La vida avanza rápido, estudiamos y obtenemos buenas notas con el objetivo de conseguir un “buen trabajo”, para comprar cosas que no necesitamos y cumplir con las expectativas que nuestra realidad exige, hasta que un día simplemente no despertamos.
La vida es un tema frecuente en el arte, probablemente porque a veces no reparamos en el significado de nuestra existencia y cuestionarnos al respecto nos hace más conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor, por lo que, a continuación tomaré las partes que considero más importantes del poema metafísico “Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió” de Francisco de Quevedo, aunque invito al lector a leerlo completo.
“El hoy y mañana y ayer junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto”
Dicho verso forma parte del remate final del poema y opuesto a este hecho, me gustaría iniciar con el mismo porque sintetiza el punto de vista esencial del autor; la brevedad de la vida. Haciendo una comparación en cómo la imagen de pañales junto a una mortaja, es decir, la vestidura que se pone a un cadáver, es similar a: ayer, hoy y mañana, haciendo énfasis en que estos pasan con rapidez. En otras palabras, hace referencia a que todos estamos muriendo. No hace falta ser diagnosticados con una enfermedad terminal, aunque normalmente es cuando las personas se hacen conscientes de este hecho, sin embargo, en este mundo todo tiene fecha de caducidad y nosotros no somos la excepción.
“Que sin poder saber cómo ni a dónde
la salud y la edad se hayan huido”
En este caso, sólo hace mención de un hecho obvio, me parece importante mencionar que la salud se puede deteriorar sin importar tu edad, aún así, no es un secreto que con el paso del tiempo, las personas aumentan sus probabilidades de enfermar. Algunos dirán que un mundo ideal es donde nadie muere, pero en todo caso ¿cuál sería el punto de la vida?
“Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado”.
Hasta este punto los versos leídos parecían inclinados hacia el mismo tema, no obstante el verso “soy un fue, y un será, y un es cansado” no sólo trata de un juego de palabras complementando a lo que anteriormente se escribió, sino que es la parte esencial. “Ayer se fue… Soy un fue”; constantemente pensamos en nuestras acciones pasadas, incluso nosotros mismos nos juzgamos de acuerdo a eso, así como a los que nos rodean y al mismo tiempo, contradictoriamente “ya fue”, pensamos en eso, pero no hay nada qué hacer al respecto. “Mañana no ha llegado… Y un será” Nos preocupamos por el futuro sin darnos cuenta que puede nunca llegar ese día. Todo esto resulta en “y un es cansado”, el autor se encuentra en un punto medio, entre el pasado y el futuro, pero no es el presente, considero que en vez de eso, se trata de un limbo porque mientras su cuerpo está literalmente en presente, su mente la encontramos atrapada en este limbo que resulta cansado.
Normalmente creemos que “vivimos”, pero nos olvidamos que respirar no es sinónimo de vivir. Comer, dormir, son necesidades básicas que nos permiten continuar en el mundo, cuya experiencia resulta corta y a pesar de ello, pasamos la mayor parte de la misma funcionando como el engranaje de una máquina; monótona y superficial, a veces más tiempo del que tenemos en este plano. Lo más complicado de morir es que no podemos saber cuándo sucederá, pero nunca nos advirtieron lo mismo acerca de la vida que… avanza rápido, estudiamos y obtenemos buenas notas con el objetivo de conseguir un “buen trabajo” para comprar cosas que no necesitamos y cumplir con las expectativas que nuestra realidad exige, hasta que un día simplemente no despertamos ¿pero cuándo estuvimos realmente despiertos?