Del 6 al 10 de junio de este año se llevará a cabo la novena Cumbre de Las Américas en Los Ángeles, California. De acuerdo con un comunicado del Departamento de Estado de E.U.A., en esta ocasión el lema será “Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo” para nuestro hemisferio. Es la primera vez que este país será sede de esta cumbre desde que se inauguró oficialmente en Miami en 1994. Para Joe Biden es el evento más importante de la región. En el comunicado también se destaca que “…los pueblos de las Américas desean, y merecen, una gobernanza eficaz y responsable que cumpla con su cometido. El camino hacia la novena cumbre trazará nuestra ruta colectiva hacia un futuro sostenible, resiliente y equitativo…”. Hasta aquí todo parece muy bien pero más adelante el comunicado señala que Estados Unidos como presidente y anfitrión trabajará con las partes interesadas de la región para asegurar compromisos a nivel de líderes y acciones concretas que mejoren drásticamente la respuesta y la resiliencia ante la pandemia, fomenten una recuperación ecológica y equitativa, construyan democracias fuertes e inclusivas y aborden las causas fundamentales de la migración irregular.
No tiene nada de malo desear que tus vecinos coadyuven en el desarrollo regional, más bien el problema radica en quiénes son tus vecinos y en ese sentido, ni Cuba ni Venezuela ni Nicaragua fueron invitados a la Cumbre. Si uno de los grandes deseos de la Cumbre es la construcción y fortalecimiento de las democracias es porque E.U.A. percibe que en América Latina las “democracias” se han debilitado al paso de los años y eso representa una gran amenaza para sus intereses. Por ejemplo, en el Índice Global de Democracia 2021 publicado por la Unidad de Inteligencia de la revista The Economist, se desclasifica a México como una “democracia imperfecta” para ubicarlo como un “régimen híbrido”, es decir, un sistema político con tintes autoritarios.
La razón principal por lo que Cuba, Nicaragua y Venezuela no fueron invitados a la Cumbre es porque han violado la Carta Democrática Interamericana –adoptada el 11 de septiembre de 2001- y promovida por la Organización de Estados Americanos cuyo propósito esencial es promover y consolidar la democracia representativa de los 34 países miembros. No obstante, aquellos países que violen los principios de la carta serán llamados al cumplimiento de la misma mediante gestiones diplomáticas y en caso de presentar renuencia se procederá a su suspensión del organismo. Se aclara que la aplicación de la carta no genera ni intervención militar ni tampoco intervencionismo en el país. Dicho lo anterior y recordando la gira que recientemente hizo AMLO en la región, no puedo pasar por alto los resultados fallidos del aprendiz de libertador. El presidente se asume falsamente como líder en Centroamérica y el Caribe y cree que dejando de asistir a la Cumbre respalda a los países que no fueron invitados y de esta manera ganarse el respeto en la región. AMLO se equivoca ya que no podemos negar la relación que tenemos con el organizador de la fiesta y en ese sentido, Marcelo Ebrard podría capitalizar su asistencia a la cumbre como representante de México retomando la tan abandonada política exterior.
Pues habrá que esperar unas semanas para saber qué países serán los definitivos que asistirán a la Cumbre y conocer los resultados de dicha reunión.