La estudiante de sexto semestre de la licenciatura en Medicina, es una de las 8 seleccionadas para misionar en África y quiere servir a la comunidad compartiendo sus conocimientos para sembrar el cambio.
“Para mí, misionar es el poder acercarme al otro y empatizar con su realidad.Creo que es una manera muy humana de entender las necesidades que hay allá afuera”, confesó María del SagrarioTrujeque Patricio<, estudiante de Medicina en la UPAEP quien fue elegida como una de los 8 estudiantes que misionarán el mes de mayo a Kenia, en África.
Seleccionada entre decenas de postulantes, Sagrario relató que comenzó a misionar en su último año de preparatoria, y le gustó tanto, que desde entonces lo hace con regularidad.
“Me enamoré de misiones. Creo que fue una experiencia que me acercó más a Dios, lo conocí y me llenó mucho. Misionar fue parte de mi crecimiento espiritual”, destacó la joven al compartir la trayectoria que le valió para ser elegida para participar en esta Misión.
Agregó que su participación en misiones locales le ha permitido salir de su zona de confort, perder el miedo a lo desconocido, pero también entender otras realidades desde otra perspectiva.
“Muchas veces nos encerramos y pensamos que todo el mundo vive igual que nosotros, y no es así, hay mucha necesidad afuera, más que la económica, la espiritual. Entonces siento que cumplir con esta parte de vivir la espiritualidad es muy importante y todas deberíamos de experimentarla al menos una vez”, indicó Sagrario.
De su Misión en África, Sagrario asegura será un todo un reto debido a la diferencia de idioma, de pensamiento, estilo de vida y creencias, no obstante, considera, esto no será una limitante para evangelizar.
“Espero poder aportarles un poco del conocimiento que he adquirido a lo largo de mi carrera gracias a los doctores, aprender un poco más de la realidad que se vive en otras partes del mundo, eliminar estigmas respecto de esas comunidades. Creo que hay muchos aprendizajes de por medio”, confió la estudiante.
En este sentido, invitó a sus compañeros a perder el miedo y atreverse a vivir las Misiones para salir de su zona de confort, conocer la necesidad que existe más allá de sus realidades y darse cuenta que hay mucha gente que les necesita.
“Podemos hacer un cambio si nos damos la oportunidad de salir. Servir es una regla básica para sentirnos bien, y al final, Dios va marcando nuestro camino. Él nos va guiando y ayudando para no equivocarnos”, finalizó.