Christopher Reeve (1952 – 2004) conocido por su papel como Superman realizando películas del icónico héroe en los ya lejanos años 70´s y 80´s del siglo XX. Sufrió un accidente en 1995 que lo dejó paralizado condenándolo a ser un cuadripléjico de por vida.
Durante su proceso de recuperación, se comprometió profundamente con la investigación científica, en particular con la investigación sobre células madre. En 1998, Reeve fundó la Christopher Reeve Foundation (hoy conocida como Reeve Foundation), dicha investigación tenía que ver sobre lesiones de la médula espinal.
Christopher Reeve fue un defensor activo de la investigación con células madre, en especial las células madre embrionarias, que se encuentran en los embriones humanos y en teoría tienen la capacidad de regenerar tejidos dañados de los órganos humanos.
El uso de células madre embrionarias para la investigación es altamente controvertido. Estas células se obtienen destruyendo embriones humanos, lo que plantea serias cuestiones éticas. Los opositores a este tipo de investigación consideran que destruir embriones humanos, incluso en sus primeras etapas, es equivalente a destruir una vida humana personal. Las personas que defienden este tipo de investigación argumentan que las células madre podrían salvar muchas vidas al curar enfermedades y lesiones graves, como las que sufrió Reeve.
Christopher Reeve expresó con frecuencia su esperanza de que las células madre pudieran ser la clave para la regeneración de la médula espinal y, por ende, para una posible cura para la parálisis. Sin embargo, la investigación con células madre embrionarias en el campo de la regeneración de la médula espinal no han sido tan inmediatos como muchos esperaban.
Mientras que la investigación con células madre embrionarias genera controversia, las células madre adultas (que se encuentran en órganos como la piel, la sangre, y el cerebro, entre otros) son menos controvertidas, ya que no requieren la destrucción de embriones
En la actualidad queda la polémica de cuáles células madre podría ser las más adecuadas para fines terapéuticos, las embrionarias o las adultas. En los 90´s del siglo XX había mucha esperanza en las embrionarias. Es a partir de la primera década del siglo XXI que las células madres adultas comienzan a cobrar importancia.
El análisis bioético de este tema puede abordarse desde varias perspectivas clave.
Principio de autonomía. Este principio implica el respeto por la capacidad de los individuos para tomar decisiones sobre sus propias vidas. En el caso de la investigación con células madre, los avances en medicina y ciencia permiten que los pacientes, como Reeve, tomen decisiones sobre su tratamiento y las formas de investigación que apoyan. Sin embargo, si los embriones de 4 o 5 semanas de gestación son reconocidos como personas humanas con derechos, entonces los embriones no pueden ser considerados como material biológico a modo de propiedad para ser utilizados en investigaciones científicas, ya que tienen un valor humano intrínseco a como lo tiene cualquier persona.
Principio de no maleficencia. Este principio afirma que los investigadores deben evitar causar daño. Si los embriones en desarrollo temprano son considerados como personas humanas, entonces evidentemente se está violentando este principio de la bioética porque la obtención de células madre a partir de ellos supone su destrucción.
La polémica radica en si el uso de células madre embrionarias causa daño a los embriones, considerados por algunos como personas en desarrollo.
Principio de beneficencia. Este principio implica que los investigadores deben actuar para el bien de los demás. La investigación con células madre tiene el potencial de revolucionar la medicina, proporcionando tratamientos para enfermedades incurables como el Alzheimer, el Parkinson y las lesiones medulares. Los defensores de la investigación con células madre embrionarias asumiendo que los embriones tempranos no son personas humanas, sino solamente un conjunto de células humanas que se encuentran en potencia de ser personas en un ulterior desarrollo, piensan, en razón del principio de beneficencia que es válido la utilización de sus células madre para mejorar la vida de millones de personas.
Sin embargo, la réplica de aquellos que reconocen a los embriones tempranos como personas argumentan que no es ético beneficiar a unas personas perjudicando a otras personas, siendo estás últimas los embriones humanos. El fin no justifica los medios.
Principio de Justicia: Este principio tiene que ver con la distribución equitativa de los beneficios y las cargas de la investigación científica. Si los avances en la investigación de células madre son exitosos, ¿quién tendrá acceso a los tratamientos resultantes? ¿Deberían los recursos invertirse en esta investigación, o es más importante enfocarse en otras formas de curación menos controvertidas?
Con relación a este principio de justicia aquellos que reconocen a los embriones tempranos como personas proponen que los recursos se enfoquen solamente a la investigación de células madre adultas.










