UPAEP y la Universidad Francisco de Vitoria fortalecen la formación integral con una mirada humanista sobre los vínculos personales.
Las relaciones tóxicas son un fenómeno que atraviesa generaciones, contextos y roles sociales. Se manifiestan en vínculos familiares, de pareja, laborales o de amistad, y afectan el bienestar emocional y la salud integral de las personas.
Con el propósito de comprender este fenómeno y fomentar relaciones más sanas, UPAEP, a través de la Dirección de Formación, Cultura y Liderazgo, y en coordinación con el Programa de Apoyo y Seguimiento al Estudiante (PASE), llevó a cabo una serie de cursos, con la participación de la Mtra. Marta Jara Martínez, profesora de la Universidad Francisco de Vitoria, de Madrid, España.
Durante su intervención, Luis Fernando Roldán de la Tejera, Director de Formación, Cultura y Liderazgo de UPAEP; subrayó la importancia de abordar este tema desde una perspectiva educativa y formativa, ya que las relaciones tóxicas no sólo afectan la vida personal, sino también el entorno familiar, escolar y laboral.
“Desde UPAEP apostamos por una formación integral que cultive la interioridad de la persona, promueva la cultura del encuentro y fortalezca vínculos sanos. Queremos formar personas plenas, felices, capaces de desarrollarse y trascender en sus relaciones”, expresó Roldán de la Tejera.
El directivo destacó además la sinergia entre UPAEP y la Universidad Francisco de Vitoria, que comparten una visión humanista de la educación, buscando responder a los desafíos actuales de las relaciones interpersonales desde el desarrollo personal y el acompañamiento emocional.
“No hay personas tóxicas, hay comportamientos que deben sanar”, enfatizó Marta Jara Martínez. Explicó que la popularización del término “tóxico” en redes sociales y conversaciones cotidianas ha simplificado en exceso una realidad más compleja.
“En una sociedad donde todo se etiqueta, corremos el riesgo de reducir a la persona a su comportamiento. No hay personas tóxicas, sino comportamientos tóxicos que pueden y deben trabajarse. Esta mirada nos permite salvar a la persona y enfocarnos en su crecimiento”, señaló la especialista.
Jara Martínez destacó que las señales tempranas de una relación insana suelen aparecer cuando existe un desequilibrio emocional, control excesivo, falta de libertad o dependencia afectiva. Sin embargo, precisó que muchos de estos comportamientos surgen por inmadurez emocional, heridas afectivas no resueltas o modelos familiares disfuncionales.
Asimismo, resaltó que las relaciones tóxicas no se limitan a los jóvenes.
“Nadie está exento, ni los adultos ni los adultos mayores. Cada generación enfrenta sus propias dificultades para establecer vínculos sanos. Lo importante es reconocer los patrones que repetimos y tener el valor de buscar ayuda profesional”, comentó.
La especialista enfatizó la necesidad de acompañamiento profesional, ya sea psicológico o educativo, para sanar los vínculos dañinos y aprender a construir relaciones basadas en el respeto, la empatía y la libertad.
Por su parte, Margarita Teyssier Larios, orientadora educativa de PASE UPAEP, explicó que muchos jóvenes manifiestan con naturalidad tener “una pareja tóxica” o “una relación difícil”, lo que refleja una necesidad urgente de orientación afectiva.
“En UPAEP concebimos la tutoría como una relación de ayuda. A través del Programa de Apoyo y Seguimiento al Estudiante hemos detectado que muchos jóvenes llegan angustiados por relaciones que los dañan emocionalmente. Por eso, estamos impulsando un diplomado en educación afectivo-sexual, para educar en el amor, la afectividad y la libertad personal”, señaló Teyssier Larios.
La orientadora educativa precisó que este diplomado se imparte en colaboración con la Universidad Francisco de Vitoria, de Madrid, España y busca formar educadores y tutores capaces de acompañar emocionalmente a los estudiantes, ayudándolos a reconocer comportamientos insanos y fortalecer su madurez afectiva.
La inteligencia artificial: herramienta útil, pero no sustituto del acompañamiento humano.
En la sesión de preguntas, la Mtra. Jara Martínez también abordó el impacto de la inteligencia artificial en el manejo de las emociones. Explicó que, aunque herramientas como ChatGPT pueden ofrecer orientación o reflexión, no sustituyen el acompañamiento personal.
“La inteligencia artificial puede ser útil para guiar o reflexionar, pero no puede reemplazar la empatía y la comprensión humana. Si la usamos sin autocrítica, puede incluso reforzar comportamientos tóxicos al validarlos o justificarlos”, advirtió.
Finalmente, los especialistas coincidieron en que la clave para evitar relaciones tóxicas está en el autoconocimiento, la madurez emocional y la apertura al acompañamiento profesional.
“Una relación sana es aquella donde existe libertad, respeto, confianza y crecimiento mutuo”, enfatizó Jara Martínez. “Formar líderes que transformen la sociedad también implica enseñar a relacionarse desde la autenticidad, la empatía y el amor”, concluyó Roldán de la Tejera.
















