El miércoles, 8 de septiembre de 2021 llegó nuestra delegación de alto nivel a Washington para presentarse el día 9 ante las autoridades del gobierno de Joe Biden. La vicepresidenta Kamala Harris y el secretario de estado Antony Blinken encabezaron la delegación de los Estados Unidos. Por México la delegación está conformada por integrantes subalternos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público – con la notable ausencia de Rogelio Ramírez de la O – Marcelo Ebrard y Tatiana Clouthier de Economía. En conferencia de prensa nuestro secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, señaló que es el primer foro bilateral desde 2016 cuando estos foros fueron cancelados por el entonces presidente Donald Trump.
Ebrard indicó que entre los temas que se abordaran está la inversión en el sur de México y en Centroamérica para resolver el fenómeno migratorio. Además, agregó que se va a mejorar la coordinación entre industrias críticas para “mitigar la disrupción en las cadenas de producción que vivimos en 2020”. El secretario destacó que eso no les puede volver a pasar y es necesario que la producción se realice entre México, E.U.A. y Canadá.
Pues, Sr. Canciller, el asunto no es tan simple: Una semana antes del foro la organización estadounidense que hace funciones de asesoría para el gobierno federal de E.U.A., Alliance for Trade Enforcement (Alianza para el Control de Comercio) envió una monografía a la oficina de Kamala Harris que explicaba en gran detalle la posición del gobierno estadounidense contra México en este foro denominado “Dialogo Económico de Alto Nivel México – Estados Unidos”. Esa monografía, firmada por 18 asociaciones y organismos que han sido afectados por el incumplimiento de la 4T con los requerimientos del T-MEC alega que: “La implementación completa del T-MEC requerirá una atención constante y un fuerte impulso en la gama de problemas que afectan a las empresas y trabajadores estadounidenses. Estamos comprometidos a asegurar que México cumple con las reglas establecidas y agradecemos el apoyo del gobierno de los Estados Unidos para superar las constantes practicas comerciales desleales de México. Su gobierno parece decidido a ignorar muchos de los compromisos del T-MEC, que restringe aún más el acceso para los exportadores estadounidenses y las empresas que hacen negocios con México”.
La Alianza para el Control de Comercio hizo hincapié en que desde marzo de 2021 había denunciado severos problemas en la implementación de las reglas del T-MEC en México. Hasta la fecha, la mayoría de ellos no se han solucionado e, incluso “se han desarrollado barreras adicionales de acceso al mercado y acciones regulatorias que son muy preocupantes”. En el documento están catalogados un sinfín de desafíos de acceso al mercado de México en los rubros de telecomunicaciones, radiodifusión, servicios audiovisuales, productos farmacéuticos, biotecnología, dispositivos médicos, etiquetado de alimentos, energía renovable y servicios de pago electrónico.
En ese sentido, la respuesta de los funcionarios de la 4T, particularmente de la secretaria de economía, Tatiana Clouthier es que “¡No le asusta el T-MEC!”. Y, al presidente López Obrador tampoco ya que manifestó que: “No, no hay problemas realmente, no, no, no, la situación en México es excepcional, es inmemorable para la inversión, entonces es algo que se está dando de manera natural. Ya hicimos el trabajo, el Tratado ayudó mucho en este sentido y hay desde luego, algunos que protestan, pero es una minoría, no es significativa”. Así mismo, de manera sorprendente, agrego en su mañanera del jueves 9 de septiembre que el gobierno de México no es pelele de Estados Unidos. Pues será el sereno pero, no se le debe olvidar al presidente que el incumplimiento de lo dispuesto en el T-MEC puede traer serios problemas para México y no hay que olvidar que en estos momentos lo único que sostiene a la economía de este país es el T-MEC.
