“PRP” La pérdida rápida de peso: una mala costumbre en las prácticas deportivas.
20/02/2025
Autor: Mtro. Jaime Barrón Blanco
Cargo: Coach Taekwondo

El alcanzar un peso y una composición corporal adecuada constituye uno de los principales retos y objetivos para la mayoría de los deportistas. Sin embargo, en muchos casos, la búsqueda de un peso corporal específico se convierte en una práctica riesgosa cuando se utilizan métodos extremos y poco saludables para lograrlo en un corto periodo de tiempo.

Muchos atletas, especialmente aquellos que compiten en deportes con categorías de peso o con valoración estética, recurren a estrategias agresivas para reducir su porcentaje de grasa y peso. Algunas de las prácticas más comunes incluyen:

  • Deshidratación autoinducida (restricción de líquidos y/o uso de ropa térmica para entrenar y sudar en exceso).
  • Restricción calórica severa.
  • Consumo de diuréticos o laxantes.
  • Vómito autoinducido.
  • Uso de saunas.

Investigaciones han estimado que hasta el 86% de los deportistas han utilizado estos métodos antes de una competencia. La pérdida rápida de peso (PRP) implica una reducción del 2 al 10% del peso corporal en la semana previa al pesaje oficial, con una disminución aún más drástica en los últimos 2 o 3 días antes del pesaje.

La realidad detrás de la pérdida rápida de peso:

Si bien estos métodos pueden llevar a un descenso temporal de peso, las repercusiones en el organismo pueden ser graves y comprometer tanto el rendimiento como la salud del atleta. Entre los efectos negativos más comunes se encuentran:

Deterioro del rendimiento deportivo: La deshidratación y la restricción calórica afectan los sistemas cardiovascular, metabólico, termorregulador y endocrino, acelerando la fatiga y reduciendo la capacidad de desempeño en la competencia.

Impacto en la salud hormonal e inmunológica: Se han documentado alteraciones hormonales, desbalances hidroelectrolíticos, hipertermia, trastornos cardiovasculares y reducción de la función inmune, aumentando el riesgo de infecciones y enfermedades.

Afectaciones óseas y musculares: La pérdida rápida de peso contribuye al aumento de la resorción ósea, debilitando los huesos y favoreciendo el riesgo de fracturas por estrés. Además, disminuye la síntesis de proteínas y afecta la recuperación muscular.

Impacto en el estado de ánimo y bienestar psicológico: Muchos atletas experimentan irritabilidad, cambios de humor, disminución del rendimiento cognitivo y un aumento del estrés y la fatiga, lo que afecta su concentración y motivación.

¿Qué podemos hacer? Un cambio de mentalidad: priorizando la salud y el rendimiento

La cultura de la pérdida de peso extrema sigue arraigada en muchos deportes, especialmente en los de combate. Sin embargo, es fundamental que entrenadores, nutriólogos, atletas y padres de los deportistas adopten estrategias más seguras y efectivas para alcanzar el peso óptimo sin comprometer la salud.

Planificación nutricional adecuada: La reducción de peso debe ser progresiva y basada en un plan nutricional estructurado.

Hidratación estratégica: Evitar la deshidratación extrema y priorizar estrategias de rehidratación post-pesaje para una recuperación efectiva.

Entrenamiento inteligente: Adaptar el entrenamiento para favorecer una pérdida de grasa gradual sin comprometer la masa muscular ni la funcionalidad del atleta.

Enfoque a largo plazo: La selección de categoría y la preparación debe comenzar con suficiente antelación para evitar medidas drásticas en los días previos a la competencia.

Educar a los atletas sobre los riesgos de la PRP y proporcionarles herramientas para alcanzar su peso de manera segura es fundamental para su salud y rendimiento. Un enfoque basado en la ciencia y el acompañamiento constante puede hacer una gran diferencia en su carrera deportiva.

Es momento de cambiar la mentalidad y dejar atrás las prácticas perjudiciales de pérdida rápida de peso. La salud y el rendimiento deben ir de la mano, y el verdadero éxito deportivo se construye sobre hábitos sostenibles, no sobre métodos extremos. Un atleta fuerte y bien nutrido siempre tendrá una ventaja sobre aquel que sacrifica su bienestar por una cifra en la balanza.

No digo que sea fácil, pero vale la pena el esfuerzo.