La falacia del día
14/10/2022
Autor: J.-Martín Castro-Manzano
Foto: Profesor de la Facultad de Filosofía

“Todo pasa por una razón,” “Nadie es perfecto,” “Equivocarse es humano”. A veces usamos estas proposiciones triviales como si estuvieran cargadas de una sabiduría profunda y ancestral. A veces las compartimos para calmar las penas. Y otras, no las menos, las repetimos para no dar cuenta de nuestra ineptitud o purificar nuestras culpas.

En esta ocasión, la falacia del día la encontramos en Twitter y la presentamos aquí porque hace uso de una proposición trivial: “Somos energía”. Como veremos, la falacia del día es particularmente peligrosa —dada la delicada salud emocional del país–– porque aprovecha un principio trivial para justificar una política ilegítima:

Yo no sé ustedes pero para mi no deberían hacer

simulacros, atraen la energía! Somos energía!

El estar pensando y haciendo simulacros se jala esa

energía!

Aquí podemos notar varios problemas. El primero y más claro es el siguiente: ¿de qué tipo de energía hablamos? ¿Energía de simulacros? Porque si somos energía y hacemos simulacros “jala” esa energía, entonces parece que atraemos la energía de simulacros, en cuyo caso no habría mayor problema porque los simulacros de sismos no son sismos. Un simulacro de sismo es un ejercicio para prever qué podríamos hacer en caso de que ocurra un sismo, pero, así como un simulacro de robo no es un robo y un simulacro de fuego no es fuego, un simulacro de sismo tampoco es un sismo. 

Quizás, entonces, este argumento no plantea que atraemos la energía de simulacros, sino la energía de un sismo; sin embargo, así como un simulacro de sismo no es un sismo, tampoco un sismo es un simulacro de sismo. Pero entonces, ¿de qué hacemos el simulacro? ¿Del sismo? No, de nuevo, porque simulamos lo que haríamos en caso de sismo. No hacemos sismos para hacer simulacros de sismos.

Pero supongamos, entonces, que este argumento no quería sostener que los simulacros atraen la energía de simulacros ni que hacemos sismos para simular sismos, sino que hacer simulacros causa sismos. Consideremos, por tanto, la siguiente paráfrasis:

 

  1. Pensar en sismos y hacer simulacros produce sismos.
  2. No queremos sismos. 

∴ No deberíamos hacer simulacros (ni pensar en sismos).

 

Es claro, con todo, que este argumento no puede ser correcto. Pensar en sismos y hacer simulacros no es causa de actividad sísmica. El 19 de septiembre del 2022 ocurrió un sismo después del simulacro de sismo (de allí el origen del tuit), pero que un evento (como el sismo) ocurra después de otro (como el simulacro) no implica que tengan un nexo causal o explicativo. Cuando un argumento confunde el nexo temporal con el nexo causal lo llamamos, simplemente, falacia post hoc ergo propter hoc. Y para defendernos de esta amenaza y responder a la falacia del día, consideremos el siguiente contraejemplo: si prevenir enfermedades produce enfermedades, y no queremos enfermedades, entonces dejemos de prevenirlas. Vengan esas pandemias. Next!