Por más de cinco décadas, dejó una marca indeleble en la formación de abogados, siendo artífice clave en la redacción de importantes leyes laborales y defensor incansable de la identidad católica que distingue a nuestra Casa de Estudios.
Hoy UPAEP despide con entrañable cariño y admiración a uno de sus más distinguidos fundadores y pilares institucionales: el Maestro José Antonio Arrubarrena y Aragón, quien hoy regresó a la Casa del Padre. Su trayectoria de casi cinco décadas dedicadas a la formación de profesionales del derecho y su incansable labor en la defensa y consolidación de nuestra casa de estudios, lo han convertido en una figura emblemática, cuya influencia trasciende las aulas y permea en la esencia misma de nuestra institución. A través de estas líneas, recordamos y honramos su extraordinaria contribución a UPAEP y al campo jurídico en México.
El Mtro. José Antonio Arrubarrena y Aragón fue uno de los pilares fundamentales en la historia y desarrollo de UPAEP. Con una destacada formación académica que incluyó la Licenciatura en Derecho como Abogado, Notario y Actuario por la Universidad Autónoma de Puebla, estudios de especialidad en Estados Unidos y un valioso diplomado en filosofía bajo la guía del Dr. José Corts Grau, Rector de la Universidad de Valencia, España, demostró un compromiso inquebrantable con la excelencia educativa.
Su trayectoria académica se distinguió por haber obtenido una prestigiosa beca por méritos en 1960 para realizar estudios doctorales en la Universidad Central de Madrid, además de completar una Maestría en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Esta sólida formación le permitió convertirse en una autoridad respetada en el campo jurídico nacional e internacional.
Como socio fundador de la Academia Mexicana de Derechos Humanos y del Instituto de Proposiciones Estratégicas A.C., el Mtro. Arrubarrena dejó una marca indeleble en el desarrollo del derecho en México. Su participación como consejero nacional de COPARMEX y CONCANACO fue fundamental, especialmente en la redacción de legislaciones laborales cruciales, incluyendo la Ley Federal del Trabajo de 1970, sus reformas de 1973, y la Ley del Seguro Social.
Su influencia académica se extendió más allá de las fronteras nacionales, habiendo impartido cátedra en prestigiosas universidades latinoamericanas, incluyendo las Universidades de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Tucumán y Salta en Argentina, así como la Universidad de San Marcos en Lima, Perú. Esta proyección internacional enriqueció su perspectiva y contribuyó a la formación de profesionales del derecho en diversos países.
En la UPAEP, su contribución fue invaluable. Como profesor fundador y miembro del Patronato Fundador, ocupó posiciones estratégicas que fueron cruciales para el desarrollo institucional. Su gestión como Abogado General durante casi cinco décadas fue fundamental para la obtención de reconocimientos oficiales y la consolidación legal de la Universidad. Como Director de la Facultad de Derecho y del Área de Humanidades, impulsó programas académicos innovadores y fortaleció la formación integral de los estudiantes.
Su papel como Vicerrector de Cultura y Formación fue especialmente significativo, ya que estableció las bases de la Misión Institucional enfocada en crear corrientes de pensamiento y formar líderes transformadores de la sociedad. Su compromiso con la integración de fe, ciencia y vida fue un pilar fundamental en la identidad de la UPAEP.
El Mtro. Arrubarrena también contribuyó significativamente al acervo académico a través de sus publicaciones. Sus obras, que incluyen "Autonomía Universitaria", "Inconstitucionalidad de la Ley de Asentamientos Humanos", "El Voluntarismo Jurídico en el Derecho de los Estados" y "El Hombre y el Estado Revolucionario", son referentes importantes en el campo jurídico.
Su legado se manifiesta en las numerosas generaciones de abogados que formó, muchos de los cuales ocupan hoy posiciones de liderazgo en el Poder Judicial y en diferentes ámbitos del derecho. Como profesor de derecho natural hasta una edad avanzada, fue un defensor incansable de los valores católicos y la identidad institucional de la UPAEP.
El reconocimiento como Profesor Emérito coronó una vida dedicada a la academia, el derecho y la formación de profesionales comprometidos con la transformación social. Su visión, dedicación y compromiso con la excelencia académica y los valores institucionales continúan inspirando a nuevas generaciones de estudiantes y profesionales del derecho, siendo su legado un testimonio perdurable de su extraordinaria contribución a la UPAEP y al campo jurídico en México.