¿Por qué trabajamos?
10/11/2022
Autor: Cynthia María Montaudon Tomas
Cargo: Directora del Observatorio de Competitividad y Nuevas Formas de Trabajo de la UPAEP

El trabajo es la actividad humana por excelencia que ocupa una parte importante de nuestras vidas. Es al mismo tiempo un premio y un castigo. En la biblia, el trabajo aparece como un mandato divino para hacer uso adecuado del tiempo, evitar el aburrimiento, la pereza y la apatía, así como proveer para la familia, madurar como personas y poder extender los beneficios a otros.

El trabajo permite la satisfacción de necesidades. En un mundo capitalista parece que el ser humano trabaja para sobrevivir y formar parte del sistema, sin embargo, las razones para el trabajo pueden ser más profundas y, en ocasiones, hasta complejas. Existen motivos tanto monetarios como no monetarios para el trabajo. Hay quien trabaja por pasión y otros que, sin una paga, no estarían dispuestos a hacerlo. Y, aunque vivimos en un mundo donde el dinero tiende a prevalecer, necesitamos otros elementos que contribuyan a nuestro crecimiento, seguridad, sentido de pertenencia y por supuesto, felicidad.

El trabajo nos hace productivos como individuos y como sociedad. Genera independencia económica, prosperidad financiera, estabilidad y proporciona un sentido de identidad. Al mismo tiempo, el trabajo puede ser visto como una presión social con respecto de lo que hay que hacer, o como un acto de responsabilidad personal y colectiva.

Cuando una persona ve el trabajo como algo más que una fuente de ingreso reconoce que es una oportunidad para aprender, crear relaciones, desarrollarse como individuo y como profesional y contribuir al progreso de otros. En este sentido, el trabajo permite generar y compartir ideas, obtener reconocimiento y formar parte de algo que lleva al logro de metas compartidas.

Trabajamos porque el trabajo provoca movimiento y cambio; trabajamos porque podemos hacerlo; porque percibimos un sentido de bienestar y de compromiso; porque hay una motivación que resulta en una sensación de realización. No solo trabajamos para nosotros. Lo hacemos para nuestra descendencia y para la sociedad, buscando un mejor porvenir para todos.