Cursó Cocina Coreana, Cocina Asiática, Postres al Plato y Cocina Saludable en la Woosong University.
Influenciada por su hermana que tenía una afinidad por la cultura coreana y el Kpop, María Isabel Maldonado Macías, estudiante de la licenciatura en Gastronomía en UPAEP, universidad privada en Puebla, eligió Corea del Sur como su destino de intercambio luego de probar el Kimchi y Gochujang.
“Todos me dijeron por qué no te vas a España o Francia, pero lo que yo quería era vivir ese choque cultural y después de comer esos platillos dije quiero probar comida callejera ahí”, confesó. Así, Isabel Maldonado llegó a la Woosong University convencida de que quería salir de su zona de confort y experimentar un verdadero choque cultural.
Cuidado con lo que deseas…
“El titubeo llegó al tomar el metro para ir a Seúl. Vi a mi alrededor y todos estaban calladísimos. Todos iban con audífonos o viendo su celular. Sí muy respetuosos y todo, pero no es algo a lo que estaba acostumbrada porque en México siempre se escucha ruido, no solo del tráfico, sino también de la gente. En ese momento me pregunté qué estoy haciendo, por qué vine aquí, por qué hice esto”, compartió.
Y es que para Isabel Maldonado era su primer viaje lejos y fuera de casa por un periodo tan largo. Sin embargo, pese a ser la más pequeña de una familia numerosa, sabía que debía salir de casa para poder crecer personal y profesionalmente.
El punto es darte tiempo para adaptarte, evitar concentrarte en lo que te falta como lo es la familia o amigos y buscar conexiones humanas”, aconsejó
Afortunadamente, Isabel Maldonado tenía una amiga en Corea quien le ayudó a instalarse y le explicó cómo moverse dentro de la ciudad. Así que el verdadero choque cultural lo experimentó en la Universidad donde cursó 4 materias: Cocina Coreana, Cocina Asiática, Postres al Plato y Cocina Saludable en un ambiente totalmente distinto al que conocía pues allá las Universidades son espacios públicos, es decir, podía ver a niños y personas mayores en las instalaciones, lo que le permitió conocer más gente, no solo oriundos sino también de Asia Central como Kazajistán, Uzbekistán y de otros países que un mexicano no tiene en el radar.
En la Universidad
De sus clases, su favorita fue la de Cocina Asiática, pues fue de las primeras materias que tomó y conoció a su primer amiga coreana.
“Éramos 30 estudiantes en esa clase y solo 3 éramos internacionales. No todos hablaban bien inglés y tienden a ser muy tímidos. Por eso recuerdo mucho esta materia porque ella fue la que buscó el acercamiento. Además, el Chef Huang Tsunming -taiwanés- era muy paciente y divertido. La clase era de 5 horas y no se hacía pesada por la dinámica y la convivencia que se sentía. El ambiente en la clase era muy padre”, recordó.
De esta clase, en comparación con la que tomó con un profesor coreano, Isabel Maldonado, asegura hay una gran diferencia ya que su profesor local no era tan abierto y aunque se sentía el aprecio por sus estudiantes, sí era una relación más lejana.
La cultura
Isabel Maldonado, compartió que el coreano, al igual que el mexicano, siempre te va a tender la mano si te ve en problemas aunque seas extranjero. Sin embargo, dijo, sí hay diferencias, y una de ellas es la calidez, pues allá ni a los ojos les podía ver.
“Al principio saludaba a la gente como aquí en México, con la mirada o con un buenos días, pero allá es más de sigue tu camino y no te entretengas, no interactúes con la gente. Eso me costó un poco porque yo soy de mucho contacto físico, y sí me di cuenta que al regresar a México ya no lo era tanto”, confesó.
En el área gastronómica, explicó, a los coreanos les gusta aprovechar a todo el animal y entre los platillos más exóticos y característicos de Corea que probó fue el intestino, que no recuerda si es de vaca o cerdo, pero aunque no suena muy apetitoso, aseguró, es “súper rico”.
Otro platillo que no le agradó tanto pero que se atrevió a probar porque es un clásico después de beber, fueron las patas picantes de pollo y aunque dijo no lo volvería a probar aseguró no saben mal, solo que la textura no fue de lo mejor para ella.
“Como estudiante de Gastronomía, sí extrañé la comida mexicana pues allá todo lleva un toque dulce. Pero un par de veces que se me antojaron los chilaquiles sí pude prepararlos y también fue divertido poder enseñarles allá parte de mi gastronomía. Cerca de la Universidad había un restaurante de tacos de birria y también de vez en cuando iba con mi amiga mexicana para mostrar a los amigos internacionales un poco de la gastronomía de mi país”, relató.
El negrito en el arroz
Si bien no todo es miel sobre hojuelas cuando de choques culturales se trata, Isabel Maldonado experimentó dos situaciones que de no haberle pasado, significaba que no vivió su intercambio.
“Es una historia chistosa. Saliendo de la Universidad una señora estaba regalando flyers para un concurso de canto que decía algo como ‘los internacionales viven la cultura Kpop’ y si bien yo no canto nada, mi amiga mexicana sí. Así que le dije que fuéramos. La verdad es que el lugar estaba chistoso, en fin ya hizo su audición y nos dijeron que nos llamarían después. Ya de regreso, nos dedicamos a investigar la organización que había organizado el concurso y encontramos notas que decían ‘cuidado con este culto que está enfocado en estudiantes extranjeros’. Pero no pasó a mayores”, relató.
La otra situación la experimentó con su roomie, una joven originaria de Turquía,si bien tenían una buena relación pues se cuidaban cuando enfermaban y se prestaban cosas si las necesitaban, Isabel cometió una pequeña invasión a su privacidad al autorizarle a una de sus compañeras tomar la secadora del cabello de la joven turca.
“Era una compañera también de la Facultad, y siempre nos llevamos bien, pero de repente la noté distante, súper seria, así que le pregunté si estaba enojada conmigo. Y me dijo ‘sí, hablamos en el cuarto’. Para no hacer larga la historia, una vecina, a quien siempre le prestaba su secadora del cabello llegó a pedírsela. Ese día mi roomie estaba dormida, pero como siempre se la prestaba y estaba nevando, yo dije, ‘siempre te la presta no creo que se moleste’. Pero sí se molestó y lo tomó como una gran violación a su privacidad y sus pertenencias”, narró.
En este sentido, recomendó a quienes decidan irse de intercambio, siempre ser respetuosos del espacio de las personas con quienes comparten cuarto o casa, pues pueden meterse en líos.
El apoyo de Internacionalización
Isabel Maldonado agradeció al Departamento de Internacionalización, en especial a Mercedes Hernández Pacheco por el apoyo durante su proceso de postulación a la Universidad. “Me guiaron en todo mi proceso y eso me facilitó mucho las cosas”, expresó.
Cabe destacar que para hacer su sueño realidad, la estudiante de Gastronomía se postuló para obtener varias becas: la Beca de Movilidad que UPAEP otorga para programas que no son de habla hispana, la beca FEMSAC que le apoyó con el vuelo, que se sumaron al 80% de beca académica y Proeduca que ofrece la Universidad a sus colaboradores.
"100% vale la pena irse intercambio. Aunque el proceso es largo y talachero, sí lo vale para tener una perspectiva más amplia no solo en el ámbito social, sino también profesional. En especial creo que no importa el lugar al que vayas, con que busques tener una conexión personal con las personas que te encuentras allá. Yo me fui de México con una casa en México y regresé con las puertas abiertas a Kazajistán, Rusia, Indonesia. Creo que 100% vale la pena buscar estas diferentes personalidades que llegan a tu vida y que te enseñan mil cosas que tú no esperabas encontrar”, finalizó.