El VI Claustro Universitario Duc In Altum se ha convertido en un espacio en el que la comunidad universitaria ha analizado su pasado, revisado su presente y proyectado el futuro al que quiere llegar.
Con el objetivo de reflexionar sobre la importancia de los valores identitarios mediante la generación de experiencias significativas en los espacios multientorno para favorecer la integración de los elementos fundamentales del subsistema de identidad y formación en nuestros planes de acción es que se llevó a cabo el VI Claustro Universitario Duc In Altum.
Desde sus orígenes, la universidad tuvo claro el tipo de formación que ha querido para sus estudiantes y esta debe ser integral, orientada a la búsqueda del bien común y la verdad, con un claro sentido de transformación social.
Por lo tanto, los miembros de la comunidad universitaria están llamados a pensar la universidad desde su identidad, su historia y cultura, a partir de experiencias significativas que cimbren a la comunidad, siendo integrales, dejando huella y aportando sentido trascendente a la vida de miles de jóvenes.
La Universidad debe seguir siendo provocación, acontecimiento y encuentro que potencializa talentos, madura vocaciones y fragua ciudadanos. La riqueza de la identidad UPAEP inspira a seguir encontrando razón, sentido y propósito al quehacer universitario al tiempo de contrastarlo y enriquecerlo.
Bajo el contexto anterior fue que los asistentes analizaron la pedagogía del bien común que propone la UPAEP, así como la implementación del Modelo Educativo U50, el cual durante este tiempo de pandemia tuvo una implementación en un sistema multientorno, favoreciendo el aprendizaje de los estudiantes y la generación de experiencias significativas y propiciando una cultura del encuentro sin el límite de las fronteras.
Durante su intervención el Dr. Emilio Baños Ardavín, Rector de la UPAEP, señaló que el poder hacer la recopilación y puesta al día de los grandes referentes de la Universidad, supone un gran regalo para la comunidad universitaria. “Los que estamos aquí presentes somos responsables en esta lógica del don de atesorar esto que recibimos y dejar nuestra huella, hacer lo posible por ir acrisolando e ir perfeccionando estos referentes, pero para ello primero hay que estudiarlos y conocerlos”.
Destacó que es fundamental dar mayor relevancia y categoría al trabajo de las academias; todo el tema del multientorno se potenciará en la dimensión que esto supone para verdaderamente favorecer el aprendizaje en función de que se planifique lo mejor posible desde el trabajo de las academias.
Continuó haciendo referencia a lo planteado por el Papa Francisco en el Pacto Educativo Global como respuesta a una emergencia educativa que con la pandemia se ha visto exacerbada. En muchos aspectos nuestra sociedad se ve en una gran encrucijada y citó “conocemos el poder transformador de la educación, educar es apostar y dar al presente la esperanza que rompe los determinismos y fatalismos con los que el egoísmo de los fuertes, el conformismo de los débiles y la ideología de los utópicos quieren imponerse tantas veces como el único camino posible”.
Reiteró que lo anterior aplica a la realidad y los retos que tiene el país, de manera que el sembrar esperanza, pero desde el realismo de una nueva perspectiva de la persona, debe de ser la misión que nos debe de guiar.
Continuó citando al Sumo Pontífice “En este proceso un punto de referencia es la doctrina social, que inspirada en las enseñanzas de la revelación y el humanismo cristiano se ofrece como base sólida y fuente viva para encontrar los caminos a seguir en la actual situación de emergencia”.
Ante lo anterior señaló que los fundamentales sobre los que se ha construido la pedagogía del bien común de la UPAEP quieren ser esa respuesta, quieren recuperar la riqueza del pensamiento social cristiano, ponerlo al día y traducirlo en una propuesta pedagógica concreta desde la participación y el compromiso de laicos que quieren asumir con toda radicalidad esta perspectiva humanista cristiana, realista de la persona.
“Este es un reto precioso, es una oportunidad de oro para responder a este desafío que vivimos, por cierto, en una coyuntura impensable para nuestra generación, que es esta época pos pandemia, y tenemos la responsabilidad de aportar, para con nuestra comunidad y cualquiera que quiera responder a este desafío de nuestro tiempo, eso es lo que nos debe inspirar a trabajar con mayor ahínco y con gran pasión por esta vocación educativa”.
Puntualizó que lo que se ha discutido en el claustro supera la coyuntura del 2023, ya que son retos de gran calado, cuestión que debe entusiasmar a la comunidad universitaria, porque ya se van dibujando los trazos de lo que va a ser la UPAEP del 2030.
“Debemos sentirnos muy contentos, muy retados de transitar esta travesía en esta misma barca juntos con este talento, estas nuevas generaciones, con nuestros queridos jóvenes, con quienes nos ha tocado compartir diferentes momentos de la universidad. Hay razones de sobra para comprometernos con esta historia de generación de esperanza”, expresó.