Establecer metas financieras claras es fundamental para tener un mayor control y monitoreo sobre nuestros gastos e ingresos y organizarnos de manera efectiva. Plantearse objetivos en la vida nos permite evaluar nuestro progreso a lo largo del tiempo, identificar posibles obstáculos y ajustar nuestra estrategia si es necesario en la ruta del logro del éxito en lo material.

El establecimiento de metas financieras es una parte esencial del manejo de nuestra economía familiar, ya que nos proporciona una dirección clara y nos ayuda a mantenernos enfocados en nuestros objetivos de corto, mediano y largo plazo. Algunos ejemplos comunes de metas financieras pueden incluir asignar un presupuesto para compromisos de corto plazo como puede ser el cambio de llantas del automóvil, planear unas vacaciones en Europa, comprar un automóvil o mejorar la vivienda. Adicionalmente, se vuelve fundamental destinas siempre un recurso para la vejez, adicional a la jubilación y un fondo de contingencia en caso de alguna emergencia, principalmente relacionado con gastos catastróficos en la salud.

Las metas financieras son fundamentales para saber a ciencia cierta, que vamos por el camino correcto. El tener objetivos claros nos permite conocer el progreso que vamos teniendo sobre la marcha. Muchas personas plantean sus sueños y deseos en términos de objetivos financieros al principio de cada año, después de la resaca consumista que caracteriza el periodo navideño, tal es el caso de la inversión en educación y capacitación o la compra de una casa o departamento. 

El tener metas establecidas con claridad nos permite sumergirnos en una mentalidad distinta y enfocarnos en aquello que realmente queremos lograr y abstenerse de gastar en cosas que realmente no necesitamos y representan una fuga en nuestro patrimonio.

Sabemos muy bien que el dinero en sí mismo no es la felicidad, pero es cierto que representa un medio para adquirir bienes y servicios que satisface alguna necesidad básica como salud y alimentación, y para disminuir el estrés o la depresión que genera la incertidumbre financiera ante escenarios como la crisis económica y el desempleo.

Establecer metas financieras personales es una forma de planificar y mejorar tu situación económica. Para hacerlo, puedes seguir estos pasos:

Define tus objetivos de forma específica, medible, alcanzable, relevante y temporal. Por ejemplo, puedes tener una meta de ahorrar $10,000 en un año para la educación universitaria de los hijos pequeños.

Prioriza tus metas financieras según su importancia y urgencia. Por ejemplo, puedes darle más prioridad a pagar tus deudas que a ahorrar para unas vacaciones.

Elabora un presupuesto que refleje tus ingresos y gastos mensuales. Así podrás identificar tus áreas de oportunidad para ahorrar más o gastar menos.

Establece un plan de acción para lograr tus metas financieras. Por ejemplo, puedes decidir ahorrar un 10% de tu ingreso mensual, reducir tus gastos innecesarios o buscar fuentes de ingreso extra.

Monitorea tu progreso y evalúa tus resultados periódicamente. Así podrás saber si vas por buen camino o si necesitas hacer ajustes en tu plan.

Paradójicamente, son las personas con menores ingresos y en condiciones de pobreza extrema las que tienen que “estirar el gasto”, éstas tienen que elegir entre comer hoy o usar el transporte público, entre comprar medicinas, comprar zapatos o los útiles escolares; con mayor razón, las personas que tienen la fortuna de tener un empleo estable o un ingreso módico y regular tienen que ser más eficientes y administrar óptimamente su economía familiar.

¡Planifica tus metas financieras hoy mismo!