La maestra y futura doctora UPAEP, Karla María López Martínez, platica su experiencia tras cursar un Doble Grado en tierras catalanas.
Encontrar una pasión significa soñar en grande por cumplirla, y decidir darlo todo para hacerla realidad es un paso clave en la vida de cualquier persona. En el ámbito universitario, existen perfiles de éxito que crecen y no paran de hacerlo, ya sea cerca o lejos de casa. Para Karla María López Martínez, la motivación por crecer en todos los sentidos es lo que la está llevando a triunfar en México y el extranjero.
Su historia universitaria comenzó al cursar la Licenciatura en Biología Molecular por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa, para después elegir en 2017 la Maestría en Ciencias de la Salud en UPAEP. Y con ese mismo ímpetu de superación académica y profesional, está por finalizar sus estudios del Doctorado en Biotecnología en UPAEP, y gracias al programa de Doble Grado, en otra institución europea.
Con el apoyo de la Dirección General de Internacionalización de UPAEP, Karla cursó de enero a diciembre de 2024 el Doctorado en Biomedicina de la Universitat Rovira i Virgili de Barcelona. Este programa contó con las líneas de investigación de su interés, en especial la de genética psiquiátrica, que se acoplaron al programa del doctorado en UPAEP y a su tema de tesis: la Base Genética y Molecular de las enfermedades complejas en el Departamento de Psiquiatría Genética.
Además de ser la clave en la cotutela de su tesis, Karla eligió esta línea de investigación por razones que vienen de tiempo atrás, ya que “desde la licenciatura estuve trabajando con pacientes diagnosticados con trastornos psiquiátricos. Y aunque en la maestría me desvié un poquito hacia el tema de la leucemia, con el doctorado he retomado mi labor con pacientes que presentan conductas suicidas”.
Con el tema de la psiquiatría genética, Karla María ha logrado abordar distintos tipos de trastornos psiquiátricos, como el depresivo mayor, de bipolaridad y esquizofrenia. “Me llama mucho la atención todo esto, sobre todo a nivel genético y molecular, para poder identificar biomarcadores que ayuden a la temprana detección de patologías. Y justamente es lo que hacen en el grupo de Investigación en Genética y Ambiente en Psiquiatría de la Universitat Rovira i Virgili”.
En dicho grupo de investigación, el aporte de Karla estuvo enfocado en los análisis bioinformáticos, interactuando así con muestras de pacientes, el estudio de sus datos genéticos y su secuencia. “Los GWAS son estudios que nos permiten identificar las variantes genómicas de las personas. Todos tenemos variantes, pero la intención de los GWAS es asociarlas con distintas patologías, y por tanto trabajamos con GWAS de bipolaridad, esquizofrenia, trastorno depresivo mayor, suicidio e intento de suicidio. De esta manera evaluamos una posible asociación de la parte genética con una más propia de la personalidad del paciente, como la impulsividad y el temperamento afectivo, esto a través de encuestas psicológicas o psiquiátricas”.
Karla menciona que todo lo aprendido en su maestría y doctorado le ayudó a tener un bagaje cognitivo y práctico al llegar a Barcelona, dado que ya contaba con trabajo de campo en el Hospital Psiquiátrico Dr. Rafael Serrano, “El Batán”, en Puebla; donde interactuó con pacientes para obtener y procesar tanto muestras como datos a analizar, habilidades que desarrolló al cursar las asignaturas de los programas académicos en Biotecnología de UPAEP: “la gente de Rovira i Virgili sabía que yo tenía los conocimientos previos, lo que me ayudó a trabajar con ellos y aprender aún más de sus métodos”.
Entre las técnicas que Karla desarrolló en Barcelona, destaca el poder tomar muestras de manera autónoma al aplicar las herramientas que le fueron brindadas, entre ellas la bioinformática, a lo que menciona que “no cualquiera puede hacerlo, ya que implica programación, saber de las bases genéticas, de biología, de distintos softwares informáticos y sistemas operativos. Los expertos me ayudaron muchísimo. Con esto, sentí que la parte que hice en UPAEP se vio completada con la que hice en Rovira”.
Es precisamente la bioinformática el área en la que Karla quiere enfocar sus nuevos conocimientos y aprendizajes, manteniéndose en la línea de investigación de la psiquiatría genética. “Ahora con las bases de datos de pacientes, a las que se puede acceder gracias a la bioinformática, no se necesita estar en un laboratorio, solo basta con tener una computadora que cuente con el software requerido para laborar. Por eso es que me gustaría seguir explorando el uso de esta herramienta, ya que siento que aprendí lo básico y hay todo un mundo por descubrir en la bioinformática”.
Karla resalta que, dentro de las experiencias adquiridas en su Doble Grado, destaca la colaboración con distintas personas, “no solo dentro del grupo de investigación en el que estaba, sino que también trabajé con biotecnólogos, enfermeros, psicólogos, psiquiatras. Esto me gustó mucho porque nos complementamos de manera multidisciplinaria para englobar nuestros conocimientos en miras de un solo objetivo”.
Y dentro de todo su trayecto, Karla no olvida el agradecer de manera especial a su directora de tesis, la Dra. Elizabeth Bautista Rodríguez, de la Universidad de Tlaxcala, quien desde un inicio la impulsó a materializar su idea de descubrir nuevos horizontes y aprender con un Doble Grado en UPAEP: “ella me dijo ´nos vamos a apurar´, y le echamos todas las ganas del mundo los primeros dos años del doctorado para que yo me pudiera ir un año y terminar bien con mis materias”.
Con toda esta experiencia de vida, Karla María recomienda a todos aquellos estudiantes que quieran cursar un Doble Grado que lo intenten, a pesar de que a veces pueda causar miedo, pero la recompensa es mayor, ya que sin duda con su ejemplo “el salir con títulos de Doctora en Biotecnología UPAEP y Doctora en Biomedicina por parte de una universidad extranjera, me ayuda mucho en mi perfil curricular, tanto en México como en Europa”.