La gestión del talento se enfrenta a la reconversión, donde las organizaciones buscan perfiles con habilidades diferentes a las tradicionales. Esta transformación se centra en agregar valor y diferenciadores a los nuevos procesos generados por la digitalización. La adaptación a modelos de trabajo online, híbridos o presenciales también requiere una redefinición de las capacidades laborales.
El desarrollo de habilidades blandas para elevar el perfil profesional en un entorno laboral cada vez más digitalizado y cambiante, es una tendencia que cada vez más va en aumento, señaló Rosina Ramírez Vukovich, Directora General de Educación Continua de la UPAEP.
Destacó tres aspectos fundamentales que explican por qué el desarrollo de habilidades blandas se ha vuelto esencial en el panorama laboral actual. En primer lugar, señaló el impacto del cambio tecnológico y la transformación digital, que demanda nuevas competencias y conocimientos. La digitalización de procesos obliga a las empresas a redefinir estrategias y gestionar el talento de manera diferente, lo que impulsa la necesidad de habilidades específicas.
Dijo que la gestión del talento se enfrenta a la reconversión, donde las organizaciones buscan perfiles con habilidades diferentes a las tradicionales. Esta transformación se centra en agregar valor y diferenciadores a los nuevos procesos generados por la digitalización. La adaptación a modelos de trabajo online, híbridos o presenciales también requiere una redefinición de las capacidades laborales.
La segunda razón destacada por Rosina Ramírez está vinculada a la llegada de las generaciones millennials y centennials al mundo laboral. Estas generaciones buscan constantemente formación, cercanía con los superiores, feedback regular, ambientes colaborativos y flexibles. La gestión del talento debe ajustarse a estas expectativas para retener y potenciar el rendimiento de los nuevos colaboradores.
La tercera razón mencionada se refiere a la visión que estas nuevas generaciones tienen sobre el trabajo. El emprendimiento se presenta como una opción atractiva, convirtiendo a algunos trabajadores en nómadas digitales o emprendedores independientes. Este cambio en la mentalidad laboral demanda habilidades adicionales para enfrentar el autoempleo y la flexibilidad laboral.
En cuanto a las habilidades duras o técnicas, se destacó la necesidad de adquirir competencias tecnológicas, idiomas, desarrollo de negocios, gestión de proyectos y validación de certificaciones. Estas habilidades son fundamentales para enfrentar los retos de la digitalización y mantenerse relevantes en el mercado laboral actual.
Sin embargo, Rosina Ramírez enfatizó que las habilidades blandas son igualmente cruciales. Estas habilidades, de naturaleza social y actitudinal, son esenciales para trabajar de manera efectiva con otros. Habilidades como comunicación, negociación, liderazgo, pensamiento crítico, análisis de problemas y toma de decisiones son cada vez más demandadas.
La inteligencia social y la capacidad de networking se presentan como habilidades blandas clave en un entorno laboral que favorece la autonomía y la independencia. La construcción de redes se convierte en una herramienta vital para establecer relaciones colaborativas y de apoyo en un mundo laboral en constante cambio.
Rosina Ramírez resalta la urgente necesidad de desarrollar habilidades blandas para afrontar los desafíos de la era digital y garantizar un perfil profesional sólido y adaptativo en el actual mercado laboral. La educación continua se presenta como una herramienta esencial para adquirir y fortalecer estas habilidades, proporcionando a los profesionales las herramientas necesarias para sobresalir en un mundo laboral en constante evolución.
Por su parte, Miguel Azamar García, ejecutivo educativo de Educación Continua de la UPAEP, compartió su experiencia personal como miembro de la generación centennial y destacó la importancia de las habilidades blandas en su transición al mundo laboral. Enfatizó que, aunque la educación universitaria proporciona conocimientos técnicos y habilidades duras, existe una brecha en la enseñanza de habilidades sociales y actitudinales.
Subrayó que estas habilidades son fundamentales en el ámbito profesional, facilitando la comunicación efectiva y el desarrollo de relaciones productivas en equipos diversos.
Educación Continua de la UPAEP ha respondido a esta demanda mediante la creación de una programación de 30 habilidades blandas. Estos talleres abarcan temas como comunicación asertiva, desarrollo de la autoestima, habilidades socioemocionales, herramientas de coaching y manejo de equipos multigeneracionales, entre otros.
La flexibilidad y practicidad de los talleres de habilidades blandas son aspectos destacados por Azamar. Cada taller consiste en cuatro sesiones de tres horas cada una, totalizando 12 horas de formación. La programación se renueva mensualmente, permitiendo a los participantes elegir entre desarrollar una, dos o tres habilidades, adaptándose a sus necesidades y horarios.
Subrayó la importancia de estas habilidades en el ámbito profesional, especialmente en áreas como ventas. Destacó la capacidad de transmitir productos o servicios, conectar con el público objetivo y descubrir las verdaderas necesidades de los clientes como habilidades cruciales en el entorno laboral actual.
Azamar también mencionó que Educación Continua brinda apoyo consultivo a individuos y empresas que deseen desarrollar habilidades específicas. Se ofrece asesoría personalizada para aquellos que buscan orientación sobre qué habilidades podrían beneficiarles en sus áreas laborales.
Para acceder a la programación de talleres y obtener más información, los interesados pueden visitar la página de la UPAEP en el área de Educación Continua, específicamente en Desarrollo Organizacional. Además, se encuentran disponibles los contactos telefónicos, como el WhatsApp 22 26 65 55 03 y de correo electrónico para consultas y registro.
La UPAEP se posiciona como una aliada en el desarrollo de habilidades blandas, proporcionando herramientas prácticas y accesibles para potenciar el perfil profesional en un mundo laboral en constante evolución. La combinación de habilidades duras y blandas se presenta como clave para el éxito en la era digital y en equipos de trabajo diversos. La educación continua se erige como un puente efectivo para cerrar la brecha entre las competencias requeridas por el mercado laboral y la formación universitaria tradicional.