El cambio climático, la ecología cultural y la Historia
03/07/2024
Autor: Dr. David Sánchez Sánchez
Cargo: Director de la Facultad de Humanidades UPAEP

Hoy en TUHISTORIA UPAEP recorremos una de las vertientes del concepto de cultura. Cultura puede definirse como el modo como los hombres (término neutro que engloba a hombres y mujeres) se relacionan entre sí, con la propia naturaleza y si son creyentes con la divinidad. Hoy aparecen términos en las redes como “cambio climático” que tienen, no siempre de manera acertada, una amplia repercusión. Sin entrar en las diferentes escuelas historiográficas que han desarrollado un pensamiento hasta crearse la historia ambiental, podemos recorrer juntos algunos momentos cruciales donde ha sido evidente que la relación de las sociedades con su entorno natural no ha sido totalmente próspera y donde ha provocado su tensión numerosos cambios estructurales en sus procesos evolutivos. 

El concepto de crisis ambiental atiende a crisis (RAE: cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados) y a ambiente (RAE: conjunto de condiciones o circunstancias físicas, sociales, económicas, etc., de un lugar, una colectividad o una época). Ante ello una crisis ambiental atiende a factores del medio natural y a factores del medio cultural en un sistema de relación que provoca ciertos acontecimientos. En dicha relación existen factores de causa y efecto, de dimensión local o global, de intención o de espontaneidad… Siempre han existido cambios climáticos naturales por lo que la pregunta nos llevaría a pensar ¿desde cuándo los seres humanos han intervenido en dichos procesos hasta magnificar un daño significativo y cuantificable que les llegará a perjudicar a corto o largo plazo?

La etimología de la palabra ecología contiene la palabra griega oikos = casa y logía = tratado, estudio, ciencia. En su primera articulación fue definida como el “estudio de las relaciones mutuas de los organismos y las que tienen con el medio en que viven”. De ahí podemos conectar con el término de ecología humana, “una disciplina que tiene por objeto de estudio las relaciones entre los humanos y el medio social y físico que les rodea” (McManus). ¿Qué momentos destacados podríamos considerar dentro de esta ecología humana en unas breves líneas?

Se ha atribuido al Homo Sapiens Sapiens en sus orígenes la explotación racional del medio dentro de un perfecto equilibrio entre la recolección, la cinegética, la pesca… pero no podemos asegurar que factores como la invención de la creación del fuego no iniciaran un proceso de daño y/o perturbación del medio que no fuera totalmente propicio para dicho equilibrio. 

La selección de presas de relativa fácil captura, preferentemente machos, evitando la caza de hembras que no estuvieran en periodo de gestación para propiciar la continuidad de reproducción de la especie no siempre fue atendida debido a circunstancias multifactoriales entre las que se encuentra el propio cambio climático que determinó la expansión de la especie por todo el mundo hace 70.000 años. 

El “entorno ambiental cambió drásticamente en un corto período de tiempo, y esta variabilidad coincide con un período importante en nuestra evolución humana, cuando el género 'Homo' se estableció y cuando se produjo la primera evidencia del uso de herramientas” (Magill) ¿Fueron conscientes aquellos primeros sapiens de una natural crisis ambiental climática de su entorno donde todavía su propia acción cultural no causó grandes transformaciones? Indudablemente, sí.

El Poema de Gilgamesh de Uruk (Mesopotamia), nos habla de alguno de esos diluvios tildados de universales atendiendo a lo limitado de su visión global de un mundo aún no interconectado. En el pasado texto de “Catástrofes que hicieron historia” (Sánchez Sánchez) hablamos de que “fueron 25 los emperadores romanos asesinados desde el 27 a.C al 476 d.C de un total de 82. La ausencia de lluvia y el descenso de las cosechas pudieron articular motines contra el poder vigente por causa de esta catástrofe natural” (Sánchez Sánchez). De igual forma mencionamos que “de igual forma el colapso en el s.IX de poderes como Tikal y Calakmul, según los estudios de David A. Hodell, se pudieron potenciar fruto del bajo índice de precipitaciones en lo que podríamos citar como una catastrófica sequía” (Sánchez Sánchez). Parte de la decadencia maya llegó de la mano de procesos de deforestación, contaminación de acuíferos, desproporción de recursos y población…

No fue con la expansión del mundo islámico, con la creación de la Triple Alianza mexica, con la primera circunnavegación de la tierra, ni con la Primera Revolución Industrial… Con la llegada de la Segunda Revolución Industrial (1870 -1914) se abrió la puerta a un periodo de la historia donde el hombre ha incidido en la totalidad del mundo como un agente que puede alterar de forma significativa su desarrollo medio ambiental. De la mano del petróleo, la electricidad, el carbón, el acero y el gas; se han producido grandes inventos y mejoras en el campo científico y técnico que han revolucionado en muchas partes del mundo los transportes, el comercio, pero también las crisis ecológicas. 

Desde entonces la temperatura mundial ha aumentado 1,1°, se han multiplicado x5 los desastres meteorológicos, 1 millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción, llegaremos quizás a 10.000 millones de personas en 2050 incrementando la desigualdad y disminuyendo el acceso al alimento, tenemos solo un 2,5% de agua dulce en el planeta… ¿De qué sirve entonces una Cuarta Revolución Industrial?

La Carta Encíclica Laudato si del papa Francisco del 2015 cita que “cuando se habla de medio ambiente, se indica particularmente una relación, la que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita. Esto nos impide entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida… Ecología Cultural… junto con el patrimonio natural, hay un patrimonio histórico, artístico y cultural, igualmente amenazado. Es parte de la identidad común de un lugar y una base para construir una ciudad habitable. No se trata de destruir y de crear nuevas ciudades supuestamente más ecológicas, donde no siempre se vuelve deseable vivir. 

Hace falta incorporar la historia, la cultura y la arquitectura de un lugar, manteniendo su identidad original. Por eso la ecología también supone el cuidado de las riquezas culturales de la humanidad en su sentido más amplio. De manera más directa, reclama prestar atención a las culturas locales a la hora de analizar cuestiones relacionadas con el medio ambiente, poniendo en diálogo el lenguaje científico-técnico con el lenguaje popular. Es la cultura no sólo en el sentido de los monumentos del pasado, sino especialmente en su sentido vivo, dinámico y participativo, que no puede excluirse a la hora de repensar la relación del ser humano con el ambiente… los desiertos exteriores se multiplican en el mundo porque se han extendido los desiertos interiores”.

https://www.youtube.com/watch?v=P_1N6_O254g

Y acompañados de Dvorák, Sinfonía nº 9 «Del Nuevo Mundo», sigamos la lucha hacia una Cuarta Revolución Industrial que atienda de manera urgente, justa y necesaria a una próspera ecología cultural.