Las Voces de Ingenierías: La Relevancia de la Transferencia Tecnológica en las Universidades. Parte I
14/09/2023
Autor: Martha Alheli Soria Osuna
Cargo: Estudiante del Doctorado en Planeación Estratégica y Dirección de Tecnología

Wilhelm von Humboldt, iniciador del movimiento humanista en el siglo XIX, fue clave importante para promover un cambio en la concepción del papel de las universidades en la sociedad. Dicha transformación se desarrolló mayormente en Alemania donde las universidades desarrollaron un gran potencial al relacionarse con la industria, generando riqueza con ello.

Lo anterior transformó el papel social y económico de las universidades. Actualmente, estas buscan diferenciarse por lo que su desarrollo depende de la habilidad que tengan para buscar formas, procesos y estructuras que les permitan hacer llegar el conocimiento generado a la sociedad. Diseñan programas donde su personal académico forme parte del modelo adoptado y así generar las mejores estrategias que les permita institucionalizar procesos de transferencia, tanto de tecnología como de conocimiento.

En la actualidad, la transferencia tecnológica (TT) es un componente crucial para impulsar el desarrollo socioeconómico de cualquier nación pues se refiere a la difusión y aplicación práctica de conocimientos y tecnologías desarrolladas en entornos académicos y de investigación dirigidos a la industria y la sociedad en general. En el contexto de México, las universidades son fundamentales en este proceso pues generan conocimiento y desarrollan tecnología en distintas disciplinas. De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), el ciclo escolar 2021-2022 contó con 5847 universidades, de las cuales 2379 son universidades públicas y 3468 son privadas. Por su parte, en 2022, el presupuesto federal para ciencia, tecnología e innovación fue equivalente al 0.20% del PIB: el CONAHCYT concentró el 0.11% del PIB y para la SEP el 0.06% del PIB.

Gastar en ciencia y tecnología es vital para el desarrollo de la economía de un país. Las cifras anteriores reflejan los escasos recursos que el estado mexicano destina a la ciencia y a la tecnología. Sin embargo, esto no tiene por qué frenar el desarrollo tecnológico en México; al contrario, puede ser usado como un buen propulsor, fomentando la colaboración entre universidades y empresas. Con esto último se puede acelerar la innovación, generar oportunidades para el crecimiento económico y crear empleo.

Cuando las innovaciones y avances tecnológicos universitarios se aplican en la industria, se fomenta la competitividad de las empresas mexicanas tanto a nivel nacional como internacional. Esto no solo estimula el crecimiento económico, sino que también genera empleo y aumenta la inversión en investigación y desarrollo, lo que, a su vez, impulsa la innovación continua. La transferencia de los avances tecnológicos a empresas y emprendedores es un eslabón crucial en la cadena de innovación; al contar con una gran cantidad de centros de desarrollo tecnológico y universidades, se ha generado conocimiento valioso. Entonces, es necesario que se transfiera adecuadamente a las empresas que puedan comercializarlo en productos y servicios innovadores. Hay que diseñar los mecanismos para que esto sea realidad, como ocurre en economía más desarrolladas.