El proyecto Gxiba-1: innovación mexicana en el espacio
12/11/2025
Autor: Angel Alejandro Tzompantzi Hernández
Foto: Santiago Sánchez Rodríguez

Lanzado el 25 de octubre de 2025 a bordo del cohete H3-F7 de JAXA, este nanosatélite cuenta con subsistemas diseñados íntegramente por estudiantes, incluyendo una cámara para captura de imágenes, una computadora de vuelo y un sistema de comunicación vía la constelación Iridium.

En un mundo donde la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados, resulta inspirador ver cómo el talento mexicano logra posicionarse en el ámbito espacial. El proyecto Gxiba-1, desarrollado por el equipo “Flight Software” de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), representa no solo un logro académico, sino también una muestra del potencial que tienen los jóvenes cuando se combinan el conocimiento, la disciplina y la pasión por la ciencia. Lo que comenzó como una idea dentro del programa MEVA, enfocado en sistemas de alertas tempranas ante desastres volcánicos, se ha convertido en una iniciativa con visión de futuro que promete dejar huella en la historia aeroespacial de México.

El proyecto Gxiba-1 surge dentro del programa MEVA, cuyo objetivo principal es crear sistemas de alerta volcánicas tempranas que permitan advertir a la población. En este contexto, Gxiba-1 se ubica en la cuarta sección del programa, conocida como “Área espacial”, lo que representa un gran salto tecnológico para el desarrollo de soluciones científicas desde el espacio.

Durante la exposición Emmanuel Isaac García Sanabria, estudiante de Ingeniería Aeroespacial, explicó que el Gxiba-1 es una prueba de concepto, es decir, un primer paso hacia un satélite más avanzado: el Gxiba-2, que contará con mayores capacidades de observación terrestre. Demostrando la visión estratégica del equipo, que busca consolidar una línea de investigación sostenible y progresiva.

El integrante Iván Ortiz De Lara, estudiante de Ingeniería Aeroespacial, detalló los distintos subsistemas que conforman al Gxiba-1: la estructura, el sistema electrónico de potencia, el módulo de comando y manejo de datos. Cada uno cumple una función específica que asegura el correcto funcionamiento del satélite en el entorno espacial.

Por su parte, Alessia Sánchez Amezcua, estudiante de Ingeniería en Software, explicó que la sección Payload fue completamente diseñada por estudiantes de UPAEP. Esta se divide en tres módulos: la cámara, encargada de captar imágenes de los volcanes activos; la computadora de vuelo, que controla toda la misión y gestiona la comunicación; y el sistema de antenas, que permite el envío y recepción de datos. Además, se utilizará la constelación de satélites Iridium, la cual garantiza cobertura global y una comunicación estable con un tiempo de transmisión de apenas un minuto.

Antes de su lanzamiento, el Gxiba-1 fue sometido a una serie de pruebas rigurosas solicitadas por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA). Entre ellas destacan las pruebas estructurales (Fit Check), las de carga y descarga, las de liberación de antena y transmisión de radiofrecuencia, así como las pruebas ambientales, que simulan las condiciones extremas del espacio. “Estas últimas fueron las más complejas, ya que debían garantizar que todos los sistemas funcionaran adecuadamente fuera de la Tierra” menciona el estudiante Emmanuel Isaac García Sanabria.

El Gxiba-1 cuenta con cuatro objetivos oficiales, y actualmente el equipo se encuentra en la primera fase, centrada en su desarrollo, evaluación y liberación desde la Estación Espacial Internacional (ISS). Los siguientes objetivos incluyen monitorear el estado del satélite, captar imágenes de la ceniza de volcanes activos, transmitir mensajes periódicos a radioaficionados, y establecer un nodo Winlink que permita enviar mensajes de emergencia en caso de catástrofes naturales.

Cabe mencionar que el lanzamiento oficial se realizó el 25 de octubre de este año a bordo del cohete H3-F7 dentro del módulo HTV-X1 de JAXA. Este acontecimiento marca un nuevo capítulo en la historia de la ingeniería aeroespacial mexicana, siguiendo los pasos del AztechSat-1, el primer nanosatélite mexicano en llegar a la Estación Espacial Internacional.