La salud mental es un estado de equilibrio entre lo físico, emocional y mental, se deben encontrar estas tres áreas para estar en equilibrio, unida a la parte espiritual, unida a la parte social y unida a la parte laboral, según nuestros desempeños en el mundo, pero siempre, buscando ese equilibrio para estar mejor con nuestro entorno.
A lo largo del siglo XXI han ocurrido tres epidemias provocadas por el coronavirus y que han afectado de manera importante a todo el mundo. En el 2002 se presentó el SARS o Síndrome de Respiración Aguda, por primera vez en China; la segunda el MERS-CoV, virus que azotó a gran parte de la humanidad, denominado Síndrome Respiratorio de Oriente Medio, en Arabia Saudita y ahora, con la última epidemia que todos conocemos como Covid-19 provocado por el SARS-CoV-2; estas tres enfermedades se han transmitido por pacientes asintomáticos, presintomáticos y los enfermos.
México en este 2022 se sitúa en el sexto lugar a nivel mundial con la presencia de enfermedades mentales, “aparentemente nosotros estamos muy contentos, porque la vida no vale nada, sin embargo, el 25% de la población hoy padece estos trastornos que es la distorsión de la realidad ante un evento determinado”, expresó Dulce María Pérez Torres, catedrática de la Facultad de Psicología de la UPAEP.
Manifestó que esta pandemia ha provocado que el 25% de la población en todo el mundo se encuentre en la prevalencia de la ansiedad y la depresión, y México no es la excepción a este fenómeno.
Enfatizó que la salud mental es un estado de equilibrio entre lo físico, emocional y mental, se deben encontrar estas tres áreas para estar en equilibrio, unida a la parte espiritual, unida a la parte social y unida a la parte laboral, según nuestros desempeños en el mundo, pero siempre, buscando ese equilibrio para estar mejor con nuestro entorno.
A partir del 2019, toda la humanidad ha vivido nuevas experiencias de la vida y de acuerdo a estudios realizados en México, se han detectado síntomas de estrés postraumático, clínicamente significativo en casi un tercio de la población, mientras que en Estados Unidos la tasa de ansiedad y depresión alcanzaron hasta un 37% y el 30% respectivamente, a finales del 2020, frente al 8.1% que se tenía y 6.5% en 2019.
Dijo que toda esta situación ha provocado que los estudiosos de la salud mental fortalezcan investigaciones para saber lo que ha pasado a lo largo de estos dos años y dos meses de una pandemia, en donde mucha gente ha estado enferma de estos síntomas respiratorios, al grado de no ser declarados pacientes Covid, sin embargo, se ha tenido enfermedades respiratorias por estar en contacto con personas que han padecido esa enfermedad.
Subrayó que en estos dos años la humanidad ha vivido en crisis por el miedo o temor a enfermar o tener el trauma de perder a los seres queridos por esta enfermedad del Covid-19, y por los factores que giran alrededor como son el desempleo, la pobreza, la inseguridad alimentaria, miedo al impacto adverso de la salud mental, que se ha generalizado en todas las personas.
Expresó que una persona deprimida no quiere comer, no quiere bañarse, pasan por su cabeza ideas suicidas, ideas catastróficas y estas personas que piensan que nos vamos a morir todos, comienzan a generar situaciones adversas a la relación social sana y como consecuencia, ha disparado la violencia y se ha disparado la poca contención emocional contra mujeres, contra niños y ancianos, poca tolerancia al ruido, actitudes de alegría u otras cosas.
Indicó que por el otro lado, en ese frenesí de tener un estado de vida diferente, las personas lo que hacen es entrar en problemas de farmacodependencia, que no les permite estar claros en esta situación de vida que se está viviendo.
Agregó que, los pacientes durante y después de la infección de este virus, tienen un alto riesgo de desarrollar depresión y ansiedad. Y los cuidadores de las personas que tuvieron Covid-19, también van a desarrollar estos estados de ánimo porque va a parecer que todavía tienen la enfermedad encima y van a experimentar problemas como dolor de cabeza, malestares estomacales, dolor de huesos porque han estado cuidando a personas que en algún momento presentaron el famoso Covid.
En ese sentido, comentó que estos factores residuales afectan la convivencia ante las personas y han llegado a los diagnósticos psiquiátricos porque las personas sienten que están enfermos, sienten palpitaciones en el corazón, sudoración extrema y hasta temblores en el cuerpo.
Dijo que, en el aspecto social, hay factores como la pérdida del empleo, la falta de alimentación y la pérdida del poder adquisitivo han generado que muchas familias que tenían ciertas condiciones de vulnerabilidad, se agudice y esto está provocando que las personas se encuentren muy violentas y prefieren vender incluso su alma, su acción por unos cuantos pesos, porque al no haber dinero por medio del trabajo ordinario que se tenía; además de que las personas se “sugestionan”, al ver anuncios de gana dinero rápido les genera también ansiedad, y podemos observar que se está viviendo un proceso muy complejo.
Por lo tanto, dijo que, como promotores de la comunicación, como promotores de la salud y promotores de la educación, se deben establecer estrategias que las personas puedan asimilar, tener presentes y hacer conciencia de su situación para poder cambiar sus estilos de vida y luchar por un mejor bienestar.