Para el año 2025, se estima que se requerirán mil millones de nuevas viviendas en todo el mundo, con un costo de $11 mil millones de dólares. Sin embargo, los programas públicos de vivienda a gran escala, hasta el momento, han fallado para proporcionar viviendas en cantidad y calidad. El producto de dichos programas ha sido, generalmente, casas de baja calidad, pequeñas, que no se integran al desarrollo urbano. Su principal falla radica en crear un mercado que incluya a los grupos de bajos ingresos que no son reconocidos legalmente y, al priorizar la maximización de las ganancias, ha proliferado la construcción masiva de casas en zonas periféricas, con bajo acceso a servicios y mal conectadas a zonas comerciales y laborales. Además, el impacto ambiental del sector también es alto. Entonces, al construir viviendas sustentables y asequibles en las ciudades, un país puede contribuir de forma significativa con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU.
En México se espera que la población llegue a los 150 millones para el 2050. Por lo que se requerirán alrededor de 6.5 millones de unidades de viviendas nuevas asumiendo 3.7 habitantes por unidad. También se estima que 12.6 millones de viviendas requerirán remodelaciones parciales o totales. Esto pondrá más presión al sector energético pues el sector constructivo contribuye con el 9% de las emisiones de gases de efecto invernadero. A la par, dicho sector ha sido gravemente afectado por el cambio climático. Entre el año 2000 y 2012, alrededor de 1.2 millones de viviendas fueron afectadas por desastres naturales, generando costos de alrededor de $920 millones de dólares. Aunado a esto, la regulación mexicana permite asentarse en áreas con una alta exposición a riesgos climáticos y naturales como inundaciones, deslaves, huracanes, olas de calor y sismos. El riesgo se incrementa pues las viviendas sociales se construyen en nuestro país con los mismos materiales y diseño, sin considerar las condiciones climáticas, los materiales y la cultura local. No es de extrañar que en el año 2015 se abandonaron cinco millones de casas nuevas.
Programas públicos como la hipoteca verde y préstamos concesionados buscan construir viviendas reduciendo el consumo energético. El programa EcoCasa redujo la emisión de CO2 en 2Mton entre 2013 y 2019. Así, la adopción del concepto de viviendas holísticas, apropiadas localmente con un diseño basado en la casa completa, representa un paradigma en la construcción de vivienda en México. Este busca reconocer que la construcción de viviendas es insuficiente tanto en cantidad como en calidad. Además, se deben cumplir las necesidades del ocupante entregando proyectos en ubicaciones apropiadas con un acceso suficiente a bienes y servicios, tomando en cuenta las prácticas y comportamiento que pueden influir en el consumo energético. El diseño de viviendas a futuro requiere balancear las funciones físicas y sociales de las construcciones, reduciendo su impacto en la salud física y mental de las personas, además de estar en armonía con el medio ambiente. Por lo tanto, los constructores del futuro deberán buscar formarse y tener alianzas con áreas del conocimiento como el comportamiento humano, la psicología y la sociología.
Referencias:
UN Habitat 2016. World Cities Report. Nairobi: United Nations
UN-Habitat, Vivienda y ODS en México. 2018, Mexico: ONU-Habitat. 460-460
OECD (2015), OECD Urban Policy Reviews: Mexico 2015: Transforming Urban Policy and Housing Finance, OECD Urban Policy Reviews, OECD Publishing, Paris, https://doi. org/10.1787/9789264227293-en.
SEMARNAT. 2018. Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero 1990-2015. Available at: https://www4.unfccc.int/sites/SubmissionsStaging/ NationalReports/Documents/69287541_Mexico-BUR2-NC6-2-MEXNIR_Revisada.pdf
Government of Mexico. 2021. EcoCasa – Sustainable adequate housing for all. Available at: https://www.gob.mx/shf/documentos/ecocasa-vivienda-adecuada-sustentablepara-todos?state=published