La cultura organizacional, elemento clave para identificar a una organización
04/03/2024
Autor: Eva María Pérez Castrejón
Cargo: Jefa de Promoción de Posgrados y Modalidades

Las organizaciones públicas y privadas necesitan dimensionar la importancia de la cultura organizacional como parte de su existencia. La cultura organizacional forma parte de cualquier actividad desarrollada en las organizaciones desde la mirada filosófica en el interaccionismo simbólico de cómo las personas actúan sobre los objetos de sus contextos y la relación que tienen con otros individuos a partir de los significados que comparten en común. Estos significados son parte de la interacción social a partir de un universo simbólico determinado.

La cultura organizacional a través del tiempo se ha percibido de diferentes maneras, ha sido vista desde la identidad corporativa como un elemento que forma parte de la organización, tanto de su estilo como del comportamiento, hasta la razón de ser de cada sistema. Por lo antes comentado la cultura organizacional se convierte en un elemento clave para las interacciones y vínculos organizacionales ya que se ve representada en sus valores, creencias, misiones y objetivos, que guían la forma de actuar de todos los colaboradores. La cultura organizacional se convierte en el gran diferenciador de las organizaciones que las hace únicas e irrepetibles, esta se puede ver expresada en estrategias, acciones, estructuras, infraestructura, normas, actividades en el trato a las personas, en la toma de decisiones, implementación de innovaciones, tipos de liderazgo, el compromiso de los colaboradores para alcanzar objetivos, en los procesos, etcétera. La cultura organizacional se muestra en las rutinas cotidianas de sus colaboradores y la forma en que los líderes toman las decisiones.

Por lo que es fundamental que una organización tenga una imagen única con el fin de que tanto sus públicos internos como externos la sientan así, como única. Para lograrlo, los primeros que deben percibirlo son su propia comunidad, es decir, compartir con ellos la identidad para que sean portadores de dichos valores o atributos que la organización reconoce como esenciales. Esta identidad no es otra cosa que los rasgos que la diferencian de otras organizaciones, para ello, es importante poseer una cultura propia, basada en sus valores institucionales. La cultura es un factor que estabiliza la vida de la organización, además desempeña un rol primordial para mantenerla, adaptarla y evolucionarla en la cambiante era que hoy vivimos. Es decir, la organización por sí misma presenta una historia, con el paso del tiempo se convierte en un estilo propio; gracias a su historia, se desarrolla, madura, se consolida su cultura y se va haciendo única. Con el estilo y costumbres de las personas que la conforman, automática e inconscientemente manifiestan su forma de hacer y creer en las cosas en particular: la identidad.

A manera de reflexión, la cultura organizacional no se trata de enviar comunicados masivos o de mantener solo informados a quienes integran las organizaciones, la cultura organizacional necesita “hacerse viva”, para ello las personas deben recibir mensajes claros, compartidos por todos los miembros de la organización, que haya retroalimentación, generar cohesión, impactar positivamente en su entorno, tener una estrategia que intente reforzar y no disminuir el sentido de identidad y pertenencia, que la  información se determine de acuerdo a la filosofía y a los objetivos organizacionales, etc.

La cultura organizacional dicta la forma en que interactúan las personas que integran las empresas e instituciones. creencias, valores, rituales, tradiciones, actitudes y experiencias.