El 2020 nos dejó con una gran necesidad de ver películas, de poder escapar un momento de nuestra realidad y tristemente fue el año en que menos producciones y estrenos hubo. Pero, corrimos con la suerte de poder disfrutar el estreno antes de la pandemia de una cinta que es genuinamente brillante.
"Hermosa Venganza" es una obra maestra ante la percepción de muchos, es una película que desafía las convenciones del género de venganza con una narrativa audaz y provocativa. Dirigida por un nuevo talento, Emerald Fennell. Ella inició su carrera en la industria como actriz y eso ha sido clave para su forma tan redonda y verosímil de creación de personajes. Cada uno está hábilmente delineado y desarrollado, agregando profundidad y complejidad a la trama y contribuyendo al impacto general de la película.
La trama sigue los pasos de una joven mujer, interpretada por Carey Mulligan, nominada este año por su interpretación en MAESTRO. Movida por un deseo ferviente de justicia y redención, la protagonista se embarca en un viaje de autodescubrimiento y confrontación que desafía las normas establecidas y desentierra verdades incómodas.
Lo que distingue a "Hermosa Venganza" de otras películas del género es su capacidad para subvertir las expectativas del público y explorar temas profundos con sensibilidad y astucia. A medida que la trama se desarrolla, se revelan capas de significado que invitan al espectador a reflexionar sobre cuestiones fundamentales como el poder, la identidad y la justicia.
La forma de dirigir de Fennell hace que cada escena meticulosamente logre transmitir tanto la intensidad emocional como la belleza visual. Desde los momentos de suspenso que te mantienen con la emoción a flor de piel hasta los momentos de calma reflexiva. Después del gran acierto de la directora, es reconfortante que esté trayendo nuevas historias igual de impactantes como ahora es el caso de SALTBURN (2023).
"Hermosa Venganza es mucho más que una simple película de venganza. Es una obra de arte cinematográfica que desafía las convenciones, provoca el pensamiento y deja una impresión duradera en el espectador. Es una experiencia cinematográfica que no debe perderse y que seguramente será recordada y discutida durante mucho tiempo después de que las luces del cine se hayan apagado.