Por la palabra náhuatl se puede entender tanto una lengua como una forma de pensar.
Como lengua el náhuatl fue y es el idioma de varias comunidades indígenas de lo que actualmente es México ubicadas en la región central de este país. En el siglo XVI fue una lengua común a varios pueblos que se encontraban bajo el dominio mexica.
Como toda lengua el náhuatl tiene una expresión oral y una expresión escrita. En su expresión escrita el náhuatl puro -usado antes de la presencia española en lo que actualmente es México- se valía de pictogramas, ideogramas, glifos, ligaduras y personajes plasmados en el amoxtli -libro- o mejor conocido como códice. Con la palabra amoxcalli se hacía referencia a la casa de los libros, es decir, el conjunto de libros en donde se tenía escrita la cultura de los pueblos prehispánicos de lengua náhuatl. De hecho, otras lenguas como el mixteco o el maya también tenían sus propios códices.
Con la presencia española muchos códices fueron destruidos en primera instancia, aunque en un segundo momento fueron reconstruidos. Una persona vitalmente importante en la reconstrucción de los códices fue fray Bernardino de Sahagún, quien en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco allá por la década de los años 30’s del siglo XVI se preocupó de rescatar la cultura náhuatl.
La relaboración de los códices llevada a cabo en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco por lo misioneros cristianos, implicó el nacimiento de un náhuatl mestizo. En aquella relaboración no solamente volvían a aparecer los dibujos antiguos, sino que se añadía una explicación con caracteres alfabéticos reproduciendo un náhuatl escrito que incorporaba dichos caracteres.
El náhuatl mestizo que aparece en el siglo XVI busca en lo posible conservar la pronunciación prehispánica del náhuatl y tal pronunciación también busca enunciarse de modo escrito incorporando los caracteres alfabéticos que usa el castellano.
Si el náhuatl puro prehispánico expresaba su escritura por medio de pictogramas, ideogramas, glifos, ligaduras y personajes; el náhuatl mestizo se comenzó a escribir asumiendo caracteres alfabéticos. Y así, por ejemplo, si en un amoxtli o códice ya novohispano se reproducía lo que significa un determinado dios, entonces ahí se plasmaba la imagen del dios a como se hacía en un amoxtli prehispánico, pero a continuación junto a tal imagen con caracteres alfabéticos en un náhuatl ya escrito, se nombra al dios, ya sea Huitzilopochtli, Tláloc, Quetzalcóatl, etc; añadiendo también de modo escrito en náhuatl la función o explicación de quién era ese dios.
De este modo, ese náhuatl mestizo sirvió como información escrita para que los misioneros pudieran leer los antiguos códices en el mismo alfabeto que usaba el castellano y así conocer mejor la religión, usos y costumbres de los indígenas de habla náhuatl que iban a evangelizar.
Gracias a ese náhuatl mestizo se pudo conocer en gran medida la cosmovisión náhuatl. Es aquí en donde la palabra náhuatl no solamente se refiere a una lengua, sino a la vez por medio de esa lengua se accede a una forma de pensar que manifiesta una cosmovisión.
Por cosmovisión náhuatl se entiende una forma de pensar propia de los pueblos de habla náhuatl con relación a los dioses, con relación al ser humano y con relación a la naturaleza. Tal cosmovisión fue propia de aquellos pueblos que existieron en la región central de lo que actualmente es México entre los siglos XIV y XVI y con la cual se encontraron los españoles.
Gracias a personajes como Fray Bernardino de Sahagún y otros que se preocuparon por investigar el pensamiento náhuatl llevando a cabo no solo una traducción del náhuatl al castellano, sino creando un náhuatl mestizo, hoy se puede conocer en gran medida lo que fue la cosmovisión náhuatl.
Los expertos de hoy en día tomando como base la reelaboración de los códices en el siglo XVI junto con ese náhuatl mestizo y apoyándose en el registro arqueológico, pueden profundizar no sólo en el pensamiento náhuatl previo a la presencia española, sino también al pensamiento de las diversas culturas de los pueblos mesoamericanos, ya que la cosmovisión náhuatl recoge un legado cultural que se remonta a civilizaciones como la teotihuacana y la olmeca, como es el caso de la muy antigua divinidad de Quetzalcóatl.
Bibliografía.
Miguel León Portilla (2009). “Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares”. Fondo de Cultura Económica. México.