Leyendas del basquetbol mexicano inspiran a las nuevas generaciones del CEFOR UPAEP
14/11/2025
Autor: Hugo Quintero
Foto: Misraim Álvarez

Exseleccionados nacionales destacaron la disciplina, la constancia y el amor por el juego como claves para una carrera duradera.

Niños y jóvenes del Centro de Formación de Basquetbol UPAEP vivieron una experiencia inolvidable al convivir con destacadas leyendas del baloncesto mexicano, quienes compartieron sus historias de vida, trayectoria, sacrificios y aprendizajes en una plática llena de emoción, ejemplos y motivación.

La actividad se realizó en el marco del Maxibaloncesto FIMBA 2025, evento que reúne a cientos de veteranos del deporte ráfaga en Puebla y que permitió que figuras históricas visitaran El Nido para dialogar con los nuevos talentos que hoy inician su camino en las canchas.

El exseleccionado nacional José Luis Arroyos Morales, medallista de oro en Juegos Centroamericanos y en la Copa William Jones, abrió el diálogo invitando a los chicos a acercarse y aprovechar cada oportunidad de aprendizaje.

Recordó cómo inició jugando en la primaria, habló de la influencia de buenos entrenadores y destacó que, más allá del juego, el basquetbol es una herramienta de vida:

“Esto no solo es jugar: te da la oportunidad de viajar, de conocer el mundo, pero sobre todo de estudiar. Ojalá que el día de mañana aquí tengamos abogados, maestros, doctores y grandes profesionistas”.

Arroyos motivó a las y los jóvenes a soñar con vestir los colores de México y a trabajar con disciplina para que esos sueños se cumplan.

El también exseleccionado nacional Enrique Ortega Reyes, multicampeón con los Dorados de Chihuahua, reforzó la importancia del esfuerzo constante.

“Si ya están soñando con llegar a la selección, sepan que no hay atajos. Todo es trabajo diario. El deportista hace más sacrificios: estudiar, entrenar, tener buenas calificaciones y seguir adelante”.

Ortega destacó el papel fundamental de las familias como soporte emocional y logístico del desarrollo deportivo.

Las hermanas Verónica y Zulema Arroyos Morales, ambas exseleccionadas nacionales, aportaron momentos de profunda emoción al compartir los obstáculos que debieron superar.

Verónica, récord nacional con 103 puntos en un solo juego, habló del valor de la perseverancia:

“Yo quería ser mejor cada día. Me iba una hora antes al gimnasio y tiraba hasta 1,500 tiros libres. Todo es disciplina, esfuerzo y corazón”.

Zulema, quien llegó a la selección nacional a los 14 años y asistió a dos campamentos rumbo a la WNBA, recordó su crecimiento lejos de casa y cómo el basquetbol la llevó a encontrar una familia deportiva:

“Con trabajo y disciplina llegas. A veces no ves resultados en uno o dos juegos, pero a la larga se ve. El basquetbol te da familia, te da valores y te da vida”.

El exseleccionado nacional Javier Ceniceros, entrenador en jefe de las Águilas UPAEP, recordó anécdotas de las hermanas Arroyos y destacó la garra con la que representaron a México.

“Muchos no saben el peso que tuvieron ellos en la selección. Fueron nuestros máximos representantes y es un honor recibirlos en su casa, en la institución donde el basquetbol es un pilar”.

Por su parte, Guillermo Correa Rodríguez, seleccionado nacional en múltiples torneos internacionales, compartió cómo el deporte y la educación pueden caminar juntos:

“Lo principal no es solo estar en lo deportivo. Es estudiar, prepararse, aprender. Una beca y una universidad son un privilegio que hay que valorar”.

Como delegado estatal de FIMBA, Federico Quijano explicó que el torneo abrió la oportunidad de reconocer en vida a quienes marcaron historia:

“Es importante que se sepan queridos y valorados. Ustedes, jóvenes, están en el centro de un triángulo perfecto: padres, maestros y entrenadores”.

El cierre estuvo a cargo de Samuel Campis Espinal, exseleccionado nacional por 12 años e integrante del Salón de la Fama del Deporte en Puebla, quien representó a México en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976.

“El basquetbol es disciplina, entusiasmo, responsabilidad y diversión. Conozcan el juego, enamórense de él y compartan lo que aprendan. Representar al país es una experiencia maravillosa”.

Los asistentes al CEFOR no solo escucharon historias de éxito, sino testimonios de lucha, sacrificio, disciplina y amor por el basquetbol. La visita culminó con fotografías grupales, aplausos y la promesa de que esta nueva generación seguirá construyendo la rica historia del deporte ráfaga en la UPAEP.