Como Coordinadora de Programas en Yohualichan A.C., la egresada de la primera generación del programa de Una Apuesta de Futuro, capacita a agentes de cambio en su comunidad en temas de prevención de la violencia; además, de manera particular en su consultorio privado atiente situaciones de violencia sexual, un tema tabú en esta región del estado.
Originaria del municipio de Cuetzalan del Progreso, Ivón López García llegó a UPAEP como becaria de la primera generación del programa Una Apuesta de Futuro para estudiar Psicología, al egresar migró a la Ciudad de México donde tuvo oportunidad de explorar el área clínica gracias a un diplomado impartido por la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas, A.C., tema que le impactó tanto, por el contacto directo con víctimas de violencia sexual, que tomó la decisión de regresar a su comunidad, para apoyar desde Yohualichan A.C., el Albergue de Mujeres indígenas y su consultorio particular, en la prevención de la violencia familiar, sexual, de pareja y/o bullying.
“El apoyo psicológico es aún un tema tabú en Cuetzalan porque se normaliza el trabajo infantil, la violencia familiar. Dicen que a todos nos golpearon desde pequeños y no por eso somos delincuentes, pero poco a poco me he ido ganando la confianza y cada vez es más aceptado por mujeres, hombres, niños, niñas y personas mayores”, expresó.
Y es que una de las principales funciones que le corresponden, como coordinadora de Proyectos en Yohualichan A.C., es trabajar con hombres y mujeres del municipio, capacitándolos en temas como estimulación oportuna en la primera infancia, prevención de la violencia, prevención de embarazos adolescentes, prevención de bullying, temas noviazgo, para que ellos puedan dotar de esta información a niños, jóvenes, padres de familia y cuidadores.
Ivón confesó que, pese a tener más oportunidades laborales en Ciudad de México, donde incluso tenía intervenciones en radio y televisión, decidió volver a su municipio, en primer lugar, porque no había especialistas en temas de violencia sexual, y en segundo, porque quería retribuir a través del desarrollo de su profesión, aquello que había recibido desde el programa Una Apuesta de Futuro e impactar positivamente en su ciudad natal.
No obstante, su regreso no fue tan fácil, ya que se le presentaron algunos retos, como el hecho de que la gente no aceptaba a los Psicólogos, pues tenían la idea que solo las personas locas los necesitaban, mucho menos les interesaba la educación sobre la violencia así que le tocó generar esa confianza entre la gente de la población para poder ejercer su profesión.
En este sentido, para Ivón es gratificante, que, al impartir cursos, talleres o charlas con los niños y niñas, mujeres y hombres de Cuetzalan, entiendan que no porque ven actitudes o actos contra sus mamás o familiares, éstos deben recibir también el mismo trato cuando crezcan, que merecen respeto y que niños y niñas están en igualdad de derechos.
“El hacer un cambio por más pequeño que sea, genera una transformación gigante a largo plazo. Es significativo que las nuevas generaciones comienzan a darse cuenta de que una situación no está bien, donde se valora y se hace valorar, además de que, aquellos infantes que reciben la educación adecuada en estos temas, podrán después difundirlo. Me siento satisfecha cuando situaciones de violencia llegan a detenerse porque mejoran la vida de muchas personas”, expresó.
Por último, Ivón envió un mensaje a todas las niñas, adolescentes y mujeres en general: “Crean en sí, no están solas, hay gente a tu alrededor que puede estar viviendo la misma situación y hay que apoyarnos. No pierdan nunca la meta, ni tampoco el piso en cuanto logren eso que se proponen. Recuerden siempre de dónde vienen y usen todo su conocimiento para el bien y mejoramiento de la sociedad”, acotó.