La tormenta perfecta
29/02/2024
Autor: Cynthia María Montaudon Tomas
Cargo: Decana Escuela de Negocios

En los últimos años, una de las palabras más frecuentes en los medios de comunicación, en las empresas y en las comunicaciones cotidianas ha sido crisis. Una crisis se puede definir como un período de incertidumbre, una situación difícil, y una condición inestable o inminente que requiere acciones concretas. También significa un tiempo de prueba o un evento de emergencia.

Hay tres condiciones indispensables que deben existir para que una crisis sea considerada como tal. Primero, debe haber un evento desencadenante con el potencial de crear un cambio significativo; en segundo lugar, una percepción de que las personas son incapaces de hacer frente a ese cambio de forma individual e inmediata; y, finalmente, un detonante que amenaza la estabilidad de un grupo.

Las crisis han existido siempre y las hay de todo tipo como personales, mentales, humanitarias, sociales, energéticas, medioambientales, políticas o económicas. Lo que ha cambiado es la forma en la que se presentan, su impacto y duración, así como la manera en la que se perciben. Desde 2022, el Foro de Davos afirmaba que estábamos enfrentando una crisis considerada como la más peligrosa de la historia, donde los problemas se han presentado en forma de cascada, amenazando la paz a nivel global.

Nos encontramos en un punto de inflexión en una época marcada por la guerra, la enfermedad, la migración, la inestabilidad, la pobreza, entre otros. Estas condiciones generan una respuesta interna a través de emociones como shock, angustia, miedo, confusión y se detona tanto ansiedad como estrés, porque se percibe que hay peligros que nos acechan. 

A la palabra crisis se le han agregado diferentes prefijos para modificar ciertos aspectos de su significado, y se han creado nuevas categorías que algunas veces generan confusión como metacrisis, megacrisis, policrisis y permacrisis, además del caos de crisis. La metacrisis se ha definido como un propulsor que genera nuevas crisis, y que trasciende todos los límites previos, como una crisis de orden superior.  Por megacrisis, se entiende una crisis de gran tamaño que puede incluso alcanzar una talla global, difícil de contener y de gran urgencia. La policrisis es la unión de múltiples crisis que además ocurren de manera simultánea y cada una alimenta a crisis posteriores, generando convergencias e interacciones de riesgos. El término de permacrisis hace alusión a una crisis con carácter permanente y un periodo prolongado de inestabilidad que parece no tener fin, es decir, crisis perpetua o incesante. Con respecto al caos de crisis, se refiere a un estado de confusión y desorden violento que causa grandes estragos.

A manera de resumen estamos hablando de condiciones donde las crisis se enciman unas sobre otras, en las que los efectos son más duraderos y los impactos son cada vez más profundos. Pareciera que no hay un momento preciso en el que inician, ni tampoco cuando terminan. Algunas crecen rápidamente y otras van aumentando en gravedad poco a poco.

Esta multiplicidad de crisis está generando una tormenta perfecta en la que todas las crisis existentes están contribuyendo a un aumento de la desigualdad en el mundo, y a un grave deterioro de las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables, debido a una serie de emergencias interrelacionadas que amenazan nuestra existencia.

En este momento, hay que tratar de ver más allá de todo lo negativo que traen consigo las crisis, porque sin crisis no hay transformación y las condiciones derivadas de estas presentan oportunidades para hacer las cosas de forma diferente, obligando a la acción y a la colaboración. También nos permiten ver las situaciones con mayor claridad una vez que ha terminado la tempestad, develando retos interesantes que permiten encontrar orden en el caos. La única forma para salir esta tormenta es hacerlo por partes y juntos. Como lo señala el profesor André Spicer, de la Escuela de Negocios Bayes de Londres: “Las crisis son como muchas cosas en la vida: solo son buenas con moderación y siempre es mejor compartirlas con otros”.