En México celebramos a los abuelos como pilares de la familia; inspirados en San Joaquín y Santa Ana, la UPAEP invita a valorar su papel como transmisores de fe, consejos y experiencias que marcan generaciones.
Cada 28 de agosto, México celebra el Día de los Abuelos, una ocasión para reconocer su presencia como pilares de amor, experiencia y unidad en las familias. Los abuelos, con su vida y testimonio, se convierten en maestros de paciencia y generosidad, además de ser guardianes de tradiciones y transmisores de sabiduría.
En la tradición de la Iglesia, los santos Joaquín y Ana —padres de la Virgen María y abuelos de Jesús— son recordados como ejemplos de fe y esperanza. Ellos prepararon a María en el amor a Dios y, con su vida, se convirtieron en parte de la historia de la salvación. Su ejemplo muestra cómo la misión de los abuelos va más allá de acompañar: también educan, inspiran y siembran valores en las nuevas generaciones.
Los papas Benedicto XVI y Francisco han destacado en varias ocasiones la importancia de los abuelos, recordando que son “depositarios de los valores esenciales de la vida” y que forman parte de la cadena que transmite la fe y el amor de Dios dentro de la familia.
En este Día de los Abuelos, la UPAEP invita a toda la comunidad a mirar con gratitud a quienes cumplen esta misión en nuestras familias. Quienes aún tienen la bendición de contar con sus abuelos, aprovechen para escuchar sus consejos, aprender de sus años, cuidar de ellos y recordarles cuánto los aman. Y a quienes ya no los tienen, den gracias por el legado recibido y para mantener viva su memoria con cada gesto de amor que heredaron de ellos.
Sigamos su ejemplo y valoremos este encuentro entre generaciones que, como afirma el Documento de Aparecida, construye el futuro de los pueblos: “los niños porque llevarán adelante la historia, los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de su vida” (n. 447).