto invernadero, siendo el más contaminado del mundo, otro son los cortes de energía constantes, afectando tanto a la industria como a la población.
Por lo que China ha tomado la iniciativa de encontrar soluciones a estas problemáticas que vive actualmente y hacer un cambio sustancial; una de estas soluciones la anunció su presidente Xi Jinping, la cual es que China para el 2030 alcance su pico máximo de emisiones de carbono y para el 2060 se neutralice el uso de carbono, lo que se conoce en China como la revolución verde. Aunque la solución es a largo plazo y ambiciosa, y ningún otro país la ha presentado, los pasos para llegar a esta meta han sido constantes y contundentes. En la matriz energética de China, el carbón es el más utilizado para la generación de energía, abarcando el 60%, y es algo que China quiere cambiar; para hacerlo, una de las soluciones principales es ser líderes de generación de energía limpia abarcando el 80% de producción por este medio, lo cual ya lo está consiguiendo, mediante proyectos a gran escala apoyados por el gobierno, iniciativa privada e investigación, como ejemplo tenemos a la planta solar Qinghai, la central de energía solar acuática, las baterías de gravedad y el espejo del cielo, pero de esto hablaremos en el siguiente artículo,
En conclusión, si China continúa con esta política y desarrollo en el sector, que lo hará, determinará la forma del sistema energético mundial, lo que se conocerá como el movimiento energético chino, ¿qué implicará esto?, que en el desarrollo tecnológico para la producción de energía China estará implícito de alguna manera, ya sea en generación, distribución o almacenamiento; y en cierta forma tiende a ser peligroso depender tanto de una nación en un sector tan crucial para el desarrollo económico de cualquier país, que se debe realizar?, en nuestro caso México, siendo un país con tanto potencial energético, tanto en hidrocarburos como en energías limpias se apoye con mayor rigor en políticas públicas, para impulsar el desarrollo tecnológico y buscar siempre la unión Pentahélice: gobierno, industria, academia, sociedad y medio ambiente, para impulsar de manera inteligente y estratégica el sector energético, que repito es primordial para el desarrollo económico y tecnológico de nuestra nación.
