No hay duda de que las matemáticas son importantes para el desarrollo profesional de las personas, pues el pensamiento matemático simplifica, estructura, relaciona y establece procesos para encontrar soluciones. Dichas habilidades matemáticas son aplicables a cualquier ámbito de nuestra vida, razón por la cual contribuyen a tomar mejores decisiones, como aquellas asociadas a procesos electorales. Sin embargo, la enseñanza-aprendizaje de las matemáticas sigue siendo uno de los grandes retos de nuestro país.

Existen múltiples factores sociales, culturales y económicos asociados al rezago matemático que se vive en México. Sin embargo, también es claro que la enseñanza matemática en nuestro país no ha logrado cambiar el paradigma en el que se encuentra. 

Este paradigma se enfoca en enseñar reglas y procesos desconectados, aparentemente, de la realidad que, con las nuevas tecnologías, resultan poco atractivos y tediosos. Así, en lugar de promover y simplificar el aprendizaje de las matemáticas, estos procesos suelen ser memorizados para presentar un examen y olvidados posteriormente, junto con los conceptos que pretenden enseñar. Así, poco pensamiento matemático se queda en los estudiantes. 

Por lo anterior, es necesario replantear la forma en que enseñamos las matemáticas. Por ejemplo, partiendo desde la pedagogía del bien común, podemos promover el aprendizaje de las matemáticas mediante el diálogo, pues el ser humano es un ser social. En este sentido, a partir de problemas contextualizados, los estudiantes pueden explorar diferentes conceptos matemáticos que los ayuden a encontrar soluciones mediante la orientación de los profesores. 

Así, es importante diseñar experiencias donde el trabajo en equipo y los problemas contextualizados inviten a los estudiantes no sólo a proporcionar una solución. La interpretación, visualización y variación de los resultados y escenarios asociados al problema son aspectos que se deben abordar pues, contrario a lo que se piensa, el pensamiento matemático no es infalible ni fijo. Por el contrario, muchas de las soluciones matemáticas provienen del ensayo y el error, así como de la curiosidad y del pensamiento crítico

Por lo anterior, el cambio de paradigma no debe limitarse sólo a actividades puntuales para la enseñanza de las matemáticas. Los planes de estudio y los recursos educativos deben promover el desarrollo integral de los individuos. Es decir, relacionar la abstracción con aquello que nos rodea para promover un mayor bienestar.