Delicadas filtraciones en el Pentágono
14/04/2023
Autor: Dr. Herminio S. de la Barquera y A.
Cargo: Decano de Ciencias Sociales

Hace unos días, dio la vuelta al mundo una noticia proveniente del ámbito de los servicios de inteligencia: debido a una lamentable filtración o fuga de información (leak), llegaron a las redes sociales unos documentos secretos de las agencias de inteligencia estadounidenses, referentes en su mayoría a la guerra en Ucrania. Como es casi imposible interactuar en el ciberespacio sin dejar huella, era de esperarse que pronto se identificara a los autores de dicha filtración. Y, en efecto, el jueves 13 de este mes se publicó la noticia de que el FBI habría arrestado a un joven militar de 21 años, quien labora en una base aérea, como el probable autor de esta fuga de información sensible, pues se sabe que tuvo acceso a ella en dicha base militar. Este joven, identificado como “OG”, compartió con su grupo de amigos en la plataforma “Discord” los documentos secretos. No se sabe aún cómo logró fotografiarlos, siendo que consultó los papeles en una zona supuestamente “de seguridad”; se sabe que al principio los copió a mano, pero después, debido al evidente cansancio, los fotografió. Parece que a mediados de Marzo dejó de compartir los documentos en el grupo.

Es cierto que las autoridades estadounidenses lograron aparentemente dar con rapidez con el autor de tan penosa filtración, pero eso no nos debe distraer del hecho más importante: no solamente que los servicios de inteligencia de la potencia militar más grande del mundo tenga tales fugas, por donde fluye de pronto una enorme cantidad de información que pone en peligro la seguridad nacional propia y la de los aliados, sino que aparentemente son muchísimas personas quienes tienen acceso a documentación sumamente sensible y cuyo acceso debería estar muchísimo más restringido. La persona detenida no es un espía profesional al servicio de Rusia, no es un doble agente, no es un militar de alto rango, no es un miembro de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, no es un diplomático de gran nivel. No: es un simple guardia nacional de la Fuerza Aérea, llamado Jack Teixeira, quien fue detenido en casa de su madre en Massachusetts. Su rango en la milicia no es particularmente alto, al contrario: es un Airman Firts Class (dicho rango está entre los tres más bajos en la Fuerza Aérea). Teixeira no les proporcionó esos documentos filtrados (más de cien) a los rusos, tampoco a los chinos, sino que simplemente los compartió con su grupo de amigos en una plataforma de videojuegos y de videoconferencias.

Los destinatarios de sus filtraciones no eran, por lo tanto, agencias extranjeras de espionaje, sino un pequeño círculo de sólo dos docenas de miembros, algunos de los cuales eran menores de edad. Teixeira, líder del grupo, alardeaba ante sus conocimientos, despertando su admiración. Lo que caracteriza a este grupo de internautas, fundado durante la pandemia, es el interés por las armas y el equipamiento militar, su aparente desprecio por el gobierno de su país y su fe en Dios. Desde el año pasado, este puñado de muchachos recibió de Teixeira información de inteligencia que ahora está en los titulares de todo el mundo: según esto, por poner algunos ejemplos, el presidente ruso Vladimir Putin tuvo que resolver personalmente la disputa entre el jefe de los mercenarios del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, y el Ministro de Defensa, Sergei Shoigu; también según esa información que se fugó, el sistema ucranio de defensa antiaérea está en un peores condiciones de las que se suponía y, también de acuerdo a esas filtraciones, el gobierno de Egipto –considerado un aliado de Washington- consideró fabricar 40 000 misiles y suministrarlos en secreto a Rusia.

Las preguntas y cuestionamientos saltan a la vista: ¿cómo es que alguien con un rango militar tan bajo tuvo acceso a documentos secretos tan importantes? ¿Alguien le ayudó para acceder a ellos? ¿O quién se los proporcionó? ¿Qué efectos tendrá este escándalo en las relaciones de los Estados Unidos con sus aliados? ¿Qué tan “secretos” son los documentos secretos de los Estados Unidos? Todo parece indicar que los servicios de inteligencia y de seguridad en ese país no han aprendido gran cosa desde que Edward Snowden y Chelsea Manning filtraron documentos clasificados a la opinión pública, a pesar de que eso se discutió acaloradamente. Pero nada cambió, por lo que se ve: se cree que los documentos catalogados como “Top Secret” son leídos por más de un millón de personas en los Estados Unidos. Lo más penoso es que ahora, con Teixeira, no estamos asistiendo al clásico caso de un personaje que busca intencionalmente dar a conocer documentos sensibles para influir en la opinión pública o para descubrir algún caso que considera deba ser del conocimiento público; no es un denunciante o “soplón” (Whistleblower) que quiera descubrir abusos o injusticias., sino que se trata de un tipo –loco por las armas, por cierto-, que aparentemente sólo buscaba alardear frente a su pequeño grupo de admiradores en una plataforma de internet. Este chistecito le puede costar muchos años en prisión.

Mientras tanto, el "New York Times" informó sobre la publicación de más información de inteligencia. Se dice que se filtraron documentos adicionales que no estaban incluidos en el paquete de 53 páginas que se conoció la semana pasada. Según el periódico, la nueva filtración de 27 páginas trata sobre el gobierno ruso, que está discutiendo con sus servicios de inteligencia sobre el número de muertos y heridos en la guerra de Ucrania, pues acusa a los militares de encubrir o “maquillar” (como se diría en México) el alcance de las bajas rusas en la guerra, que, como ya es del conocimiento de todos, alcanza proporciones horrendas, peores que las pérdidas rusas en los nueve años de presencia soviética en Afganistán.

En efecto: el nuevo "lote" de filtraciones provoca raspaduras también en el gobierno ruso, ya que deja ver a las claras cuán profundamente han logrado penetrar los espías estadounidenses "en casi todos los aspectos del aparato de inteligencia ruso y las estructuras de comando militar". En un documento, funcionarios de inteligencia estadounidenses dicen que el principal servicio de inteligencia nacional de Rusia, el Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa (FSB, heredero del KGB), ha "acusado" al ministerio de defensa del país de "encubrir las pérdidas rusas en Ucrania". El resultado subraya "la continua renuencia de los militares a transmitir malas noticias a la cadena de mando", según el New York Times. Los funcionarios del FSB, dicen los documentos, afirman que el número de muertos y heridos de la Guardia Nacional Rusa, del grupo mercenario "Wagner" y de los combatientes del líder checheno Ramzan Kadyrov no están incluidos en las estadísticas del ministerio. Según el FSB, se calcula que alrededor de 110.000 soldados rusos han resultado heridos o muertos en la invasión a Ucrania. Estas cifras, que públicamente el gobierno ruso niega categóricamente, se acercan mucho a las estimaciones del gobierno ucranio y de los servicios de inteligencia del Reino Unido.

Otro tema interesante es que aparentemente algunos documentos cayeron en manos prorrusas, por lo que fueron manipulados (por ejemplo, en la relación entre las bajas de las fuerzas rusas y de las de Ucrania). Esto aún se debe esclarecer. Según informes de los medios estadounidenses, los documentos contienen información sobre entregas de armas a Ucrania e información sobre el consumo de municiones en el ejército ucranio. También hay mapas que muestran el curso del frente y la ubicación de las tropas rusas y ucranianas y su fuerza respectiva. También hay información sobre supuestos planes de la OTAN y de los EE. UU. sobre cómo podría prepararse el ejército ucraniano para una ofensiva de primavera.

También se dice que algunos documentos abordan la manifiesta preocupación del gobierno de EE. UU. sobre la creciente influencia de Rusia y China en América Latina y África. Según la CNN, los detalles incluyen referencias al grupo mercenario ruso "Wagner", que habría revisado un contrato para luchar contra bandas criminales en Haití, y una empresa china que habría negociado la construcción de un puerto de aguas profundas en Nicaragua.

Otro documento describe un plan de propaganda integral del servicio secreto ruso para influir en la opinión pública en África. Según la CNN, el plan del gobierno ruso es difundir en África diversas teorías de conspiración sobre los laboratorios biológicos en los Estados Unidos, para poner a los países de la región del lado de Rusia.

Es así que este escándalo está provocando ya severos daños no sólo a la imagen de los Estados Unidos en el panorama de los servicios de inteligencia y en su confiabilidad como un aliado que debería saber proteger secretos militares, sino que posibilita que el gobierno ruso confirme que sus aparatos de inteligencia están totalmente expuestos a los de los Estados Unidos. Con la información filtrada, los rusos podrán detectar en dónde aparentemente están sus puntos débiles y por dónde pudo haberse colado tanta información hacia Washington. A menos, claro está, que tampoco ellos aprendan nada de las filtraciones.