La desesperación de los afganos por salir de su país, ante el terror que se avecina por el regreso no solo de los talibanes sino también del Estado Islámico-K, y Al Qaida – cobijados por los talibanes – ha sensibilizado al mundo entero, desplegándose campañas de presiones gubernamentales y peticiones para recibir refugiados. En medio del caos en Afganistán, nuestro canciller, Marcelo Ebrard, a la tajante insistencia del gobierno de los Estados Unidos se comprometió – hasta ahora - a recibir a tres enormes grupos de 385 supuestos “comunicadores” afganos y sus familias extendidas que incrementaron el número de estos “refugiados” a un probable total de 3,850 personas y según Ebrard dice que se van a admitir más en el futuro cercano. Sin embargo, poco se habla de los riesgos que esto puede implicar. No existe ninguna evidencia de que nuestras autoridades han verificado los antecedentes de estas personas – excepto que Ebrard informó que se trata de “comunicadores y staff” que laboraban en diversos medios. ¡No tenemos ninguna garantía que entre estos “comunicadores o miembros de sus “familias” no se encuentran terroristas infiltrados entre estos refugiados! ¿Somos capaces de monitorear sus movimientos y actividades en nuestro país?
Cabe recordar que en las primeras dos semanas de la marcha hasta la victoria el 15 de agosto de 2021 en la capital Kabul, los talibanes abrieron todos los reclusorios en Afganistán y liberaron 1,200 miembros de Al Qaida, 5,500 miembros de ISIS-K y 35,000 talibanes – todos asesinos de la más extrema y agresiva brutalidad.
Y ya no se trata solo de una alarma sino de una realidad. El sistema automatizado de Identificación Biométrica del Departamento de Defensa de Estados Unidos ha identificado hasta 100 personas de un grupo de 7,000 afganos que optan por visas especiales de inmigración como coincidencias con las listas de vigilancia del Sistema Biométrico, según reveló un funcionario federal involucrado en el proceso de investigación y selección de afganos que buscan reasentamiento en territorio de los Estados Unidos. De acuerdo con “Defense One”, un portal dedicado a la seguridad nacional de los Estados Unidos, fue detenido en Qatar un afgano con vínculos con el Estado Islámico. Según este portal, ha habido varios de ellos que activaron las alertas. Así mismo, de manera alarmante, el Pentágono ha admitido fallas en el sistema de seguridad con sus equipos obsoletos y un numero insuficiente de inspectores de la Migra estadounidense en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai trabajando para examinar a la mayoría de las 123,000 personas evacuadas. El gran número de personas no ha sido el único desafío. El proceso de salir exigió una velocidad de respuesta incompatible con los viejos sistemas de investigación disponibles. Esto a su vez impidió que se pudiera integrar toda la información necesaria como el contenido de la obsoleta base de datos biométricos del Departamento de Defensa y, además, la CBP (Customs & Border Protection) Aduanas y Protección de Fronteras, en español, cuenta con tecnología biométrica obsoleta también y hasta ahora ha sido capaz de verificar identidades de solo 15% de afganos refugiados.
Pasar por un tercer país como México permite a los Estados Unidos contar con un tiempo adicional para seguir filtrando información sobre las personas que están llegando para tratar de descartar una amenaza terrorista. Pero eso significa que los terceros países – como México - entran en un enorme riesgo durante ese proceso, algo que debe generar más y más alarma en nuestro país. Sin embargo, parece que al gobierno federal no le preocupa, es más, ¿estará consciente de la gravedad del problema? ¿Qué pasaría si algunos afganos identificados en E.U.A. con un perfil dudoso se alían con el crimen organizado en México? Seguramente la crisis de seguridad en la que vivimos actualmente se agravaría!