UPAEP llama a construir una cultura real de inclusión
04/12/2025
Autor: Juan Méndez
Foto: Juan Méndez

La inclusión requiere trabajo colectivo, familia, docentes, instituciones y comunidad. No puede recaer solo en un actor; es una red de apoyo que acompaña, reconoce y sostiene.

En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, UPAEP, a través de la Facultad de Educación, hizo un llamado a construir entornos verdaderamente inclusivos, superar las barreras sociales y repensar el papel de las instituciones, la familia y la comunidad para garantizar el pleno ejercicio de los derechos de esta población.

Con la intervención de José de Jesús Alcalá Anguiano, Director de la Facultad de Pedagogía; Emma Verónica Santana Valencia, Directora de los Posgrados en Investigación Educativa; y Miguel Ángel Sainz Palafox, profesor de la Maestría en Desarrollo Humano y Educativo, todos ellos de UPAEP.

Alcalá Anguiano inició la reflexión recordando que el análisis de la discapacidad debe partir del reconocimiento de la vulnerabilidad humana, una condición compartida por todos y que, según explicó, se manifiesta de formas diversas a lo largo de la vida.

El académico señaló que la inclusión educativa no debe entenderse como una etapa superada o un discurso acabado, sino como un proceso en construcción:

“Las fases de exclusión, atención diferenciada, integración e inclusión aún conviven en nuestra sociedad. Todavía existen personas marginadas, otras atendidas de forma segregada y muchas que son integradas, pero no realmente incluidas”, enfatizó.

Subrayó también la paradoja que vive el país: aunque existe un discurso creciente de inclusión, éste coexiste con una sociedad del rendimiento, orientada a la productividad y la eficiencia. “La inclusión es un esfuerzo contracultural que exige cuestionar la cultura del desempeño y abrir espacios donde la persona, más allá de sus capacidades o ritmo, pueda ejercer plenamente sus derechos”, comentó.

El director de Pedagogía insistió en que la inclusión requiere trabajo colectivo: familia, docentes, instituciones y comunidad. “No puede recaer solo en un actor; es una red de apoyo que acompaña, reconoce y sostiene”, afirmó.

Por su parte, Emma Verónica Santana Valencia destacó que esta conmemoración tiene como objetivo visibilizar la realidad cotidiana de las personas con discapacidad y promover sociedades inclusivas “para impulsar el progreso social”, tal como lo establece la ONU.

Explicó que muchas veces los entornos sociales —familiares, escolares y laborales— no están preparados para acompañar a las personas con discapacidad. “Las familias necesitan orientación, soporte social, infraestructura adecuada y reconocimiento de su papel como los primeros agentes de inclusión”, puntualizó.

De acuerdo con la ENADID (Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica) 2023, recordó, en México existen 8.8 millones de personas con discapacidad, de las cuales 4.7 millones son mujeres y 4.1 millones hombres. “Nos falta mucho. Estas personas no deben ser vistas como sujetos pasivos ni como seres incapaces de aportar. Son ciudadanos con derechos, capaces de contribuir plenamente a la sociedad”, señaló.

Insistió en que la inclusión no debe limitarse a los símbolos o la conmemoración del día: “No basta con portar un color o un moño. La inclusión es cotidiana, es una práctica permanente que debe vivirse desde el hogar, la escuela, el trabajo y la comunidad”.

Miguel Ángel Sainz profundizó en el modelo social de la discapacidad, el cual reconoce que la discapacidad no proviene de las características de la persona, sino de la relación entre ésta y un entorno que no considera la diversidad humana.

Explicó que la ausencia de accesibilidad —física, social o cultural— es lo que genera las barreras. “Si una persona en silla de ruedas no puede entrar a un edificio público, la discapacidad no está en ella, sino en el entorno que no fue diseñado pensando en todos”, argumentó.

Agregó que México, al haber ratificado la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, tiene la obligación de transformar sus instituciones, programas y espacios públicos para garantizar la accesibilidad universal.

Ante preguntas de los medios, los especialistas coincidieron en que México aún enfrenta grandes desafíos:

  • Transformar los espacios públicos para asegurar accesibilidad universal.
  • Sensibilizar a la población, pues persisten prejuicios y prácticas discriminatorias.
  • Garantizar el derecho a la educación inclusiva, desde la educación básica hasta la superior.
  • Acompañar a las familias y fortalecer redes de apoyo comunitario.
  • Promover la participación activa de las personas con discapacidad en la toma de decisiones.

José de Jesús Alcalá destacó que un futuro inclusivo implica “un entorno donde la diversidad no sea tolerada, sino reconocida y valorada como parte de la riqueza humana”.

Mientras tanto, Verónica Santana reiteró que una sociedad que margina a cualquier grupo no puede aspirar a llamarse democrática ni justa. “La inclusión se construye todos los días, no solo se declara”, afirmó.

Los expertos concluyeron, invitando a la ciudadanía a asumir un compromiso real con la inclusión: respetar los espacios de movilidad, evitar conductas que invisibilicen o limiten a las personas con discapacidad, y participar activamente en la construcción de entornos accesibles.

“El futuro inclusivo lo hacemos todos”, señalaron. “El desafío no es solo institucional; es profundamente humano”.